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Dos historias de argentinos en la industria de los videojuegos

En las computadoras, en las consolas o en los celulares, el gaming está en los momentos de ocio o distracción, pero también se expande hacia el periodismo, la educación, el conocimiento y la salud.

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Daniel Simons, que creó un videojuego que ha tenido un éxito interesante a nivel regional: Bildo; y Máximo Cavazzani, creador del exitoso Preguntados. | Cedoc

Basta mirar a los más chicos o a los adolescentes en su relación con los videojuegos para confirmar que es una industria de penetración global y general, y que se extiende a cada vez más instancias de la vida. En las computadoras, en las consolas o en los celulares, el gaming está en los momentos de ocio o distracción, pero también se expande hacia el periodismo, la educación, el conocimiento y la salud.

Como el cine, la música o la televisión, los videojuegos son una industria multimillonaria y planetaria que mueve cifras astronómicas. A su vez es un factor relevante de la economía del entretenimiento que requiere de una mano de obra múltiple y variada. Algunas de esas especialidades son programadores, guionistas, ingenieros, dibujantes digitales, diseñadores de juegos, músicos, gestores de calidad, musicalizadores, directores creativos, y por supuesto, especialistas en los negocios de la industria, que son los encargados de vender y generar dinero para que avancen los proyectos.

¿La Argentina puede convertirse en un factor de importancia en el universo global de los videojuegos? Por la histórica relevancia del país en la industria del entretenimiento, y por ofrecer una educación universitaria de calidad y gratuita, la respuesta debería ser positiva. Pero los números demuestran que aún hay mucho por hacer.

En las computadoras, en las consolas o en los celulares, el gaming está en los momentos de ocio o distracción, pero también se expande hacia el periodismo, la educación, el conocimiento y la salud

Argentina hoy es un pequeño jugador regional de la industria del gaming, con aproximadamente 130 pequeñas empresas dedicadas, y cuya producción en 2018 significaron 1200 millones de pesos de exportación (la asociación de esas empresas se llama ADVA). Un número reducido en el contexto de un rubro que mueve a nivel planetario 136 mil millones de dólares (según estudio de Pelham Smithers). Cabe decir que el 95 por ciento de la producción local del sector se exporta, y en la mayoría de los casos responde a tareas específicas tercerizadas de empresas internacionales más grandes.

¿Es posible que los logros económicos locales en el sector crezcan? ¿Qué debería hacer el estado y la educación pública para promover vocaciones y proyectos?

Dos historias de argentinos en el mundo de los videojuegos, ambas felices y en plena evolución, son valiosas para analizar posibilidades y potencialidad. Una tiene como protagonista a un empresario exitoso que gracias a un videojuego se hizo rico y famoso. Y la otra es la de un joven que aún vive en la villa 1-11-14, y que gracias a los videojuegos ha logrado mejorar su vida.

La primera es la historia de Máximo Cavazzani, creador del exitoso Preguntados y CEO de la empresa del sector, Etermax. Una firma que tiene su sede central en Puerto Madero pero que ya se ha extendido a otras ciudades del mundo, de la mano del megaéxito internacional del juego y red social de preguntas y respuestas (con más de 350 millones de usuarios). Es el referente local de mayor éxito en la industria de los videojuegos y el año pasado sorprendió al aparecer en la lista que realiza la revista Forbes, con las 50 personas más ricas del país. Cavazzani y su empresa sin dudas tienen un enorme potencial y su exitosa historia son un elemento a analizar para intentar reproducir.

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La otra historia es la de Daniel Simons, un joven que en los últimos meses apareció en varios medios de comunicación luego de extenderse una charla TED que ofreció en 2017 y que se presentó con el siguiente título: "Los videojuegos: ¿pueden cambiarte la vida?". En efecto, a Daniel lo ayudaron mucho.

Su historia personal es compleja: hijo de padre y madre adolescentes, creció en una casilla en la villa 1-11-14 del Bajo Flores. De niño, además de concurrir todos los días a la escuela, él y sus hermanos debían ocuparse de las tareas domésticas, porque su padre trabajaba doble jornada en una panadería, mientras que su mamá padecía problemas de salud.

Tal como él mismo lo describió en una entrevista realizada por la periodista María O´Donnell, Daniel encontraba al fin de la tarde su verdadero tiempo lúdico y de distracción en los videojuegos. La computadora o la consola eran su espacio de entretenimiento y crecimiento.

Daniel, que hoy tiene 25 años, ha creado un videojuego que ha tenido un éxito interesante a nivel regional: Bildo. Y actualmente trabaja con un grupo de colaboradores en otro que será la precuela de la propuesta anterior. Sin embargo, y como lo mencionó en la entrevista, aún los ingresos generados por sus creaciones no le permiten alquilar un departamento fuera de la villa.

Según lo explicó también en la nota, las mayores posibilidades económicas para el competitivo mundo de los videojuegos están en el mercado norteamericano, europeo, y especialmente en el asiático, destino al que todas las empresas de gaming aspiran. En su explicación detalló que los videojuegos más rentables son aquellos en los que se puede explotar la opción de vender a los jugadores elementos para mejorar la experiencia de juego. Algo solo viable en proyectos para multijugadores y que requieren de grandes inversiones de producción.

Los conocedores de la industria reconocen que en Argentina aún es muy difícil desarrollar juegos de alta calidad, para competir con las principales firmas internacionales

Los conocedores de la industria reconocen que en Argentina aún es muy difícil desarrollar juegos de alta calidad, para competir con las principales firmas internacionales. Un desarrollo de esas características requiere de un enorme presupuesto y períodos de trabajo de varios años. Además en el país los impuestos son muy altos y los incentivos estatales muy limitados. Aquí se crean en mayor medida los juegos de autor, que surgen de la creatividad y el trabajo de grupos muy pequeños.

Sin dudas para que avance el protagonismo de Argentina en la industria de los videojuegos, el caso del creador de Preguntados debería dejar de ser una rareza. E innovadores como Daniel deberían contar con vías de ayuda para poder crecer y proyectar, y a su vez encontrar inversores que los apoyen. Como ya se señaló, el rol del Estado y sus políticas de promoción, y el de la educación para generar ámbitos propicios para desarrollarse en éste tipo de industrias, será crucial.

F.D.S./ CP