SOCIEDAD
proyecto con potencial

Cuidadores familiares: la alternativa para los chicos de entre 10 y 17 años que no son adoptados

Se empezó una prueba piloto en el juzgado de San Miguel que podría ampliarse a otros si lo aprueba la Corte Suprema bonaerense.

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Muchos de los menores que están en situación de adoptabilidad tienen entre 10 y 17 años, y hay pocos postulantes en esa franja etaria. | Cedoc Perfil

El proceso de adopción en Argentina es largo y complejo. Pero, además, hay otra problemática, tan o más frecuente que esa: la gran mayoría de los chicos que están en situación de adoptabilidad tienen entre 10 y 17 años, una franja etaria para la que hay muy pocos postulantes en los registros públicos. 

A eso se le suma el hecho que la ley en Argentina estipula que a partir de los 10 años se requiere el consentimiento del menor para ser adoptado. Y en muchos casos se trata de niños o niñas que por diferentes cuestiones vivenciales no se prestan a ello pero sí a ser cuidados o a integrar una familia sin que esto implique cortar sus vínculos filiatorios. 

Así fue como surgió la iniciativa de crear un Registro de Cuidadores Familiares, para  convocar, evaluar y preparar personas y familias que quieran ofrecerse como figuras de crianza o de cuidado permanentes o temporales de estos menores. Un registro alternativo al de adopción ya existente.

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Se trata de una prueba piloto que autorizó la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires en junio de 2019 en el Juzgado de familia nro. 2 de San Miguel, en el Departamento Judicial de San Martín. La idea fue diseñada por el juez Pablo Raffo junto con el equipo técnico de trabajo del Juzgado, conformado por trabajadores sociales, psicólogos y abogados.

La figura jurídica que permite garantizar el derecho de todo niño o niña a vivir en familia en Argentina es solamente adopción. Cuando se agotan los registros y listados disponibles de postulantes para hacerse cargo de un menor bajo ese sistema, la alternativa es llevar a cabo convocatorias públicas. En otros países, como España, existe la figura de acogimiento que facilita este proceso. 

“La ley lo que dice es que cuando no se pueda garantizar el derecho del niño o niña de a vivir en familia a través de la adopción, los jueces tienen que buscar figuras análogas o alternativas. Entonces, ahí queda un poco liberado al ingenio de cada magistrado de buscar cuál es la mejor figura de cuidado. Se puede diseñar como guardador, tutor o una figura de apoyo, es decir, que la figura jurídica sería lo de menos, el problema es que no hay personas que se ofrezcan, que estén evaluadas y preparadas para asumir ese cuidado”, explicó a PERFIL Pablo Raffo, juez a cargo del Juzgado de Familia nro 2 de San Miguel.

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La mayoría de chicos en situación de adoptabilidad tienen entre 10 y 17 años.

“Pensamos que necesitábamos una figura que abarque o le brinde a los jueces una herramienta para que ellos puedan garantizar el derecho de todo niño o niña a vivir en familia cuando no es posible pensar en una figura adoptiva”, consignó Raffo. Así fue como surgió la idea de crear un Registro de Cuidadores Familiares. 

Las convocatorias públicas también prevén las figuras de cuidados alternativos. Lo que sucede es que las personas que se presentan no fueron previamente evaluadas y capacitadas para cumplir con esa función. 

“Nuestra propuesta tiene que ver con cambiar el paradigma de la adopción y en dónde está puesto el interés de esa figura, que más que dar una respuesta al adulto tienen que ser brindarla al niño, responder al interés superior del menor”, destacó Maria Florencia Guillem, perito psicóloga del Juzgado de Familia nro 2 de San Miguel, en diálogo con este medio.

Es un precedente que puede cambiar muchísimo la vida de los menores, destacó el juez

“La idea es que esto se instale y figure también este Registro de Cuidadores en cabeza de la Corte. Ésta antes de crearlo e imponerlo como obligatorio para todos los juzgados, quiso hacer la prueba piloto en el nuestro para ver si funcionaba o no. Ahora lo que se podría hacer en una segunda etapa es extenderlo a otros juzgados también como experiencia piloto”, adelantó Raffo.

“Dependerá un poco de la evaluación que estamos haciendo nosotros y la respuesta de la Corte tras eso. Todo lo que ha ido sucediendo se ha dado de una forma muy positiva”, agregó Guillem.

“Desde que lo llevamos a la práctica empezamos a encontrar muy buenas respuestas por parte de la gente. Estadísticamente en cantidad es poco pero sí en calidad. Comprobamos que los postulantes que pudimos formar, preparar y evaluar para esto hoy están funcionando muy bien. Nos alienta eso a que esto es un modelo posible a instrumentarse y multiplicarse porque permite a la gente hacer una construcción de lo que está haciendo. Ayuda a entender cuál es la propuesta y no solamente responder a un llamado solidario. Pasar por una instancia de formación lo agradecen y responden muy bien porque pueden tomar conciencia y dimensionar de forma real de lo que se trata esta tarea”, valoró la perito psicóloga.

Con el registro la respuesta de la Justicia será más automática o inmediata

De entrada, estiman que con el registro la respuesta de la Justicia —cuyos tiempos no siempre son ágiles—será más automática o inmediata. “Puede agilizar mucho el proceso y además te da la tranquilidad de que la persona a la que se está convocando fue evaluada y capacitada para esa función”, destacó Raffo.

Por otro lado, este registro permite que la incertidumbre sobre el futuro del chico sea algo menor y ayuda a los que lo acompañan durante el proceso para prepararlo para esa alternativa y no esperar a ver cuál es la figura o la forma en la que lo resuelva el juez. “Le quita presión a la decisión del niño en cuanto a si quiere ser adoptado o no”, indicó el magistrado. 

Por otro lado, hay que tener en cuenta que estas figuras análogas no impiden que en el futuro el caso pueda derivar en una adopción. No obstante, no es ése el fin.

Cómo funciona el proceso para postularse a ser cuidador familiar

En tanto se trata de una prueba piloto, por el momento el único órgano que efectúa las inscripciones es el Juzgado de Familia nro. 2 de San Miguel, Departamento Judicial de San Martín y, por lo tanto, solo pueden inscribirse residentes de la provincia de Buenos Aires.

Los interesados deben completar el formulario que se encuentra en la página web, consignado todos los datos allí previstos. Los postulantes pueden estar también en el registro de adopción. Cuando se asume el cargo en uno de ellos, se lo suspende en el otro. 

Una vez se reciba la solicitud, el juzgado se contacta con las personas. “En primer lugar para explicarles de qué se trata y chequear que no haya habido un error y se quieran postular realmente para adopción pensando que esa es una vía más corta, que no es la idea”, detalló la perito psicóloga. Cuando la expectativa de la gente se acomoda con la propuesta, se convoca a los talleres de formación básica para exponerles de qué se trata el programa y brindarles un espacio de reflexión y de recibir información de lo que significa convertirse en cuidador de un niño mayor. “Es un desafío distinto”, señaló Guillem.

Hay que sumarle expectativas realistas, de entender cuál es la tarea para la que se ofrecen, contó Guillem

Al inicio del proceso se trató de talleres presenciales y cuando arrancó la pandemia de coronavirus se organizaron de forma virtual. Se realizan con un enfoque interdisciplinario: psicólogos, trabajadores sociales y abogados, que trabajan la pata legal del proyecto y asesoran. 

Cada taller tiene una propuesta por objetivos específicos y tareas acordes a eso. Estas formaciones permiten ya durante este proceso evaluar a quienes se postularon. Al final de dichas actividades, el que le interesa presenta la documentación y pasa al proceso de las evaluaciones particulares por parte de la trabajadora social y la psicóloga. 

“Hay que sumarle expectativas realistas, de entender cuál es la tarea para la que se ofrecen. Con el amor, las ganas y la paciencia no es suficiente, sino que hay desafíos complejos a resolver cuando uno va al encuentro de un niño que tiene toda una historia de traumatización y de vulneraciones. Hay una puesta de trabajo de disposición del cuidador que tiene que tener determinadas competencias que podamos evaluar para poder hacer esa tarea. Cuando no funciona son heridas o fracasos que los chicos van acumulando y que aumentan sus experiencias de pérdida y traumatizaciones, tenemos que ser cuidadosos con la propuesta de los encuentros y de cómo se van dando”, explicó Guillem.

Si los especialistas consideran que la persona o familia es apta, entran a formar parte del Registro de Cuidadores.