POLICIA
escandalo en la justicia platense

Una foto con el supuesto chofer de la banda, otra prueba contra Melazo

El ex juez de garantías aparece en una imagen junto a uno de los catorce detenidos. Un camarista y un fiscal de Casación están complicados y también podrían ser detenidos.

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Policía de la DDI (izq), César Melazo (centro) y Ángel Yalet (abajo). | cedoc

Entre los diálogos, relaciones y pruebas que el ex juez César Melazo deberá explicar a la Justicia se cuenta una foto en la que se lo ve compartiendo una meza con Ángel “Pipi” Yalet, uno de los detenidos en la primera ronda de allanamientos del operativo que desbarató, en julio pasado, una superbanda de delincuentes, policías y barras, que contaban con venia judicial.

La imagen fue enviada vía WhatsApp por Javier Ronco –detenido en julio– al operador judicial Enrique “Quique” Petrullo, apresado el viernes junto al ex titular del juzgado de Garantías Nº2 de La Plata y al empresario y ex barra Rubén “Tucumano” Herrera.

En los mensajes, de enero de 2018, Ronco detalla quiénes son los comensales. “El morocho es de la brigada”, dice. “¿Y el pelado?”, pregunta Petrullo. “Ese era mi chofer, alias El Pipi, el que te conté el otro día”, responde Ronco, haciendo alusión al rol que cumplía junto a Yalet en los robos orquestados por la estructura criminal.

“El Flaco” Melazo, sentado al lado de Yalet no fue una buena señal para ellos. “Tu chofer al lado de Melazo….mmm”, señala Quique. “Falta Morán  (N. de R.: ex fiscal platense) en la mesa esa”, replica Ronco y suelta una amenaza: “Es largo el camino pero se puede hacer tan corto”. “No nos van a alcanzar las balas para tantos putos”, remata el operador.

En los chats, conversan, además, sobre presuntas sociedades que el ex juez tendría -a través de testaferros- con Herrera. Según Ronco, “la Reina”, un boliche de la zona, sería propiedad de ambos y, en ese lugar, los domingos la esposa de Melazo organizaría ferias de diseño. También menciona una “inversión” en Paraguay del empresario de medios y sindicalista Marcelo Balcedo -preso por lavado de dinero- junto a Sergio Martínez, a quien define como “mano derecha” del ex comisario detenido Gustavo Bursztyn y de Melazo.

Más arriba. El ex juez no es el único que deberá aclarar sus vínculos. El camarista Manuel Martín Ordoqui y el fiscal de cámara Carlos Altuve fueron informados este viernes sobre su imputación en la causa, y quedaron a un paso de la detención.

Las conversaciones muestran la familiaridad con la que los delincuentes trataban a los funcionarios judiciales, con quienes chateaban. En otra foto aparecen Ordoqui y Petrullo. Incluso, “El Tío” (así se referían a Ordoqui), vendió un Torino a través de Ronco. Una de las fotografías que ilustra este artículo muestra al condenado por doble homicidio junto al vehículo en cuestión. El intermediario en la operación es Petrullo. “Hola. 75 mil la Toro. ¿Papeles?”, le pregunta Quique al camarista por WhatsApp. “Sí, señor, todo para transferir”, responde Ordoqui. “¿La cerramos”, dice el intermediario. “Obvio”, concluye el juez.

Luego, Petrullo informa a Ronco las palabras de Odorqui. “Además, le dije que le daba la plata si te sacaba la pulsera”, agrega con tono jocoso. “Que haga fuerza para el oral, que no sea malo que pesa también”, replica Ronco pero su interlocutar aclara: “Es Gimnasia el que maneja eso”. “Gimnasia” sería el apodo de Altuve. La conversación es del 27 de enero de este año. En marzo, Petrullo adjunta una foto en la que se ve un escrito. “Mirá la letra del tío”, señala. Se trataría de anotaciones que aparentan ser una guía para un recurso judicial en Casación, un indicio del asesoramiento que prestaría Ordoqui a la banda.

“Quique, me olvidé los oficios”, se excusa el fiscal de cámara al celular de Petrullo. Ocurrió en abril, los dos hombres hablaban sobre un trámite judicial correspondiente a Ronco. Más tarde, conversaron sobre boliches y viajes estudiantiles que serían propiedad de Herrera y de quiénes serían sus socios: mencionan a César –en posible alusión a Melazo- y a Burlete (sospechan que se trataría de Fernando Burlando).