Conocido como el método
más efectivo de autodestrucción, la ingestión de cianuro figura en el imaginario
colectivo como la forma de suicidio
más rápida e infalible.Puede ser un gas incoloro como el cianuro de hidrógeno
(HCN), el gas que usaban los nazis en sus campos de exterminio, o en forma de cristales como el
cianuro de potasio (KCN) o el de sodio
(NaCN). Estas
dos últimas son sólidos blancos y exhiben
un olor amargo a almendra.
La inhalación de altos niveles de cianuro causa la muerte en un plazo que va de
10 a 60 minutos. Obviamente a mayor dosis, menor será el lapso de sufrimiento y
dolor, porque -hay que señalarlo- la muerte por cianuro puede resultar un proceso extremadamente
penoso. Una vez ingresado al cuerpo, el cianuro forma un complejo estable de citocromo oxidasa, una
enzima que bloquea el traspaso de electrones a las mitocondrias de las células y
con ello la síntesis de trifosfato de adenosina (ATP).
Esto
impide aprovechar el oxígeno del torrente sanguíneo, lo que causa
asfixia celular, al tiempo que provoca que el metabolismo cambie de aerobio,
acumulando cada vez más lactato en la sangre.
De esta manera,
se fuerza una depresión en el sistema nervioso central, que deriva en un
paro respiratorio, diagnóstico inicial que declararon los médicos sobre la
muerte del ex prefecto, que el lunes amaneció muerto acostado en su celda de la cárcel de Marcos
Paz.
Presagios que duelen. Finalmente, según señala el artículo "Human Health &
Environmental Effects of Cyanide", los síntomas iniciales del envenenamiento por cianuro pueden
revelarse en dolores de cabeza, somnolencia, vértigo, ritmo cardíaco rápido y débil, respiración
acelerada, enrojecimiento facial, náusea y vómitos.
Estos síntomas derivan en
convulsiones, dilatación de pupilas, piel fría y húmeda, ritmo cardíaco aún más rápido y
respiración superficial. La sensación que se experimenta es de
quemazón interna y ahogo. En el último tramo, y más agudo, del
envenenamiento, las pulsaciones se vuelven lentas e irregulares, la temperatura corporal comienza a
descender, los labios, la cara y las extremidades toman un color azulado, lo que provoca que el
indivudo caiga en coma y muera.