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Elecciones en EE.UU.

Muchos votos, pocos cambios

La oposición demócrata recuperó el control de la Cámara de Representantes, pero el "núcleo duro" del voto a Donald Trump se mantuvo.

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Demócratas festejando en Nueva York | AFP

Desde una primera y rápida mirada, las elecciones de medio mandato, las midterm, de los Estados Unidos, se desarrollaron de acuerdo a lo que las encuestas predecían y no se diferenciaron de lo que suele suceder en estos comicios, en los que a los gobiernos les suele resultar muy difícil obtener buenos resultados. En esta ocasión, además, se los vivió como un plebiscito sobre los intensos y polémicos primeros dos años de Donald Trump en la Casa Blanca.

No hubo una “ola azul”: tal como se esperaba, la oposición demócrata recuperó el control de la Cámara de Representantes, apoyada fundamentalmente en las grandes ciudades, donde ya Hillary Clinton había derrotado a Trump en 2016, pero no pudo hacer lo mismo con el Senado, donde los republicanos mantuvieron su mayoría, que podría inclusive ampliarse.

El escenario que se avecina podría ser el de un bloqueo parlamentario permanente. Desde la Cámara, los demócratas podrán bloquear leyes presentadas por el gobierno e impulsar las suyas propias, incluyendo un eventual impeachment del presidente, que de todos modos nunca prosperará ante el dominio republicano del Senado. También podrán acosar al presidente con las investigaciones en torno al Rusiagate y otros escándalos. 

El repudio a Trump se ha reflejado más que nada en la gran movilización de los votantes progresistas que esta vez sí fueron a votar en masa. Esa participación, y el influjo del #MeToo, permitió que el próximo Congreso sea el más femenino en la historia del país, con una presencia inédita de mujeres, entre las que habrá, por primera vez, una musulmana y dos representantes de pueblo originarios.

Pese a que Trump llegó a estos comicios con una muy baja popularidad, en torno al 40 por ciento, las urnas confirmaron que sus seguidores se mantienen fieles y son, en su mayoría, hombres blancos que viven en zonas rurales y que votaron azuzados por el discurso del miedo en torno a la inmigración agitado por el presidente. 

Los demócratas, en cambio, concentraron su apoyo en las ciudades, y lograron elegir a candidatos de su ala izquierda, como Alexandra Ocasio en Nueva York, o moderados, como el senador Joe Manchin, que retuvo su banca en el estado de Virginia Occidental, donde hace dos años Trump barrió a Hillary por más de 40 puntos.

Las elecciones confirmaron que el país está profundamente dividido, y que, sistema electoral mediante, que premia a las zonas rurales, a los republicanos les alcanza para mantener el poder, pese a tener muchos menos votos, tal como sucedió en 2016. “Tremendo éxito”, como afirmó anoche Trump.