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¿Querida inflación?

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Macri: error en Radio Pasión de San Luis. | cedoc

Al decir que la inflación estaba bajando un día antes que el Indec anunciara que la inflación de enero había sido mayor que la de diciembre, Macri volvió a tropezar con la misma piedra. Como cuando durante la campaña electoral de 2015 dijo sobre bajar la inflación: “¡No va a ser difícil! La inflación es la demostración de tu incapacidad para gobernar. En mi presidencia la inflación no va a ser un tema, no va a ser un desafío”. Y ya presidente, en marzo de 2016, a cien días de haber asumido, después de contar con toda la información del Estado y sin imaginarse que terminaría siendo la verdad, dijo: “Si la inflación no baja es culpa mía, no le voy a echar la culpa a otro”.

Para Dujovne es más fácil cumplir su meta fiscal con 33% de inflación que con el 23% de Presupuesto 

Así como dividió el Ministerio de Economía en varias partes para que ningún superministro pudiera arrogarse el mérito de ser quien bajó la inflación y puso en orden la economía (el capital de Lavagna tan cotizado hoy), terminó asumiendo Macri en persona en lugar del premio los errores de sus funcionarios económicos: algunos por falta de práctica del Estado, reciente o permanente (los CEO), otros por fundamentalismo, otros porque no queriendo ser vistos como ajustadores o neoliberales imaginaron que los precios de diciembre de 2015 ya estaban al dólar blue de 15 pesos y no al oficial de 9, y otros que también confundieron deseos con pensamientos llegaron a sostener que el aumento de las tarifas era antiinflacionario porque quita dinero del bolsillo de los ciudadanos haciendo que tengan menos para dedicar al consumo. Disparates efecto de la embriaguez de una dosis alta de poder toda junta (es interesante asistir al documental de la BBC donde muestra cómo el poder aprovecha la plasticidad cerebral para transformar a las personas con el ejemplo de Putin: ver aquí).

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Pero más allá de que Macri recurrentemente desnuda ignorancias como cuando respondió mal la pregunta de Mirtha Legrand  sobre el monto de la jubilación mínima, la cuestión es por qué la inflación de enero fue superior a la de diciembre y mayor a lo esperado a pesar de la política (de Los Picapiedra, por básica) de crecimiento cero de la base monetaria del Fondo Monetario Internacional.  

Hay tres explicaciones, la primera conjetura sobre que el Gobierno se asustó del nivel de recesión que estaba generando y las consecuencias electorales que podría tener una caída pronunciada de la actividad económica y decidió bajar la tasas de interés que en octubre estuvieron a más del 70% anual, y pasaron a ser de entre 54% y 58% en enero.

Otro argumento es que el Gobierno se asustó pero frente a otro problema: que si hubiera mantenido las tasas por arriba del 70% y la inflación de 2019 caía a menos del 20% no iban a poder cumplir con el déficit fiscal cero dado que gran parte de la recaudación  de impuestos también se eleva con más inflación y menos inflación es simultáneamente menos recaudación (lo que Néstor Kirchner descubrió en 2006, potenció desde 2009 y motivó una contratapa de PERFIL en 2010 titulada “La querida inflación”).

Gran parte del ahorro fiscal de 2018 fue porque las jubilaciones, al actualizar por la inflación y el promedio de aumentos de salarios del semestre anterior, subieron 28,46% en todo el año pasado contra una inflación del 47,6%. Ahora en 2019 esto se da vuelta: si la inflación fuera el 23% y los aumentos de jubilaciones fueran, por ejemplo, 43% el Gobierno –simplificadamente– tendría que pagar 20% por arriba de su recaudación y no podría porque los gastos sociales representan 70% de todo el gasto público y las jubilaciones 70% del total del gasto social.

Al ministro Dujovne lo ayudaría más a cumplir su meta fiscal una inflación del 33% en lugar del 23%,que es la prevista en el Presupuesto. Por eso hay quienes suponen que es él quien le pide más inflación a Guido Sandleris, el presidente del Banco Central, quien además hasta septiembre de 2018 fue su subordinado como secretario de Hacienda.

Quienes sospechan que el Gobierno o el ministro Dujovne, más allá de lo que Macri pueda comprender o participar, quiere más inflación, tienen una evidencia: si el aumento de tasa de interés combate la inflación, ¿qué lógica tendría bajar la tasa en febrero a 43% (27% menos que a comienzos de enero cuando estaba a 59%) mientras en enero la inflación no bajó sobre diciembre sino que aumentó? En diciembre ya se había bajado la tasa de interés de 70% a comienzos de noviembre al 60% pero allí la inflación había bajado respecto del mes anterior.

Desde el Banco Central desmienten las dos explicaciones anteriores y dicen que bajaron la tasa porque comenzarán a tener superávit comercial de hasta mil millones de dólares por mes de mayores exportaciones que importaciones y pueden bajar la tasa sin correr riesgo de no poder satisfacer una eventual mayor demanda de dólares.

Y la tercera explicación es más interdisciplinaria y hace su diagnóstico en que si ya fracasó Federico Sturzenegger tratando de bajar la inflación con tasa de interés y ahora fracasa el Fondo Monetario Internacional tratando de bajar la inflación controlando la cantidad de circulante con emisión cero, habría que reconocer que el fenómeno inflacionario en la Argentina tiene particularidades crónicas por su duración y altos porcentajes históricos que generaron profundas huellas culturales que no se curan con la medicina de tasa o agregados monetarios. Cavallo, quien nuevamente está prolífico, propone usar las tres herramientas juntas: tasa alta, aumento de base monetaria cero y precio del dólar prefijado (convertibilidad a un valor o variable con bandas más estrechas). Cavallo escribió en su blog que si a Sturzenegger lo hubieran dejado continuar con su plan de ofrecer todos los dólares que el mercado quisiera a 25 pesos como hizo en mayo cuando ofreció 5 mil millones de dólares y el mercado solo le compró una parte y fondos experimentados como BlackRock y Templeton vendieron 3 mil millones de dólares a $ 25, el dólar estaría hoy más cerca de aquel valor que del actual, ahorrándonos un pico de inflación. Pero el Fondo Monetario quería más devaluación y eso motivó la salida de Sturzenegger y de su sucesor Caputo para que dólar tocara los 40.

La actualización de las jubilaciones 20% debajo de la inflación en 2018, ahora se le daría vuelta a 20% arriba

La causa cultural de la inflación está haciendo nido en los más importantes economistas del comienzo de Cambiemos que fueron quedando en el camino ante la frustración de ver fracasar la aplicación de distintas técnicas ortodoxas, y hoy estarían más proclives a aceptar “la muleta” de un plan heterodoxo integral que al comienzo de Cambiemos calificaban con desprecio como “atajo”.

Finalmente, que el aumento de inflación de enero sobre diciembre obedezca a cualquiera de las tres causas o a las tres juntas complica igual la reelección de Macri, quien precisa mostrarle a la sociedad que puede con la economía.