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CONTRASTES

Cambio de paradigma

Los anuncios del actual gobierno marcan una diferencia de estilo y contenido. Aparece un nuevo simbolismo en el poder albertista.

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Comenzando a incluir. | Pablo Temes

Thomas Kuhn, físico y filósofo norteamericano, acuñó esta nueva interpretación del término “cambio de paradigma” (paradigm shift) en su libro La estructura de las revoluciones científicas; el autor se refería a los paradigmas como los “filtros que impone nuestro cerebro”, es decir, una manera de ver y entender las cosas, algo así como un “mapa del mundo”. Un cambio de paradigma implica un cambio de cosmovisión, de percepciones, identidad y creencias, y bajo estos preceptos, una modificación en la toma de decisiones respecto de la agenda de prioridades de un gobierno.

En este sentido, el fuerte contraste entre el gobierno de Cambiemos y el de Alberto Fernández también permite avizorar un cambio de paradigma, de estilo y contenido.

Las primeras medidas del actual gobierno, y de esta semana puntualmente, tienen que ver con anuncios vinculados a la reactivación del consumo, y apuntadas a mejorar el poder adquisitivo; podemos decir una bocanada de oxígeno en un clima recesivo.

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En lo que el propio Fernández inauguró como una “etapa de gestión dura”, los anuncios se sucedieron en diferentes niveles con objetivos de contención social, desde el acuerdo con empresarios para moderar el aumento de los alimentos, logrando que la leche no aumente (el resto de los aumentos en alimentos ronda el 7%), la prórroga del congelamiento de las cuotas de créditos UVA, donde se estableció que la cuota de referencia que se tomará en los próximos treinta días será la misma que se mantuvo en estos meses; el congelamiento del aumento del transporte por 120 días, hasta el Compromiso Argentino por el Desarrollo y la Solidaridad, el escrito que firmaron representantes empresariales, sindicales y de movimientos sociales, con la firme intención de reactivar la economía y dar respuesta a los problemas de hambre y alimentación, junto a la resolución sustentable de la deuda pública.

La ampliación de derechos es otro de los contrastes. El Plan Nacional de Lecturas implica sentar las bases para que el hábito de la lectura no sea un privilegio sino un derecho, en este mismo plano se encuentran las iniciativas del Consejo contra el Hambre, y el anuncio de la tarjeta alimentaria destinada a dos millones de madres con hijos en situación de vulnerabilidad, como el de la implementación nuevamente del Plan Conectar Igualdad. Este conjunto de medidas son básicamente políticas de inclusión, una agenda de equidad con el foco en las cuestiones urgentes.

La delicada situación socioeconómica también requiere la apertura necesaria y la búsqueda de consensos y compromisos que tienen por objeto dinamizar la economía y llegar a los sectores más postergados y vulnerables de nuestra sociedad, por eso los diálogos intentan generar amplios compromisos con diferentes actores societales, algo así como plasmar el slogan de campaña “Es con Todos”, denotando la clara necesidad de generar acuerdos sustentables y a largo plazo para mejorar las variables económicas.

Los cambios de paradigma sacuden las estructuras, aquellas desde donde se sostienen las cosmovisiones que pincelan cada acto de gobierno, desde lo ejecutivo hasta lo simbólico. El gobierno de Alberto Fernández ha inaugurado este contraste desde antes de asumir, y lo legitimó en sus primeras medidas en el poder.

Ajustes. Durante los cuatro años de su mandato, Mauricio Macri pidió ajustes, y por increíble que suene, los destinatarios de sus ajustes fueron las clases más vulnerables económica y socialmente, quienes debieron soportar ajustes, pérdida de poder adquisitivo, aumentos tarifarios de servicios básicos desorbitantes, inflación y desempleo.

El contrapunto lo tiene Alberto quien entiende que no son ellos, los que sufrieron la caída en la pobreza, quienes deben hacer el ajuste.

También de manera simbólica ha marcado una distancia con el gobierno de Mauricio Macri, quien en plena crisis económica y ante la exclusión de cada vez más argentinos, hizo bandera de sus vacaciones en Villa La Angostura o Chapadmalal, una foto que fue agudizando la insensibilidad hasta límites obtusos. Para nuestro presidente eso está fuera de discusión, porque tanto él como sus funcionarios no tomarán vacaciones, saben que es el momento de ponerse a trabajar fuerte, de hecho la agenda presidencial carecerá de viajes al exterior para dar lugar a que el jefe de Estado tenga presencia en el interior del país.

El paradigma de privilegios ha llegado a su fin y comienza la etapa del paradigma de la inclusión.

 

*Politóloga. Magíster en Relaciones Internacionales.@barbaritelp