Silvia Bufalini participó en la autopsia de Santiago Maldonado. Estudió de cerca el asesinato policial de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán; también el crimen del militante Mariano Ferreyra a manos de una patota sindical, y las muertes de diciembre de 2001. Lo hizo con mirada científica. Bufalini es licenciada en criminalística, y suele trabajar como perito judicial. Contratada por los abogados de la familia de Rafael Nahuel, su trabajo actual es reconstruir el contexto en el que mataron al mapuche de 21 años. Tras haber recorrido Villa Mascardi junto al juez Gustavo Villanueva, no encontró pruebas que avalaran la versión del Gobierno sobre un ataque con armas de fuego por parte de los mapuches. —¿Qué encontraron durante la inspección ocular? —Se levantaron más de treinta vainas servidas calibre 9 mm. También más de siete cartuchos 12/70, de escopeta antitumulto. —¿Como las de las armas que usó Prefectura durante el desalojo? —Del mismo tipo. —¿Cómo sigue la pericia? —Hay que cotejar el proyectil que se le sacó a Rafael Nahuel con las armas secuestradas, para ver de dónde salió. —Según el informe del Ministerio de Seguridad, el grupo mapuche tenía cuchillos, piedras, boleadoras, lanzas, máscaras de gas militares y armas de fuego de “grueso calibre”. ¿Encontraron algo? —Nada, si bien en la cédula judicial se detalló que buscáramos eso. —¿Y los impactos de las presuntas balas mapuches en los árboles? —Tampoco. —El informe también dice que había diez barricadas a unos 400 metros de la entrada al predio. ¿Las vieron? —No. Yo solo puedo afirmar lo que sí encontramos. —¿Dónde encontraron las vainas? —Pasando los 400 metros desde la tranquera del predio. Desde los 400 y hasta los mil metros. —Pero el ministerio informó que el tiroteo ocurrió a unos 300 metros de la Ruta 40. —Ahí no encontramos nada. —¿Qué otros peritos estuvieron en la inspección? —Los de la Policía Federal, del Ministerio Público de Bariloche y de la defensa de Fausto Jones Huala y Alejandro González. —¿Cómo hicieron para encontrar las vainas? —Con tres georradares que detectan metal: detallan su tipo y a qué profundidad del suelo está. —La inspección se hizo 12 días después de la muerte de Nahuel. ¿Sus compañeros pueden haber borrado pruebas? —La mayoría de las vainas fue detectada con el georradar, salvo algunas pocas que vimos alrededor de las halladas. El lugar es empinado, lleno de vegetación y tierra. Nosotros éramos muchos y entrenados. Si ellos pudieron ubicar a ojo todas sus balas y diferenciarlas de las de los prefectos, que patenten el método y se lo vendan a la Nasa. —¿Se va a saber quién y cómo mataron a Nahuel? —Si entre las armas secuestradas está la que disparó el proyectil, sería un paso. Se viene trabajando bien. Quiero pensar que sí. —¿Percibe un paralelo con algún caso en el que haya trabajado? —Son distintos. En el de Kosteki y Santillán los policías usaron escopetas de plomo. El 20 de diciembre de 2001 también. El uso de la 9 mm acá es impresionante. No digo que este haya sido el caso, pero es una pistola letal que se suele usar para hacer blanco, no para disuadir.
Resultados de pericias En pocos días se conocerán los primeros resultados de las pericias balísticas. En el Tiro Federal de Bariloche ya se realizaron los disparos de las armas secuestradas a los agentes Albatros, fuerza de elite de la Prefectura. El plan judicial es comparar esas balas con la que mató por la espalda a Rafael Nahuel el sábado 25 de noviembre, durante el operativo de desalojo a un grupo mapuche. Otra pericia clave es determinar si Nahuel y sus compañeros en la toma de un sector del parque nacional Nahuel Huapi, Fausto Jones Huala y Lautaro González, tenían pólvora en las manos. Tras cuestionar el trabajo del juez federal Gustavo Villanueva y denunciar que Nahuel estaba vinculado a un supuesto grupo guerrillero, el Gobierno evitó opinar sobre la muerte de Nahuel.
