POLITICA
dialogo cancelado

Se trabó la transición en Santa Fe y Perotti acusa al saliente Lifschitz

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Entra y sale. El peronista Perotti y el socialista Lifschitz. | cedoc

Comparada con la de Santa Fe, la transición presidencial es un diálogo amistoso, cargado de confianza y entendimiento mutuo. En esa provincia, la relación entre el gobernador saliente, el socialista Miguel Lifschitz, y el peronista electo Omar Perotti está prácticamente cortada. Tras 12 años de gestión, al Frente Progresista Cívico y Social le cuesta pasar al llano. Existen acusaciones cruzadas y versiones sobre los hechos que no podrían ser más disímiles. Se trata de un anticipo de los próximos cuatro años: Lifschitz presidirá la Cámara de Diputados local y será el jefe de la oposición.

Pese a lo acordado en la primera reunión entre ambos, hace dos meses, Lifschitz está a punto de mandar el presupuesto 2020 a la Legislatura. Perotti lo acusa de estar incumpliendo lo charlado: que la nueva administración encabezaría la redacción del texto. En esa cita, la primera de dos, Perotti además le pidió que suspendiera las licitaciones y el pase a planta de funcionarios políticos. Algo que –acusa el perottismo– el socialismo no está realizando.

El socialista se ataja: asegura que su decisión de elevar el presupuesto se debe a la presión de senadores peronistas, en el contexto de una interna en el PJ de Santa Fe. Cerca de Perotti lo niegan, aunque admiten que el gobernador planificó la jugada en sociedad informal con un peronista: Armando “Pipi” Traferri.

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“En la Legislatura hay una gran presión para tratar el presupuesto ahora, de parte de peronistas y radicales”, afirmó el jueves pasado Lifschitz. Según el gobernador, los senadores quieren garantizar obras para sus departamentos. “Es un Senado opositor que el mes que viene será oficialista, pero es evidente que un sector importante del peronismo quiere seguir siendo opositor, porque eso le ha reportado réditos. Esto fue una jugada clara para posicionarse en la interna con Omar”, aseguró.

El senador Alcides Calvo, un dirigente muy cercano a Perotti, lo desmintió. Presidente de la Comisión de Presupuesto, expresó que no hubo compromiso del bloque peronista para mandar el presupuesto antes del 10 de diciembre.

El Frente Progresista (alianza entre socialistas y radicales no alineados con Cambiemos) pretende concretar una ampliación millonaria del presupuesto de la Legislatura. Es decir, otro motivo de discordia.

Al momento, ni siquiera hay acuerdo sobre la ceremonia del pase de mando. Y las denuncias cruzadas dificultan que baje el tono general. El nivel de disputa se llevó puesta la posibilidad de que se apruebe una reforma constitucional: Santa Fe es una de las pocas provincias que no se ajustó al cambio nacional de 1994. Se trata de un tema recurrente en la política santafesina: especialmente, el de habilitar la reelección del gobernador. Pero por ahora resulta imposible: para lograrlo se necesita el voto de dos tercios de ambas cámaras.

Perotti promete que mantendrá una relación fluida con Alberto Fernández. Los voceros del gobernador electo niegan roces por haber perdido la presidencial en Santa Fe, después del triunfo en la PASO. “Nunca hubo reproches”, juran. Y citan un ejemplo: la arquitecta perottista María Eugenia Bielsa es candidata puesta a ser la futura ministra de Hábitat y Vivienda de Fernández.