En la mesa chica política del Gobierno había una sensación dual este jueves al mediodía. Por un lado, satisfacción mesurada por la media sanción en Diputados de la legalización del aborto: “Es todo ganancia para nosotros”, evaluaba una fuente oficialista de peso. Pero la alegría trastocaba en preocupación ante un dólar que atravesaba la barrera de los 28 pesos.
La alarma dio paso a que se multiplicaran los rumores de alejamiento del entonces presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger. Varios funcionarios se sumaban a la fila para reclamar su salida, con el argumento de que la política monetaria errática del BCRA era la principal responsable de la escalada de la moneda estadounidense, aún a pesar del acuerdo récord con el FMI.
Las presiones sobre el ahora extitular del Central quedaron expuestas el 28 de diciembre, con la ya famosa conferencia de prensa donde el Gobierno cambió sus metas de inflación para 2018. La turbulencias de abril-mayo volvieron a exponer a Sturzenegger, que recuperó oxígeno ante la caída de esa política de Jefatura de Gabinete y con el reclamo del Fondo de dotar de mayor autonomía al Central.
Sturzenegger se creyó algo más blindado, pero la constante devaluación desde el anuncio del stand by por 50 mil millones de dólares lo volvió a poner bajo la lupa y las presiones internas dentro del Gobierno.
“Hace un mes era imposible decirle a Mauricio que había que pedirle la renuncia a Federico. Hoy al menos escucha”, reveló a PERFIL este jueves 14 al mediodía una fuente con habitual acceso al Presidente. Horas después, en Olivos, se concretaba la eyección más deseada en el corazón del poder oficial.