OPINIóN
TIEMPOS COVID 19

Importancia y rol del escribano

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Pieter Brueghel el Joven. La oficina del recaudador de impuestos (c. 1615). | cedoc

La profesión de escribano, la actividad notarial en sí misma, se remonta a épocas muy lejanas de la historia de la humanidad, ha perdurado en el tiempo y ha trascendido generaciones. El motivo o la causa radica en su fin principal: aportar a la comunidad seguridad jurídica y “paz social”.

Durante siglos, el notariado reviste la figura representativa de la imparcialidad, el respeto por la ley y la fe pública, mantiene sus postulados adecuándolos a las circunstancias imperantes y al contexto histórico. El notariado se ha adaptado al crecimiento de los pueblos, acompañando la evolución del pensamiento, la adecuación del derecho y las costumbres de la humanidad, en un mundo globalizado, marcado por la fluidez e inmediatez de las comunicaciones y por nuevas formas de contratación ágiles y dinámicas, continúa incorporando herramientas tecnológicas que facilitan tanto su labor diaria como la de otras profesiones.

No obstante su continua adaptación al pensamiento como a la tecnología,  hoy el notariado enfrenta uno de sus mayores desafíos. De cara a una pandemia generada por un virus cuyo mejor antídoto es el distanciamiento, los escribanos, fortalecidos en el “ante mí”,  continúan adaptándose al uso de las nuevas tecnologías y así manteniéndose a la par de quienes requieren sus servicios.

En el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires los notarios cuentan con su firma digital y fojas digitales. Con fecha 9 de abril del corriente, el Colegio de Escribanos de la Capital Federal aprobó el reglamento que regula los Certificados de Actuación Remota, en virtud de la realidad impuesta por la pandemia y las demandas de la sociedad, a fin de agilizar su gestión y adecuarlo a un servicio que requiere un grado mayor de seguridad y menores escenarios de conflicto.

Esta herramienta permite autorizar certificados notariales, requeridos por vía remota, mediante aplicaciones que  faciliten reproducir el hecho autenticado e instrumentarlo en fojas extraprotocolares, en soporte físico y digital. Es decir que con relación a los hechos percibidos mediante una videollamada, el escribano puede certificar esta percepción, y si bien este acto no reemplaza la certificación presencial de firmas, en su caso, dotará al documento de un mayor valor probatorio.  

Estos certificados, durante la pandemia, han sido recepcionados por numerosos organismos de forma satisfactoria brindando una solución efectiva en aquellos casos que, siendo necesaria la intervención notarial, el aislamiento no fue un obstáculo.

Nuestro notariado, observando los logros alcanzados en otros países del mundo, continúa trabajando para lograr nuevos avances; siendo un anhelo el desarrollo de una plataforma digital segura y eficiente, donde el factor humano y la tecnología se complementen y el escribano pueda interactuar eficazmente con quienes requieren su función y garantizar las virtudes de la fe pública.

Por lo pronto, hoy en plena pandemia, haciendo uso de los avances que en todos los ámbitos sociales han sido incorporados para ofrecer soluciones, continuamos brindando servicio, y como ha sucedido a lo largo de la historia, en cada momento importante de la vida de las personas los escribanos nos encontramos aconsejando, ayudando y acercando esa cuota de tranquilidad que enaltece nuestra tarea, porque ese es el mayor logro de la función notarial, sentir que quien recurrió a un notario posee la seguridad de que aquel habrá intentado actuar en pos de la paz social.

 

*Escribana, titular del Registro Notarial 325 CABA. Profesora del Postítulo de Notariado USAL. Facultad de Ciencias Jurídicas.