POLITICA
el poderoso jefe de gabinete

Peña: ejecutor de la estrategia y encargado de apuntalar a los ministros cuestionados

Es quien sostiene, incluso ante sus aliados, a los funcionarios que llevan adelante la política económica. Con la salida de Monzó, se anotó otro triunfo en su lucha de poder.

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Puja. El ministro coordinador corrió de la mesa chica del Presidente a Monzó, titular de Diputados, quien se hartó y esta semana anunció su alejamiento. | Cedoc Perfil

Detrás de la convicción del presidente Mauricio Macri aparece, como en la mayoría de los casos, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, como el apuntador de la estrategia de la Casa Rosada. Esto se hizo visible con la apuesta a sostener a los ministros más cuestionados.
En primer lugar, el de Energía, Juan José Aranguren, está en el foco de la polémica por el esquema tarifario. Fue, incluso, el propio radicalismo el que pidió que se aleje y Peña fue quien lo defendió. En ese marco, lo calificó ayer de “íntegro y competente” que “está haciendo una tarea patriótica” para que “todos los argentinos tengamos energía después de tantos años de destrucción de la matriz energética”.
También el jefe de Gabinete anima la defensa cerrada de los cuestionados miembros del gabinete: en el ala económica, de Nicolás Dujovne (Hacienda), quien blanqueó $ 20 millones, a Luis “Toto” Caputo (Finanzas), en el ojo de la tormenta judicial por empresas offshore que no habría declarado. De hecho, al ministro de Finanzas lo llenó de elogios: habló de “orgullo” de tenerlo como parte del Gabinete. Fue cuando el propio funcionario había deslizado en reuniones privadas que podía alejarse de la función pública.
Aunque no participa del gabinete económico, pero sí lo hacen sus colaboradores, Peña sigue siendo punta de lanza sobre qué deben decir, y qué no, aquellos funcionarios que llevan a delante la lucha contra la inflación y la baja del déficit, las dos obsesiones del Presidente.
En otros casos del staff macrista, como Jorge Triaca, de Trabajo, y Oscar Aguad, en Defensa, también estuvieron signados por una defensa enfática de Peña.
Con el optimismo que suele imprimirle al oficialismo, ahora el jefe de Gabinete ganó más terreno aún con la salida de unas de las pocas voces disidentes dentro del macrismo, Emilio Monzó, el titular de la Cámara de Diputados. Con él, volvieron a ganar terreno los vicejefes de Gabinete, Gustavo Lopetegui, y en especial, Mario Quintana, quienes están detrás de las discrepancias con el equipo económico, desde el Banco Central y el dólar, hasta el déficit fiscal y los recortes en distintas áreas.
Quintana es uno de los más entusiastas defensores del nuevo “segundo semestre” y convenció al gabinete de que en mayo la inflación bajará. Mientras tanto, intenta copar el Enacom y colocar a funcionarios de su confianza. El titular del organismo que regula las telecomunicaciones, Miguel de Godoy, lo sabe y tomó nota hace tiempo ya. Quintana se mueve como un omnipresente jefe del área social y, ahora también, económica.
En ese marco, el ministro coordinador volvió ayer a defender la política tarifaria y cambiaria del Gobierno en una semana donde el dólar tocó su récord de 21 pesos y la oposición se prepara para intentar cambiar el esquema de aumentos de gas, luz y agua.
En particular, Peñá afirmó que las tarifas “no deben ser motivo” de debate en Diputados ya que, según aseguró, la política de tarifas la impone el Ejecutivo. “Hubo en el Congreso 29 proyectos sobre este tema, algunos quieren que se genere conflicto”, lanzó Peña y dijo que hay sectores de la oposición “que priorizaron la demagogia del corto plazo o pretenden perjudicar el proceso de cambio” con iniciativas que le provocarían al Estado enormes costos.

Quintana y Lopetegui también juegan
Aunque no tienen la visibilidad de Marcos Peña, detrás de él, y conformando lo que –en broma– en el macrismo llaman “la santísima trinidad” están los dos vicejefes de Gabinete, Mario “el Negro” Quintana y Gustavo Lopetegui. Entre ambos se dividieron al gabinete para coordinar sus acciones aunque, en no pocas ocasiones, terminan controlando a todos.
La mecánica comienza en reuniones con cada ministro que luego, una vez cada mes y medio, se amplían con el presidente Mauricio Macri en la quinta de Olivos o en la Casa Rosada.
Con formas distintas –Lopetegui suele ser muy serio y de tono adusto, mientras Quintana es más amable, pero actúa como jefe político y no solo controlador– son quienes llevan el día a día de la gestión, en especial la económica.
Aunque contagian optimismo, una máxima del jefe de Gabinete, también se han trenzado en duras discusiones con el gabinete económico, del titular del Banco Central, Federico Sturzenegger, a los ministros con baja ejecución.
Caso aparte para Francisco “Pancho” Cabrera, titular de la cartera de Producción, quien hartó a Quintana y terminó con Lopetegui en las reuniones de coordinación.
En otros casos, como Sergio Bergman, ministro de  Ambiente, el vínculo con Quintana mejoró, luego de fuertes fricciones.