Sin interlocutores con el futuro gobierno del Frente de Todos para conducir la transición y en medio de una revuelta en la Cancillería que comanda a raíz de la postura oficial del Gobierno frente al golpe de Estado en Bolivia. Así transita Jorge Faurie estos días finales mientras resuelve qué hará a partir del 11 de diciembre.
Faurie fue la voz del gabinete en las horas críticas del domingo pasado, cuando los eventos se desarrollaban con vértigo en Bolivia. Ninguno de los dos comunicados que emitió su ministerio, antes y después de la salida de Evo Morales del poder, definió lo que acontecía como un golpe de Estado. Tampoco lo hizo él mismo al enfrentar a los medios en los días siguientes, y eso le generó una rebelión en su propia tropa. En su círculo explican que la postura se consensuó ese domingo a la tarde con Jefatura de Gabinete pese a las diferencias que afloraron hasta en la Casa Rosada.
Los primeros que se le plantaron fueron los administrativos nucleados en ATE, con un comunicado en el que acusaban al Gobierno de conducirse con un “doble estándar”, advertían sobre la falta de “una postura coherente y ecuánime” frente a los acontecimientos en la región y describían lo ocurrido en Bolivia como un golpe. Les siguieron los diplomáticos, nucleados en la Asociación Profesional del Servicio Exterior de la Nación (Apsen). Mediante un tuit, que implicó varias horas de negociación desde diversos puntos del mapa, desconocieron la postura de su jefe político para condenar, por su cuenta, “el golpe de Estado que depuso al presidente Evo Morales.”
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Desde el entorno de Faurie le restan importancia al tema y ponen en duda la representatividad de Apsen sobre todo el cuerpo diplomático. “Me parece que es más un querer quedar bien con los que vienen que lo que realmente piensan”, aseguraron a PERFIL. Miembros ligados a la movida subrayaron, en cambio, que el mensaje salió por consenso de la comisión directiva, justo antes de la renovación parcial del viernes último.
Como sea, no es la primera vez que la Asociación se cruza duro con el canciller. Y estos caracteres tampoco pasaron desapercibidos en el universo diplomático en general: hubo unas diez cartas de funcionarios enojados, dos amenazaron con desafiliarse y más de cincuenta mensajes respaldaron a la asociación.
De momento, Faurie no tuvo contacto con quienes tomarán la posta en su ministerio con Alberto. De hecho, las únicas comunicaciones que mantuvo se dieron en ocasión del operativo coordinado con México para sacar a Morales de Cochabamba rumbo al asilo. Jorge Argüello, uno de los internacionalistas de Fernández, le solicitó que intervenga con Paraguay para liberarle la ruta al avión. El segundo llamado llegó cuando se necesitaba abrirle paso en Brasil pero ya estaba garantizado al intervenir
Mientras, prepara un extenso informe de gestión en el cual volcará todo lo hecho desde el 12 de junio de 2017, cuando reemplazó a Susana Malcorra. Se presentará el último viernes de noviembre, junto a los secretarios de cada área y a modo de balance.
Lo que siga, aún es una incógnita, incluso para sus allegados. “Cuando su cabeza estaba empezando a procesar qué hacer el año que viene, estalló todo esto”, comentaron a este medio. Además, todavía tiene por delante la cumbre de ministros de Relaciones Exteriores del G20 en Japón esta semana, la COP 25 en Madrid y la reunión del Mercosur.
Resta saber si se retirará de la actividad o permanecerá como embajador, muy posiblemente sin designación. Otros aventuran un intento de cara a las legislativas de 2021 cuando su provincia, Santa Fe, renueve bancas en el Senado. Afirman que le tomó el gusto a la campaña entre tanta panfleteada y timbreos.
Añez apura a Macri
La presidenta autoproclamada de Bolivia, Jeanine Añez, envió un mensaje a Mauricio Macri, en medio de la crisis institucional que atraviesa su país, y le pidió que “sea más claro” en el reconocimiento de su figura como la sucesora legítima de Evo Morales. La presión de Añez al gobierno argentino, realizada a través de la ministra Karen Longaric, llegó luego de que un grupo de países encabezados por Estados Unidos reconociera su figura como mandataria interina. Por el momento, Macri eligió condenar la violencia en el país vecino pero evitó hablar de “golpe de Estado”. En cambio, solicitó una salida democrática a través de elecciones “libres y justas”. “Quiero dejar claro que repudiamos la violencia de cualquier tipo y bajo cualquier circunstancia. Nosotros creemos en el diálogo como único método de salida de cualquier crisis que pueda tener una nación”, manifestó Macri.
