PERIODISMO PURO
ENTREVISTA EXCLUSIVA

Domingo Cavallo: "Alberto Fernández nunca aspiró a ser un gran líder político, era un operador muy eficaz"

Cómo a Alberto Fernández, el ex ministro de Economía, entre otros tópicos tratados en Periodismo Puro.

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EL PRESIDENTE: ”Tengo respeto personal por Alberto Fernández. Tuvimos una muy buena relación”. | Marcelo Aballay.

El ex ministro de Economía de la Argentina fue entrevistado para Periodismo Puro por Jorge Fontevecchia. A continuación, algunos de los tramos más destacados.

—La única vez que Alberto Fernández fue candidato en una elección fue por su partido.

 

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—No en mi partido, pero sí en la alianza que formamos para sostener la candidatura Cavallo-Beliz a la Ciudad de Buenos Aires.

—¿Cómo fue su relación con él en esa época?

—Muy buena. Diría que siguió siendo buena, aunque ya después no tuve mucho contacto con él. Tengo respeto personal por él. No es un economista, es un político. Diría que nunca aspiró a ser un gran líder político, era un operador muy eficaz.

—¿No tenía carisma?

—Creo que él mismo no se veía como posible candidato a presidente de la nación, pero estaba dispuesto a ayudar a otros. Estaba ayudando a Felipe Solá a eventualmente avanzar en una candidatura. Pero lo conocía de antes porque había estado en la Superintendencia General de Seguros. Ahí yo no tenía supervisión directa sobre lo que hacía, la tenía Carlos Sánchez, el viceministro. Tarea que después quedó a cargo de Roque Maccarone como secretario de Finanzas. Allí hubo un período en que Maccarone no estaba muy satisfecho con lo que estaba haciendo Alberto Fernández. Allí, Alberto se fue pero quedó Claudio Moroni, el que es actualmente ministro de Trabajo. Esa fue la gestión que le conocía a Alberto Fernández. Pero después, cada vez que venía a verme Kirchner al Ministerio de Economía o incluso después cuando empecé a desarrollar mi propia actividad política en Acción por la República, el que lo acompañaba era siempre Alberto Fernández. Tuve la misma relación con Kirchner que con él, una vez que terminó la campaña presidencial, donde obviamente Alberto Fernández y Kirchner apoyaban a Duhalde; sin embargo Kirchner había tenido la iniciativa de querer hacer una fórmula.

—Los invitó a comer a usted y a Duhalde para decirles que si se juntaban le ganaban a Fernando de la Rúa.

—Es algo que cuento en varios de mis libros.

—Carlos Ruckauf hizo eso en la provincia de Buenos Aires y ganó. O sea, tenía razón Néstor Kirchner.

—Así es. Ruckauf fue candidato de las dos candidaturas, la de Duhalde y la mía. Y ganó. Es que si uno leía bien lo que había pasado políticamente desde el 87 en adelante hasta la reelección de Menem era que el justicialismo ganaba en todas las provincias. Cuando me alejé del gobierno y empecé a formar mi propio partido político, Acción por la República, lo hice a imagen y semejanza del Partido Liberal de Alemania, que siempre había jugado como comodín entre la socialdemocracia y la democracia cristiana y había ayudado a formar coaliciones que mantuvieron el eje económico y político.

—Una tercera vía.

—Ese fue el objetivo de Acción por la República. Pero el efecto fue que le quitamos el apoyo que tuvo el menemismo de la gente más liberal, se quedaron sin ese 10% que respondía ideológicamente a mis planteos.

—¿Encuentra un paralelismo entre eso y la convocatoria a Sergio Massa de Cristina Kirchner para ganar las elecciones? ¿Ese 10% de Massa podría ser el que usted le había quitado a Menem?

—Así es, especialmente si se hubieran mantenido unidos Massa y Lavagna, hacían una interna y surgía un candidato.

—Y Macri hubiera sido reelecto.

—Sí.

—O sea que Cristina Kirchner fue más inteligente políticamente que Eduardo Duhalde.

—Sí, porque lo que yo estaba contando es que ya en el 97 el peronismo perdió en la Capital y en la provincia de Buenos Aires porque nosotros le arrastramos una parte de los votos. En el 99 era cantado que iba a ganar De la Rúa.

—Usted tuvo a Alberto Fernández de candidato cuando se presentó en la Ciudad. También tuvo a Gustavo Beliz y a Jorge Argüello.

—Así es.

—Todos muy amigos de Alberto, ¿qué los unía? Parecen muy distintos.

—Con Beliz actuamos mucho juntos. Lo ayudé mucho cuando todavía seguía en el gobierno como ministro de Economía. Se había ido y estaba formando Nueva Dirigencia. Me parecía que el hecho de que se hubiera ido del gobierno y especialmente las razones de su salida era malo para el país. Por lo tanto, me parecía útil ayudarlo a formar su partido. Cuando empecé a formar Acción por la República, no quería simplemente sumarme a Nueva Dirigencia porque era demasiado filoperonista, mientras que nuestro partido también apelaba a esa gente que no se sentía muy cómoda con el peronismo y que lo había votado por las políticas que había implementado Menem con mi ayuda. Más allá de todo eso, trabajábamos mucho juntos.

—¿Le sorprende que Alberto Fernández, Beliz y Argüello, los tres fueron parte de su alianza, hoy gobiernen?

—Dije que me sorprenden los pronunciamientos en materia de política exterior, en base a lo que sabía de ellos de aquella época. Cuando con Beliz fuimos candidatos a jefe de Gobierno de la Ciudad, se formó un grupo que se llamaba El Peronismo que Suma. Eran los peronistas de la Capital liderados por Argüello, integrados por Alberto Fernández, Alberto Iribarne, Julio Vitobello y toda esta gente que ahora se considera como la de mayor confianza de Alberto. Apoyados por Ruckauf y Kirchner vinieron a ofrecernos apoyo. Por supuesto que en política, cuando te ofrecen apoyo también quieren la contrapartida de poder ser candidato. Querían ser candidatos a legisladores, pero ofrecían el apoyo nada menos que de Ruckauf, que era gobernador de la provincia de Buenos Aires, y de Kirchner, que era gobernador de la provincia de Santa Cruz. Además ellos adherían claramente a lo que nosotros pregonábamos, lo que pregonaba la fórmula Cavallo-Beliz. Incluso Beliz había escrito un libro que se llamaba La convertibilidad social, que enganchaba con la idea de la convertibilidad económica. Pero por ejemplo ahí, Alberto Fernández y Argüello competían con Beliz, porque como yo tenía que decidir cuántos legisladores le correspondían a uno y a otro, yo tenía que mediar. Pero era un enfrentamiento por posicionamientos dentro de la fórmula, dentro de la lista.

—Julio Bárbaro dijo que Alberto Fernández es un discípulo económico de Domingo Cavallo. Hace un año, Moreno había dicho que era “neoliberal”. ¿Se trata de una persona cercana a su visión de la economía?

—No sé. En aquel momento, apoyaba las ideas que impulsábamos Beliz y yo. Y en alguna medida, por algunas de las cosas del pedido de Kirchner, advertí que no se había desenganchado totalmente de ese concepto. Tampoco Kirchner. Por ejemplo nadie sabe que Kirchner se opuso totalmente a la pesificación de Duhalde. Y la razón por la que Néstor Kirchner no aceptó ser jefe de gabinete de Duhalde en 2002 fue porque Duhalde había decretado la pesificación compulsiva de depósitos y préstamos y la destrucción de la convertibilidad de la forma en la que lo hizo.

—¿Alberto Fernández y Néstor Kirchner estaban más cerca de la visión del ordenamiento general que usted plantea que Cristina Kirchner y Kicillof?

—Absolutamente. Cristina Kirchner, después de la muerte de Néstor Kirchner y cuando entró Axel Kicillof y la gente con una ideología parecida a la de Kicillof, adoptó ese relato kirchnerista que se sigue pregonando y que fue muy difundido y propagandista a partir del año 2007, de 2008 en adelante. A diferencia de Néstor Kirchner y quizás del propio Alberto Fernández, Cristina tiene una propensión a ideologizarse mucho mayor. 

—¿En línea con Kicillof?

—Sí, la perspectiva de Kicillof.

—¿En esa perspectiva coloca a Marcó del Pont también?

—Sí. Marcó del Pont es el ingrediente monetario de eso. En lo que coinciden los neomarxistas o neokeynesianomarxistas, no sé cómo llamar a la gente de Kicillof y Marcó del Pont, es en que piensan que la emisión monetaria no tiene ningún efecto sobre la inflación y que se puede hacer cualquier cosa desde el Banco Central en términos de crear crédito, de financiar déficit y cosas por el estilo. Y que se puede obligar a la gente a manejarse en todo sentido con pesos. Este para mí es el error fundamental, porque si la gente quiere ahorrar y preservar su ahorro y encuentra que el dólar es lo único que le mantiene líquido su ahorro y le preserva su valor, al prohibirle que ahorre en dólares va a comprar dólares que van a irse al exterior.

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—Diría Freud: lo prohibido atrae más.

—Claro. Pero volviendo al tema de Alberto Fernández, yo no lo conozco de los últimos tiempos lo suficiente como para decir si ha tenido una conversión ideológica en la misma dirección que la tuvo Cristina.

—¿Existe la conversión ideológica?

—En el caso de Cristina Kirchner sin duda hubo una.

—¿No sería así antes?

—Hay un reportaje que le hizo Julio Bárbaro a Cristina Kirchner en el que ella habla de mí, cuando éramos candidatos con Beliz a la Jefatura de Gobierno. Ahí me cataloga como el más lúcido exponente del capitalismo pero con capacidad de articular con un movimiento popular como el peronismo y cosas por el estilo.

—¿Tenía pensamiento económico por entonces?

—Seguramente no tenía un pensamiento económico muy claro, como tampoco lo tenía Néstor Kirchner.

—Néstor tenía un pensamiento más bien administrativo.

—Claro. Y como él vio el éxito de la convertibilidad y de la reforma en materia de petróleo y gas y electricidad de toda esa década, y las privatizaciones, las apoyó.

—¿Cuál sería su mensaje final a Alberto Fernández?

—Que se respalde. Necesita respaldo de Cristina, necesita, como todo político, mantener su coalición. Debe prestar atención a todo. Cuenta con gente que lo puede ayudar mucho. Voy a darle tres nombres, uno le va a sorprender. El de Jorge Argüello en materia de política exterior, que ahora va de embajador ante Estados Unidos.

—Será más que un embajador de Estados Unidos. Coordinará lo referido a la ONU, la OEA y el Fondo Monetario.

—El otro nombre es Gustavo Beliz que, como secretario de Asuntos Estratégicos, le puede dar muy buenos consejos. El tercer nombre es el de Vilma Ibarra. No la conocía, solo sabía que era la  hermana de Aníbal, y me preocupé por ver su actuación. Y cuando leí el libro Cristina vs. Cristina percibí que sin duda es una mujer muy inteligente y me parece que puede ayudar mucho también a Alberto Fernández, a ubicarse en los temas difíciles que debe resolver. Otro consejo es que no tenga miedo y empodere a sus ministros de Economía y les permita que formen su equipo con personas que puedan trabajar bien con él y que piensen de la misma manera. Todo eso podría ayudarlo a aumentar sus chances de tener éxito. No me quiero meter en las complicaciones de la política. Porque además demostré no saber de política, ¿qué consejo le voy a dar a otro político si yo he demostrado que me he equivocado muchísimo? Pero en economía y en administración del Estado creo que tengo experiencia. Desde ahí es que escribo libros y trato de dar alguna opinión.