AMIA: ahora está en riesgo lo hecho por el abogado que puso Garavano
El tribunal oral espera información sobre el rol de Console en la Magistratura porteña. Vinculado a Angelici, su decisión de pedir la absolución de dos fiscales generó polémica.
La diputada Elisa Carrió mantiene un enfrentamiento con el ministro Germán Garavano. |
Cedoc
La historia judicial del atentado a la sede de la AMIA volvió a quedar esta semana en medio de un escándalo que abarca desde posibles nulidades hasta la intromisión del plano político –que salpicó de un lado a otro de Cambiemos– en el marco del debate por el presunto desvío de la pista siria. El disparador fue la decisión de la querella de la Unidad AMIA, dependiente del Ministerio de Justicia, de pedir las absoluciones de los ex fiscales del caso, Eamon Müllen y José Barbaccia, dos de los 13 imputados en el juicio que comenzó en 2015.
Cercanos al ministro Germán Garavano y a otros referentes del oficialismo, Müllen y Barbaccia corrieron la misma suerte que el ex efectivo de la Policía Federal, Jorge “el Fino” Palacios, para quien el Ejecutivo tampoco pidió penas. Palacios estuvo involucrado junto a Mauricio Macri en la causa por escuchas ilegales, de la que luego el Presidente fue sobreseído. La decisión, que se terminó de plasmar este jueves en los alegatos, tuvo como protagonista al abogado Juan José Console, designado en la Unidad durante la gestión de Garavano.
La figura de Console es eje de pedidos de informe del Tribunal Oral en lo Criminal Federal 2, que lleva el juicio, para tratar de establecer si puede ejercer el cargo, ya que figura con un puesto en el Consejo de la Magistratura porteño. El organismo aún no respondió al requerimiento de la Justicia, necesario para determinar la validez de su intervención.
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En el Consejo, Console figura en la vocalía de Silvia Lorelay Bianco, consejera y esposa de Juan Sebastián De Stéfano, encargado de Asuntos Jurídicos de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). De Stéfano y Bianco son cercanos a Daniel “el Tano” Angelici. El vínculo entre Angelici, presidente de Boca Juniors y señalado como operador judicial del macrismo, y Console también está sobrevolado por el club de la ribera, donde Console integró el Tribunal de Disciplina.
El puntapié inicial del escándalo a nivel político lo dio Elisa Carrió, que tenía trabajando en la Unidad AMIA a Mariana Stilman, una de sus abogadas de máxima confianza, a quien hizo renunciar. “La dimisión de Stilman se produjo luego de la sorpresiva intervención del ministro (de Justicia) en el trabajo de la querella del Estado en la causa de encubrimiento del atentado a la AMIA”, explicó el comunicado de la Coalición Cívica emitido a comienzos de este mes. Y agregó: “No formamos parte ni del amiguismo, ni del nepotismo, ni de encubrimiento judicial alguno”.
Stilman ya había comenzado a dar un paso al costado en marzo del año pasado, cuando anunció al Tribunal que dejaba de estar en la querella “debido a las reiteradas intromisiones en su trabajo por parte de otro abogado, que respondía a órdenes del ministro y sus asesores”, que “impedían” que “desarrollara de manera adecuada” su labor como apoderada en el juicio.
En medio del escándalo, y cuando trascendió que Carrió buscaba apoyos para llevarlo eventualmente a juicio político, Garavano desafió: “Es un problema de la doctora Carrió. Puede pedir mi juicio político, cualquiera puede pedirlo cuando quiera”.
