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Las películas fantasma

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| Cedoc

Mi papá era como Batman, trabajaba de noche. Así que cuando se quedaba en casa, me encantaba quedarme con él viendo Trasnoche Aurora Grundig, un ciclo de películas. Ahí ví dos a las que yo considero películas fantasma, porque nunca las he vuelto a ver y cada vez que las comenté con alguien no sabían de qué les estaba hablando. 

Hace unos días empecé a ver una película ya comenzada que me hizo recordar a esas películas fantasma. No conocía a ninguno de los actores y lo que estaba pasando me hechizó. El argumento: una mujer mayor visita una casa abandonada y le cuenta a un chico que es el cuidador lo que le sucedió en ese lugar que le cambió la vida para siempre. 

Hay una escena central. La mujer, en ese entonces joven,  está en una fiesta en esa casa y en la cocina se encuentra con un hombre maduro, vestido de gala, que mientras prepara con las manos una ensalada le dice que uno se hace una imagen de cómo es. Yo me veo seductor, tranquilo, amable, apuesto, dice. Pero ni bien termina con esta lista de adjetivos, le dice que le va a mostrar un truco. Entonces se sienta cerca de ella bajo el cono de luz y le dice: “Pero en realidad la gente piensa que soy un gordo sudoroso que no puede dejar de transpirar”. Y en ese momento brotan de su frente miles de gotas. Entonces él se pone de pie y el efecto termina y sigue hablando. La película se llama Capturing Mary. Y habla, entre otras cosas, de que es imposible saber cómo nos perciben los demas. 

Parace un relato de Henry James, pero es un film para la BBC dirigida y escrita por Stephen Poliakoff.