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Defensor de los Lectores

Las reglas de estilo rigen también para suplementos

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Manual. Cómo Leer el Diario contiene preceptos que afectan a todo el contenido. | twitter / Juan Quiles

La revista mensual SuperCampo es una de las más antiguas de la editorial Perfil. Cumple, este mes, 26 años de significativos aportes al universo del agro, la ganadería, la industria vinculada a esos sectores y a toda actividad relacionada con la explotación de la tierra en la Argentina y fuera de ella. Este diario publica cada sábado una suerte de “mini SuperCampo”, un suplemento que sirve para complementar semanalmente lo que la publicación entrega una vez por mes.

Dicho esto para poner lo que sigue en contexto: este ombudsman plantea una cuestión que hace a los fundamentos estilísticos de PERFIL, contenidos en el manual de reglas Cómo leer el diario. Allí se puntualizan normas que abarcan todos los recursos periodísticos, de diseño y éticos que rigen el funcionamiento de esta publicación. Son diferentes de los que se aplican en otras entregas de la editorial, entre ellas SuperCampo. Sin embargo, cuando se hace la traslación de notas del mensuario con informaciones rurales, es obligación de quienes editan el adaptar aquellos contenidos a las normas establecidas por el manual de estilo, algo que en gran medida no sucede con esos artículos.

Ayer, PERFIL publicó en el suplemento aludido un artículo que gira en torno a las actividades de la empresa alemana Bayer en el mundo del agro. Para ello, publica un amplio informe de una enviada. El manual Cómo leer el diario y otras decisiones editoriales consecuentes, puntualizan qué condiciones debe reunir un viaje para que no sea confundido con una práctica publicitaria, promocional o comercial. La principal, que se señale si el viaje (en este caso, a Monheim, Alemania, sede del evento “Future of Farming Dialogue 2019”) fue financiado por la firma citada o solventado por la editorial. En la nota que ocupa la doble página central del suplemento, las únicas fuentes son funcionarios de alto nivel de la empresa Bayer. Para completar las carencias, no se indica el crédito de las fotos que ilustran el artículo.

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Otro de los puntos cuestionables en la versión PERFIL de SuperCampo –en este caso, una constante en cada edición– es la ausencia de firmas en buena parte de las notas.

El manual aludido indica que deben llevar firma todos los textos superiores a mil caracteres, y eventualmente iniciales las subnotas. En la edición de ayer, carecen de firmas la nota principal de la página 2 y una nota secundaria de la página 3. Este ombudsman propone a los responsables de la edición del diario que apliquen las reglas de estilo también a este suplemento.

Aclaración. Nada peor que el malentendido para afectar las relaciones entre un medio y sus lectores. Es lo que parece haber sucedido con la columna de este ombudsman del domingo 6, página 41. El lector Juan Carlos Melillo publica un mail en el Correo que puntualiza: “Lo dramático y ofensivo de la foto publicada en su columna es, me parece, lo precario del trabajo mostrado en la misma, que no se comenta ni se denuncia”. Esto no es así: en el texto de quien esto escribe, se puntualizaba que lo observado en la escena es demostrativo de un “sistema que precariza el trabajo”.

Título forzado. Finalmente, quiero detenerme un momento en la columna que Jaime Durán Barba publicara el domingo 29 de septiembre en las páginas 30 y 31, días después del ataque con drones de la minoría hutí sobre un importante campo petrolífero en Arabia Saudita. El título del artículo –referido en una porción menor al conflicto de esa comunidad chiíta respaldada por Irán, y a lo sucedido con el petróleo saudí– pretende desafiar al lector: “Los hutíes bombardean Vaca Muerta”. Es, claro, una afirmación forzada que movió a malinterpretar (una vez más, el malentendido como veneno infiltrado en la información) lo editado. A veces, un buen título puede resultar negativo para lo que el medio propone.