SOCIEDAD
SALUD

Ley de Dislexia: cómo beneficia a quienes padecen este trastorno

Se incluyó la cobertura en el Programa Médico Obligatorio (PMO), por lo que deberá ser cubierto en su totalidad por los servicios de salud. Además, habrá adaptaciones curriculares y capacitación docente.

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La dislexia es una condición de origen neurobiológico que afecta el proceso de lectura y escritura. Si bien no tiene cura, se puede compensar | Shutterstock

La Ley de Dislexia (ley número 27.306) es un hecho. Desde el martes, existe una norma, declarada de interés nacional, que garantiza el derecho a la educación de las personas con Dificultades Específicas de Aprendizaje (DEA) como la dislexia. La reglamentación fue publicada en el Boletín Oficial y garantiza “el abordaje integral e interdisciplinario” de las personas que presentan DEA.

El espectro se incluyó en el Programa Médico Obligatorio (PMO), por lo que deberá ser cubierto en su totalidad por los servicios de salud. A partir de ahora, las personas con  dislexia o alguna Dificultad Específica del Aprendizaje (DEA) no deberán presentar más certificado de discapacidad para que les den cobertura total de su tratamiento.

Con esta reglamentación, quienes necesiten tratamiento médico como por ejemplo asistencia psicopedagógica, sesiones de fonoaudiología o terapia ocupacional no tendrán límite de sesiones.  Además, habrá adaptaciones curriculares y capacitación docente.

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Qué es la dislexia. Se trata de una condición de origen neurobiológico que afecta el proceso de lectura y escritura. Si bien no tiene cura, se puede compensar. Para eso, es fundamental el diagnóstico oportuno y el tratamiento específico. Para esto, es clave el papel que juega la escuela porque es el ámbito en el que esta dificultad se plasma con mayor claridad.

Al cerebro de las personas que tienen dislexia le cuesta reconocer o procesar ciertos tipos de información. Esto puede incluir hacer coincidir el sonido de una letra con su símbolo (tal como la letra b y hacer el sonido be), y luego combinarlos para formar una palabra. La dislexia es la más frecuente de todas las DEA. Hay dos factores importantes a tener en cuenta al analizar el desarrollo de un posible trastorno de lectura: el desarrollo del lenguaje oral y la historia familiar.

Los chicos disléxicos adquieren los nombres de palabras más despacio que los otros niños y ya a los tres o cuatro años su capacidad para recordar palabras es escasa. Sin embargo, vale remarcar que una dificultad en el lenguaje no siempre es igual a dificultad en la lectura, según consignó la agencia Télam.

Ahora bien, para entender un poco mejor, hay que definir qué son las Dificultades Específicas del Aprendizaje (DEA). Son alteraciones de base neurobiológica que afectan a los procesos cognitivos relacionados con el lenguaje, la lectura, la escritura y/o el cálculo matemático, y que pueden tener implicaciones significativas, leves, moderadas o graves en el ámbito escolar. Son constitutivas de la persona y la acompañan a lo largo de su desarrollo. Si bien las habilidades que se encuentran descendidas deben ser estimuladas lo más temprano posible, permanecen como “punto débil” en el perfil de esa persona a lo largo de toda su vida. Cabe destacar que las mismas se dan de manera única e irrepetible en cada sujeto.

Cómo afecta. Representan una barrera de acceso al conocimiento que se achica a medida que aumenta la inclusión de las nuevas tecnologías en nuestras vidas y tienen un fuerte impacto en el desarrollo emocional de las personas que las presentan, pero no son el resultado de un conflicto emocional.

Diez señales para detectar la dislexia:

-Retraso en la estructuración y reconocimiento del esquema corporal. Confunde izquierda y derecha.

-Torpeza motriz, con poca habilidad para los ejercicios manuales y de grafía.

-Vacilaciones a la hora de leer, omisiones de letras, adiciones, inversiones, confusiones de letras con simetrías. Estos errores de producen también en la escritura. Por ejemplo, cambiar letras de orden como lapa por pala, o foltar en lugar de flotar y reiteraciones de silabas como "cicicina" por cocina.

-Expresión verbal pobre y dificultad de aprender palabras nuevas, especialmente las palabras fonéticamente complicadas.

-El rendimiento en las áreas lingüísticas, generalmente es bajo, pero si se le explican las cosas verbalmente es más capaz de aprender que si se le exige que adquiera los conocimientos mediante la lectura.

-Falta de ritmo en la lectura. Lentitud y prosodia o tono inadecuado. Dificultad con los signos de puntuación y las pausas que estas indican.

-Dificultad de aprender el alfabeto y las tablas de multiplicar y en general para retener secuencias, como los días de la semana o los meses del año.

-Falta de atención y concentración. Le falla la memoria en lo que ayer sabía.

-Frustración, posible inicio de problemas de conducta. Baja autoestima, no le gusta el colegio.

-Problemas de comprensión del lenguaje escrito. Dificultad para planificar y para redactar relatos y composiciones escritas en general.

 

Una aplicación para prediagnosticar dislexia en niños. "Deslixate" fue creada por un grupo de profesionales mexicanos que desarrolló una herramienta tecnológica que permite obtener un prediagnóstico de la dislexia en nenes de entre 7 y 12 años, en un tiempo promedio de 25 minutos.

"Es una herramienta lúdica, sencilla y directa que alerta sobre indicios de dislexia fonológica, profunda o superficial, y visual en infantes, con el objetivo de que se acuda con un profesional para que los pequeños puedan mejorar su desempeño y rendimiento escolar", indican sus creadores. La misma, disponible para sistemas operativos con Android, se puede descargar acá