SOCIEDAD
¿PERTENECIÓ AL LÍDER NAZI?

Este fragmento de cráneo probaría que Hitler nunca vivió en Argentina

La KGB desenterró a Hitler para conservar partes de su cuerpo. Un nuevo libro publicado en Francia y las autoridades del Archivo Estatal ruso confirman que el líder nazi no murió en nuestro país.

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El supuesto cráneo de Hitler permanece en los archivos de la ex KGB. | AP

El líder nazi Adolfo Hitler se suicidó en la Cancillería de Berlín, el 30 de abril de 1945, y nunca emigró a Sudamérica. Así lo probaría el fragmento de cráneo que Rusia atesora desde hace más de 70 años y que pertenecería al “Führer” que desencadenó la Segunda Guerra Mundial.

Junto a este cráneo, la KGB, el antiguo servicio de inteligencia soviético, habría guardado la mandíbula, tal y como lo revela el nuevo libro La mort d’Hitler”, de dos periodistas, el francés Jean-Christophe Brisard y la ruso-estadounidense Lana Parshina.

Los autores de esta nueva publicación se basaron en documentos aún clasificados sobre los últimos días en el búnker y el descubrimiento y la autenticación del cuerpos de Hitler y Braun, que habrían sido conservados en el Archivo Estatal de la Federación Rusa, en las bóvedas del FSB (el servicio de inteligencia ruso, sucesor de la KGB) y en el Archivo Militar Estatal Ruso.

Como centro de su investigación, los autores analizaron, con la ayuda de Philippe Charlier, un científico francés que se especializa en "casos cerrados" históricos, dos fragmentos óseos en posesión del gobierno ruso que durante mucho tiempo se creía pertenecían a Hitler: el fragmento de cráneo con un agujero de bala preservado en una caja en el Archivo Estatal, descubierto en 1993 y exhibido al público en 2000, y una mandíbula almacenada en una caja de cigarillos en los archivos de FSB.

Los hallazgos de estos periodistas son confiables, aunque poco espectaculares: no pueden probar con solo un análisis visual que el fragmento de cráneo es el de Hitler, dice Charler, pero el periodista y su colega están seguros de que el hueso maxilar sí formó parte del cuerpo del líder nacionalsocialista. La ubicación y el estado de sus dientes y puentes coinciden con la descripción proporcionada por los odontólogos de Hitler.

Los hallazgos respaldan, además, las hipótesis del erudito estadounidense, Reidar F. Sognnaes, y su colega noruego, Ferdinand Ström, que en los años ‘70 afirmaron, después de una serie de estudios con rayos X que "Hitler de hecho murió, y que los rusos efectivamente recuperaron y autopsiaron el cuerpo correcto", según relata Slate.

¿Qué dice Rusia?

En marzo de este año, el doctor Vasilii Khristoforov, director del Instituto de la Historia de la Academia de Ciencias de Rusia, reveló la conservación del cráneo del dictador alemán en una entrevista a la agencia de noticias rusa RIA Novosti.

Esto probaría que Hitler no murió en Sudamérica: "No se muestran evidencias consistentes” dijo Khristoforov sobre la presunta residencia de Hitler en Argentina y países vecinos. “En vez de eso se citan testimonios de personas que o han muerto o cuya misma existencia es difícil de probar”, concluyó.

Según la versión oficial, Hitler se suicidó en su sólido bunker de Berlín. Previamente había dado instrucciones a su ayudante, Otto Günsche, para que incinerara su cuerpo y que no cayera en manos de los soviéticos, británicos o estadounidenses.

De acuerdo con los testimonios de las personas que acompañaron a Hitler en sus últimas horas de su vida, su cuerpo fue incinerado junto a su de amante, Eva Braun, y enterrado en el jardín del edificio.

En junio de 1945, los soviéticos habrían enterrado los restos en un bosque cerca de Rathenau y, ocho meses después, en la guarnición del ejército soviético en Magdeburgo. Cuando en 1970 abandonaron el lugar, tomaron la decisión de no volver a enterrar los restos de Hitler sino quemarlos, explicó Khristoforov, pero no en su totalidad. La mandíbula y un trozo de cráneo fueron a parar a los archivos del Kremlin.

Khristoforov contó que hace veinte años un investigador estadounidense se presentó en el Archivo Central del FSB pidiendo ver la mandíbula del dictador . El científico tenía en sus manos una copia de una radiografía de la mandíbula de Hitler hecha en vida y los fragmentos del Archivo coincidían perfectamente con lo reflejado en la radiografía.

Khristoforov agregó que no existe en los archivos de la antigua KGB ninguna prueba objetiva de que Hitler huyera en realidad a América Latina, como sostienen algunos investigadores. Sus afirmaciones apoyan las que hizo en 2009, cuando aseguró, basado en los archivos rusos, que los restos de Hitler fueron quemados en 1970 por agentes de la KGB y arrojados a un río en Alemania por órdenes directas del jefe de la agencia de espionaje, Yuri Andropov.

Khristoforov dijo entonces, según la CNN, que la decisión de Andropov de destruir los restos de los líderes nazis y sus familiares respondía a los temores de la KGB y el Soviet de que el sitio de entierro de Hitler se convirtiera en un lugar de culto para los partidarios de las ideas fascistas.