Con la brecha entre el oficial y blue en 150%, hay insumos que se quedaron "sin precio"
Las empresas tienen problemas para calcular el “costo de reposición”. Otras optan por los aumentos preventivos o eligen no vender hasta que aclare. Alimentos presionan la inflación.
Las empresas tienen problemas para calcular el “costo de reposición”. |
cedoc
Las pyme sostienen que no reciben presupuestos para los insumos, o que se hacen operaciones “con factura abierta”, para completar después el precio en un punto acordado entre el momento de la orden y el de la entrega. En otros casos, además, las firmas que tienen que reponer insumos en dólares optaron por no vender. Según explican en el sector privado, estas brechas impiden calcular el “costo de reposición”, es decir, a qué precio se podrá volvera a comprar la mercadería.
Los bienes que se importan se pagan bajo el dólar oficial al que se accede a través del mercado único y libre de cambios, que se mantiene entorno a los $ 84 pero para el que el acceso es cada vez más limitado, según denuncian los importadores.
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Influencia. “El blue no es un dólar bajo el cual se hacen las transacciones comerciales e industriales, pero claramente termina influyendo en los precios”, dijo el empresario y secretario de prensa de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Pedro Cascales, “Los formadores generalmente referencian con los paralelos porque esto muestra que hay expectativas de devaluación y de mayor inflación. Eso impacta de alguna manera e los precios de los insumos de las pymes”, agregó a NA.
También destacó que los proveedores no quieren dar precios de forma anticipada, lo que complica su operatividad y programación. “Hay un problema de desconfianza e incertidumbre que muestra ese dólar paralelo. Se están acortando los plazos de pagos”, remarcó.
“No hay precios de referencia o se entregan con factura abierta, incluso en bienes como cemento o hierro que no tienen que ver con el dólar”, explicó un representante del sector empresario sobre los problemas que está generando la brecha cambiaria.
Esto genera una parálisis en algunos sectores de la industria que todavía están recuperándose del impacto de la pandemia de coronavirus y las medidas de aislamiento.
“En la medida que se retomaron las actividades, la proporción de personal inactivo fue reduciéndose. No obstante, en línea con las habilitaciones especiales, las pautas marcadas por los respectivos protocolos y/o las características de los procesos internos, junto con la relación de oferta y demanda, las empresas de Construcción y de Comercio son las que relativamente menos han podido reactivar a sus trabajadores”, remarcó sobre la pandemia un anticipo del Observatorio Pyme que se presentará esta semana. El empleo es la principal variable que también está bajo amenaza por la incertidumbre cambiaria, según marcan las empresas.
Pero además, hay presión sobre los precios y sobre la inflación. Por un lado, por el cambio de política del Banco Central, con una devaluación más agresiva del oficial para diferenciarse el ‘crawling peg’, el acompañamiento de la inflación mensual que mantenía hasta ahora.
En ese contexto, un informe sobre el avance de la inflación de octubre de la consultora LCG marcó que “en la tercera semana de este mes, la suba de precios de los alimentos promedió 1,7%, acelerándose 0,3 puntos porcentuales respecto a la semana anterior. En lo que va del mes la suba acumulada es de 3,8%. Contra las mismas semanas de septiembre el incremento promedio asciende a 3,4% mensual. Esta dinámica deja un arrastre de 3,5% para todo el mes de octubre.
En el contexto de la falta de divisas, para evitar presión sobre las reservas del Banco Central, se plantea volver a utilizar recursos como el sistema de pago en moneda local para las operaciones con Brasil y el swap con China, para garantizar el acceso a los dólares a la producción y que la escasez no complique todavía más la recuperación económica a la que aspira el Gobierno, aunque se prevé que el PBI tenga una caída del 12% este año.
El secretario de Política Económica, Haroldo Montagu, participó de una reunión virtual entre ministros de Economía de América del Sur y México, y representantes del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), sobre las medidas y perspectivas por el impacto del COVID-19.
“Estamos comprometidos a continuar un proceso de recuperación bajo dos premisas: no hay estabilización macroeconómica que sea posible sin una recuperación de la actividad económica; y que la sostenibilidad fiscal es una condición necesaria para una economía tranquila”, planteó el funcionario.
“La prioridad, en este contexto, fue cuidar la vida, atendiendo los efectos sobre empresas y familias, ya que era necesario cubrir los ingresos de los sectores más afectados por la pandemia y el saber hacer de las empresas”, agregó el funcionario sobre el encuentro que encabezó Alejandro Werner director del Hemisferio Occidental del FMI.
