INNOVACION
HORAS AL VOLANTE

La experiencia de un conductor de Uber en primera persona

Tras manejar su auto una semana conectado a la aplicación, aquí un balance de ingresos y gastos de la plataforma que trae polémica.

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Tiempo. El autor de la nota estuvo 42 horas conectado y recorrió 800 kiómetros en una semana. | shutterstock

El desembarco de Uber en Argentina desató reclamos judiciales, protestas y un debate sobre la movilidad, y al mismo tiempo se convirtió en una salida laboral de emergencia para muchos por la crisis. Yo fui uno de ellos. Acá voy a contar mi experiencia, con un seudónimo, para poder seguir trabajando, a pesar del balance que ustedes leerán a continuación.

Para comenzar la experiencia llené el tanque desde cero con nafta súper: fueron 50,4 litros que me costaron 2.300 pesos. Al cabo de cuatro días tuve que reponer completamente con otros 50 litros y un costo de $ 2.356, que también consumí en su totalidad, precisamente al terminar el último día de esa primera semana.

Mi auto es un sedán mediano con motor de 1,8 litros y un rendimiento promedio de 9 km por cada litro de combustible. Con las dos cargas podría recorrer un total aproximado de 900 kilómetros en trayectos urbanos. Pero a efectos de mayor precisión desconté del cálculo unos 100 km (11 litros) que utilicé en trayectos personales, con lo que en la práctica el gasto real fue de 90 litros ($ 4.107) consumidos en 800 kilómetros de viajes de Uber.

El primer día trabajé de 8 a 14 y luego de 16 a 19.30. En total fueron nueve horas y media, con una “facturación” en mano (la mayoría de los viajes se pagan en efectivo) de unos $ 2.800. Uber se queda con una acreencia a su favor de aproximadamente el 30%, por ello mi ganancia neta fue de $ 1.978,96 en esa jornada.

El segundo día tuve un rendimiento un poco mejor, ya que dediqué cuatro horas a partir de las 15 y otras cuatro desde las 21 hasta la 1, sumando una ganancia de $ 2.037,46. Algo similar fue el tercer día: obtuve $ 2.205,13 dedicando tres horas de las 7.30 a las 10.30; una hora de 16.30 a 17.30 y otras cuatro desde las 21 hasta la 1.

A través de una página web el usuario-conductor puede ver su cuenta con un detalle preciso de los viajes realizados, con los kilómetros recorridos, el importe cobrado y la ganancia neta que obtuvo cada día y cada semana.

Así, mis registros muestran que en toda la semana de prueba (seis días, ya que en uno de ellos no trabajé) estuve un total de 42 horas y 17 minutos “conectado”, completando 87 viajes. Recibí pagos en efectivo por un total de $ 16.233 más dos viajes pagados por los pasajeros en forma virtual, por $ 557. Mi ganancia neta fue de $ 12.178 con un total de 593 kilómetros recorridos.

Teniendo en cuenta ese detalle, la ganancia promedio por cada kilómetro recorrido se puede calcular en aproximadamente $ 20,5. Pero acá viene la primera trampa: la aplicación no toma en cuenta los tramos entre el lugar donde se deja a un pasajero y el de retirada del siguiente, ni tampoco los casos en que el usuario cancela el viaje.

Así, en mi caso registré un total de 593 kilómetros en los viajes de esa semana, pero en realidad fueron 800, tal como mencioné más arriba. Es decir que la ganancia por cada kilómetro real se debería estimar en $ 15,22. Pero si además tomamos en cuenta el gasto mencionado de combustible, más peajes ($ 356 en mi caso) pagados en distintos trayectos en que eran inevitables, la relación es de $ 9,64 de ganancia por cada kilómetro recorrido.

Si hacemos el cálculo tomando en cuenta las horas trabajadas en lugar de los kilómetros recorridos, arroja un ingreso de $ 289 pesos por hora, considerando el total de $ 12.178 dividido en 42 horas de toda mi semana de prueba. Pero lo cierto es que las horas reales dedicadas se estiran bastante más, si consideramos los lapsos de tiempo de espera o sin pasajeros. Como muestra podemos considerar el primer día, en el que gané $ 1.979 en 9,5 horas. Ello arroja un valor de la hora de 208 pesos.

Pero una vez más, si restamos de la ganancia lo gastado en combustible y peajes, el valor por hora se reduce a solo $ 183,69, un valor equiparable a la escala salarial de las categorías 2 y 3 del servicio doméstico. Y eso considerando solo el tiempo conectado, no el tiempo realmente dedicado a estar “conectado”.

Balance. Como se puede inferir de las cifras, el margen de ganancia para el conductor es muy estrecho: requeriría dedicar unas diez horas diarias para tener una ganancia real aproximada de $ 1.800 por día. Considerando 26 días (con un día de descanso a la semana) alcanzaría un ingreso mensual de $ 46.800, a lo que debe descontarse el pago de impuestos (monotributo), seguro, patente, gastos de lavadero o insumos para el auto, cochera, etcétera.

Ahora bien, más allá del análisis cuantitativo, se pueden obtener algunas conclusiones desde lo cualitativo: estas plataformas brindan un servicio que se impone inexorablemente y que ocasionará la desaparición virtual de remises y (quizás no totalmente) del servicio de taxis tal como lo conocemos.

A pesar de un marco regulatorio en el que aún no está clara su legalidad, la penetración que tiene ya es enorme y parece inevitable que siga extendiéndose. Se trata de un modelo en el que fundamentalmente ganan dos partes: el usuario-pasajero y la empresa. El primero, porque accede a un transporte más fácil, seguro y eficaz, con tarifas casi siempre inferiores a las de taxis y remises, más la comodidad de pedirlo rápidamente con el celular y de tener trazabilidad total. Y la empresa, por supuesto, porque tiene nulo riesgo, sin depreciación de capital y una facturación diaria difícil de estimar: a juzgar por el grado de penetración comprobado, debe sumar varios millones.

La parte más desfavorecida es la del prestador real del servicio: el conductor que pone el auto y su tiempo de trabajo para una ganancia ínfima, de muy poco margen.