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un proyecto de maria eugenia vidal

Pierri reapareció para “salvar” a La Matanza de la división

El peronismo apela a una figura controvertida para evitar que la gobernadora de Buenos Aires logre darle un golpe decisivo: desarticular el distrito más grande del país, donde conserva un importante poder.

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Caudillo. Pese a vivir en Lomas de Zamora, como Duhalde, Alberto Pierri gobernó La Matanza. | cedoc
La reaparición de Alberto Pierri expresa el temor que inquieta al peronismo bonaerense. El eventual cambio de paradigma de gobierno con María Eugenia Vidal: una nueva división política de los territorios donde conserva porciones de poder. Particularmente, la Tercera Sección Electoral donde el Frente para la Victoria se impuso por medio millón de votos en todas las instancias electorales del año pasado.

Pero la idea de restituir la unidad como precepto doctrinario encubre otra razón práctica sintetizada, de modo paradójico, por la polémica figura convocada para sortear esa dificultad creciente. Alberto Pierri, el ex intendente de La Matanza y vecino ilustre de Lomas de Zamora desde hace más de veinte años. La suma de electores de los dos distritos es igual a la mitad de los votantes de esa región que concentra, a la vez, el tercio del total de votos en la Provincia.

Monjes. Resurrección del mito a la que contribuye la religiosidad de Marcelo “Oso” Díaz. El diputado provincial y jefe de la bancada FAP presentó como cada año desde el 2010 el proyecto para fundar cuatro municipios sobre la base del más grande de la Argentina. Hay esta vez dos diferencias notables. La composición de la Legislatura y el estado de la opinión pública, muy favorable a limitar lo que percibe como atribuciones excesivas en las dirigencias.

Si el acuerdo de Cambiemos, UNA y los militantes de Stolbizer en las dos cámaras supera la mayoría simple necesaria para avanzar en ese proyecto como parte de una amplia reforma política, Margarita es uno de los factores que podría entorpecerlo.

La incertidumbre electoral que pretende mantener hasta marzo para decidir si la alianza electoral es con el actual oficialismo o Sergio Massa no sólo podría demorar su paso por las comisiones de Asuntos Municipales, Legislación y Asuntos Constitucionales. También estirar una definición del Ejecutivo sobre la viabilidad de la división que, si fuese por Díaz e incluso legisladores de Cambiemos, debiese incluir a Lomas de Zamora, Almirante Brown, San Martín e incluso La Plata.

Lomas.
Que el partido gobernado por Martín Insaurralde aparezca en lista luego de La Matanza es un viejo deseo de Díaz que alimenta especulaciones sobre el alerta temprana de Pierri en reuniones con Fernando Espinoza, Rubén “El Negro” Ledesma y hasta Luis D'Elía detectadas por el gobierno bonaerense. ¿Se trata de un auxilio del intendente al titular del PJ para plantar una primera línea defensiva con un delegado de Massa y el piquetero, surgida de las tertulias del Lomas Athletic, al costado de la pista sintética de hockey, ¿la nueva pasión de ambos?

Monzó e Insaurralde. Es un interrogante. Insaurralde parece manifestar los mismos síntomas de autoaislamiento en que cayeron Espinoza y Verónica Magario, cuando lo sucedió en el municipio rodeada de un gabinete ultra K y la intención de antagonizar con Vidal para aspirar a sucederla. Podría tratarse de una epidemia capaz de estragar al peronismo: la paz reciente pactada por Vidal, Horacio Rodríguez Larreta y Marcos Peña procura encorsetar a Emilio Monzó, frecuente interlocutor de Insaurralde.

Apodados “Trillizos de Oro” por el voluntarismo dispuesto a disimular incordios pero no por afinar la misma nota, la gobernadora, el jefe del gobierno porteño y el jefe del gabinete de Mauricio Macri, acordaron coordinar el despliegue nacional del PRO y desde allí reclamarle al titular de la Cámara de Diputados que se encargue sólo de gestionar la estrategia en los distritos donde no se es gobierno.

Ambito donde el zar de la comunicación presidencial tal vez trate de asimilar lo que alrededor de Vidal dan como hecho. La Provincia marca el ritmo de la agenda oficialista. A la limitación de mandatos a legisladores e intendentes, le añaden la jubilación de María del Carmen “Pochi” Falbo, quien estaría resuelta a fin de septiembre, por gestión de Gustavo Ferrari.

El ministro de Justicia acordó con la Procuradora General bonaerense el trámite iniciado el 11 de agosto. Que Carlos Altube sea mencionado como adjunto de quien designe Vidal para reemplazarla es el detalle que lo vuelve imperfecto y acaso siente precedente indeseado, si es que el movimiento es replicado en algún momento por Alejandra Gils Carbó.

Actual fiscal general del Tribunal de Casación, su antecedente destacado fue en la Fiscalía N° 4 de Quilmes, cuando no apeló el pedido de hábeas corpus que Falbo y el actual presidente del fuero donde sirve, Federico Domínguez pidieron para el prófugo Aníbal Fernández. Fue el inicio de una carrera que se apresta a coronar.
 
Gris. Monzó promete no rendirse al “gris ideológico” que postula ese triángulo: el viceministro del Interior, Sebastián De Luca se reunió esta semana con Fernando Gray. Como el de Lomas de Zamora, el intendente de Esteban Echeverría se siente damnificado por las políticas del ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, una llamativa coincidencia con Massa, crítico de su gestión.
Podría constituirse en la primera evidencia aparente de una fisura del Grupo Esmeralda. El espíritu adverso al diputado opositor es lo que acerca a Juan Zabaleta, Gabriel Katopodis y Mariano Cascallares al gobierno de Vidal. Por necesidad, el orden de prioridad de los jefes comunales de Hurlingham, San Martín y Almirante Brown, coincide con el del gobierno nacional: la consolidación política está supeditada a la económica.

Por eso les preocupa más infligir una derrota electoral al kirchnerismo y a Massa antes que al Gobierno, de quien depende para la asistencia financiera. Con el propósito posterior de promover una renovación del PJ que aleje por igual a Espinoza y al líder de UNA. Lo que facilita a Vidal otra diferenciación con Monzó. El pase de intendentes y la división de La Matanza son posibilidades fuera de agenda.
O al menos, hasta que transcurra la interna de la UCR bonaerense en octubre. La mesa de diálogo de Cambiemos liderada por Federico Salvai intenta que “un amigo de la casa”, Maxi Abad, llegue a un entendimiento con Daniel Salvador para enfrentar a Carlos Fernández, el candidato de Ricardo Alfonsín.

Radicales.
No es misión sencilla. El ministro de Gobierno debe persuadir al diputado provincial ligado a Ernesto Sanz que el vicegobernador no es, como supone, uno de los dinosaurios que aspira a desplazar y que debe ser su socio para derrotar al senador provincial, aliado del actual Presidente y potencial aliado de Massa.

Lo que no implica pasar por alto lo que ocurre en La Matanza. La línea directa que el Presidente mantiene abierta con Pierri es una garantía para Vidal. El empresario de medios elige desmarcarse de la política y elude las declaraciones, aunque accedió a un breve diálogo. “Históricamente me opuse a la división. La Matanza es el corazón del peronismo.” Curiosamente, casi una réplica de la consigna que surgió luego de su participación en el cumpleaños de un viejo lugarteniente en el Mercado Central, Raúl Leguiza. “No a la división. La Matanza es de Perón.” Tal vez el último artilugio para resistir.


El antecedente de Duhalde en 1995

Pierri hizo saber por allegados que duda de las garantías de Cambiemos para no avanzar en las divisiones.  “Esto es política. A la noche te cambian una coma, y punto.”

“Cuando Duhalde me vino con esto yo le dije: 'vos primero separá Llavallol de Lomas de Zamora y después vemos'”, confiaron que Pierri recordó en su reaparición política, en el cumpleaños de un dirigente matancero del PJ, donde se debatió el proyecto presentado por el diputado Díaz para constituir cuatro municipios: Los Tapiales, Laferrere, Juan Manuel de Rosas y La Matanza.

La anécdota alude a la división que entró en vigencia para las elecciones de 1995 en las que Eduardo Duhalde fue reelecto como gobernador. Se separó entonces de San Miguel a los nuevos distritos de Malvinas Argentinas y José C. Paz, al de Morón de Hurlingham e Ituzaingó, al de Esteban Echeverría de Ezeiza y al de San Vicente de Presidente Perón.

Más que acercar el Estado a los vecinos, esa reformulación priorizó la intención de Duhalde de aislar expresiones políticas ligadas al entonces presidente Carlos Menem y que pudiesen comprometer su suerte política y sus aspiraciones presidenciales: fueron los casos de Juan Carlos Rousselot en Morón y Rubén Glaría en San Miguel. Los dos fueron destituidos en 1999.

Con la creación de Malvinas Argentinas se inició el largo período de caudillismo de Jesús Cariglino como intendente, interrumpido el año pasado. Alberto Descalzo permanece en ese cargo en Ituzaingó desde 1995. Juanjo Alvarez lo abandonó en Hurlingham en 2001 para asumir como ministro de Seguridad en la presidencia transitoria de Duhalde (2002).

Granados es el intendente de Ezeiza desde su creación a instancias de Menem. 

Con la división de San Vicente y Presidente Perón, Duhalde intentó poner fin a las disputas de dos matrimonios amigos: el de Antonio Arcuri y Brígida Malacrida, intendente del primero (1991-2007) y el de Mabel Müller y Oscar Rodríguez, que gobernó en el segundo (1995-2007).

*Periodista.