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Defensora de Género

Las mujeres y el futuro del trabajo

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Pymes fem. El desafío de visibilizar a las mujeres que conducen empresas. | cedoc

En general, cuando se piensa en las pymes se piensa en masculino: hombres que son dueños de empresas y/o CEO. Las mujeres no se visibilizan salvo en empresas familiares en las que alcanzan posiciones de conducción y manejo ante el retiro de sus padres y/u otros familiares varones. Destaco la nota del domingo 15 en 50/50, en que Patricia Valli entrevista a Adriana Rodríguez, directora de la Editorial Almaluz y armadora de Mujeres Argentinas por las Pymes, un grupo de mujeres empresarias de pymes que quieren expresarse y tener identidad en sus posiciones. Rodríguez expresa el análisis del grupo frente a las políticas actuales y las que se deben implementar. Lo plantean desde el país que queremos y al que aspiramos, algo que no es frecuente. ¿Queremos un país que se “reprimariza o uno productivo”? En la medida en que no conseguimos superar la dependencia de la producción primaria, sin valor agregado que nos permita robustecer la actividad industrial, tendremos menos capacidad de crecer económica, social y culturalmente.

Mujeres Argentinas por las Pymes resume las medidas que consideran básicas para mejorar y ampliar la actividad de las pymes, un motor clave de la economía, donde a pesar de haber muchas mujeres no se ven en la conducción. Pero también reconocen que a estas medidas se agregan otras permanentemente. Comparten sus propuestas con grupos empresarios del país. Es muy importante que las mujeres, que son solo el 9% del total de la dirección empresarial, se asocien para llevar su voz a los niveles de decisión, ya que ellas, las invisibilizadas, aportan una visión que no se puede ignorar. Dicen: se requiere del trabajo en equipo sin dejar a nadie afuera. El liderazgo de las mujeres se caracteriza por promover el trabajo en equipo, con un manejo del poder frecuentemente diferente al tradicional. La conducción horizontal permite un mejor desempeño individual y un mayor rendimiento y producción grupal.

En la agenda laboral se generan necesidades de personal capacitado con habilidades diferentes a las tradicionales, para responder a la demanda laboral, que se transforma digitalmente y requiere personal con habilidades tecnológicas y de manejo de programación  web, marketing digital y programación mobile androide.

Nos preocupa el futuro del trabajo de las mujeres, porque las niñas y adolescentes tienen menos acceso a la educación tecnológica: esto hará que se rezaguen en las posibilidades laborales, ya que la mayor demanda laboral vendrá de empleos con capacidad de manejar la programación y el marketing digital que, si bien no requiere títulos universitarios, sí se necesitan habilidades de manejo de lenguaje digital que las niñas y adolescentes no tienen o es escasa.

En la nota de Miguel Terlizzi en Política Económica el domingo 15 se plantea el cambio del mercado laboral, pero no se incorpora la visión de género, ni la necesidad de igualar a chicos y chicas para que las mujeres no queden relegadas a los trabajos más precarios y peor pagos. Para garantizar el futuro del trabajo de las mujeres necesitamos empezar por igualar la educación digital desde el nivel inicial. Esta es una asignatura pendiente en la Argentina.  

Por último, la nota sobre el cantante Sam Smith en Protagonistas, que se declaró no binario y tuvo gran repercusión viral, marca una tendencia que supera la rigidez del binarismo de género –hombre o mujer– y que se corresponde con el reconocimiento de la diversidad de la identidad sexual, superando los estereotipos y mandatos sociales asignados a cada polo. Esto lo señala muy bien Mónica Beltrán, en su columna “Uniformes sin género”, relata la superación de los uniformes de mujeres y varones de las escuelas privadas y el delantal blanco de las escuelas públicas. La no diferenciación del uniforme marca la libertad de vestirse según el gusto de cada persona, superando la rigidez del uniforme binario. Beltrán reconoce cómo esto les cuesta a los mayores de 50 años.