COLUMNISTAS

Una política de Estado

Afortunadamente, en la Argentina la memoria del Holocausto ha sido una auténtica política de Estado, que atravesó todos los gobiernos democráticos, independientemente de sus colores políticos.

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Marcelo Mindlin, dueño de Pampa Energía. |

En 2017 asumimos el compromiso de llevar adelante la remodelación total del Museo del Holocausto y crear una exhibición moderna pensada para las próximas generaciones.

El 1° de diciembre, en tan solo dos años, pudimos inaugurar un proyecto integral que incluyó la renovación de 3.100 m2, incluyendo cuatro pisos de oficinas y aulas, y una nueva muestra que cuenta con herramientas pedagógicas y tecnológicas de última generación.

De los múltiples proyectos y empresas que he liderado en mi vida, éste es sin duda el que mayor emoción, satisfacción y orgullo me genera.

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Afortunadamente, en la Argentina la memoria del Holocausto ha sido una auténtica política de Estado, que atravesó todos los gobiernos democráticos, independientemente de sus colores políticos.

Algunos ejemplos: bajo la presidencia del Dr. Raúl Alfonsín el “Nunca Más” fue una bandera que la Argentina entera levantó durante los juicios a los genocidas de la dictadura, bandera que fue el legado para toda la humanidad de los juicios de Nuremberg a los criminales nazis.

El edificio del Museo fue cedido en comodato gratuito durante la presidencia del Dr. Carlos Menem para construirlo.

​La participación fundacional de la Argentina en la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto, fue decidida durante la presidencia del Dr. Fernando De la Rúa.

El presidente Néstor Kirchner derogó, en un acto simbólico la vergonzosa Circular 11, una orden secreta del Estado argentino de 1938, que impidió que miles de refugiados judíos pudieran escapar del hostigamiento nazi y establecerse en el país.

​El acuerdo del Consejo Federal de Educación para la inclusión de la temática de la Shoá en las currículas educativas provinciales fue firmado durante la gestión de la Dra. Cristina Fernández de Kirchner.

El Monumento a las víctimas de la Shoá, situado en el Paseo de la Infanta, fue financiado por el Estado Nacional en un predio cedido por la Ciudad de Buenos Aires, cuando ambas pertenecían a signos políticos diferentes.

El Museo se renovó durante la presidencia del Ing. Macri y contó con el fuerte y decidido apoyo de Horacio Rodríguez Larreta. Fue una especial satisfacción que se haya inaugurado con referentes de todos los sectores políticos.

Esperamos respetuosamente que el Congreso de la Nación apruebe el proyecto de ley que declara de interés nacional al Museo del Holocausto, asignándole un apoyo económico para su sostenimiento, como sucede en las principales capitales del mundo. Sería un justo corolario de un compromiso inclaudicable y creciente con la memoria del Holocausto, a lo largo de estos casi 36 años de democracia.

Es un verdadero privilegio contar con el acompañamiento de los sobrevivientes del horror nazi de quienes hemos asumido su legado como propio. Para ellos nuestro respeto, admiración y agradecimiento.

Hemos construido este espacio de memoria, para que la comunidad judía, la Ciudad de Buenos Aires, y la Argentina tengan el Museo de clase mundial que merecen.

 

(*) Presidente del Museo del Holocausto de Buenos Aires.