POLICIA
Industria del secuestro virtual

Más de 81 mil horas de escuchas para frenar a una superbanda

La investigación que permitió desarticular a un clan familiar demandó más de 300 días. La organización juntó cerca de 100 millones de pesos.

0520_banda_gitanos_su_g.jpg
Garaje. En los operativos se secuestraron 113 vehículos, entre ellos 17 camiones y coches de alta gama. | S.U.

Acusado 1 (A1): Estoy yendo para allá...

Acusado 2 (A2): Escuchame, justo te estaba por llamar. El viernes me dejaste colgado, boludo...

A1: ...

A2: ¿Picó la vieja? Seis palitos, boludo.

A1: No me llamaste.

A2: Sí te llamé. Te llamé 500 veces. Te llamé, te llamé y después te tuve que cortar.

A1: ¿Donde estás?

A2: Recién salí de Junín.

La investigación que permitió desarticular a una banda de gitanos que realizaba cuentos del tío y secuestros virtuales demandó más de 300 días de trabajo y 81.700 horas de escuchas telefónicas.

La organización familiar tenía roles bien definidos. Desde las mujeres que simulaban ser víctimas de un secuestro (en la jerga lloronas) hasta los cobradores que pasaban a retirar el dinero de los rescates. En total fueron detenidos diez presuntos miembros, entre ellos los dos cabecillas y varios de sus hijos.

Pablo Miguel (61) y Oscar Coria (62), alias “el Peludo”, son  medio hermanos. Serían los líderes de un clan familiar que vivía desde hace varios años en Junín, pero curiosamente su radio de acción estaba lejos de esta ciudad. De acuerdo con las fuentes consultadas por PERFIL, esta banda operaba principalmente en la ciudad de Buenos Aires. Se les adjudica robos en los barrios de Recoleta, Palermo, Villa del Parque, Chacarita y Saavedra.

Buen pasar. A los investigadores les llamó la atención el nivel de vida de los sospechosos. Se movían en costosos autos importados y viajaban por el mundo alojándose en hoteles de cateogría. Siete de los detenidos tenían reservas para estar presentes en el Mundial de Rusia.

Sobre la base de las escuchas que fueron incorporadas a la causa se pudo determinar que la familia poseía varias cajas de seguridad en la sucursal del Banco Francés de Junín. Lo que nadie imaginó era la cantidad de dinero que había ahorrado: 2.730.000 dólares y 65 mil euros. Además, hallaron lingotes de oro, costosos relojes y muchas joyas.

Patrimonio. Con el dinero que recaudaban en los ilícitos compraban autos y propiedades. Los investigadores secuestraron 113 vehículos, entre ellos 17 camiones y coches de alta gama.  

En la investigación intervinieron la División Defraudaciones y Estafas de la Policía de la Ciudad y personal de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de Junín de la Policía Bonaerense, a cargo del comisario mayor Miguel Reisenauer.

Según fuentes judiciales, la causa comenzó en el año 2016, a partir de una denuncia realizada por una mujer de 85 años, vecina de Recoleta, quien había caído en la trampa entregándole 40 mil dólares a un desconocido para evitar caer en el “corralito”. A partir de ese momento, el fiscal Martín Mainardi comenzó a seguir el rastro de la banda.

La jubilada había sido víctima de una modalidad conocida como “cuento del tío”. Si bien parte de la organización se las ingeniaba para obtener dinero con absurdos planteos (como por ejemplo apelar al “fantasma del corralito”), con el tiempo se fueron perfeccionando en los secuestros virtuales. En los raptos simulados era clave el papel de las mujeres: Agostina (24) y Leonela Coria (29), hijas del “Peludo”, y Angie Débora Miguel (22), hija de Pablo Miguel, fueron señaladas como las “lloronas” de la banda. Al igual que sus padres, permancen detenidas.

Autos, joyas y tragos

La buena vida no siempre es sinónimo de esfuerzo y trabajo. A los presunto miembros de la organización gitana que residía en Junín les gustaba ostentar. Además de posar con autos caros en las redes sociales y hacer culto a las joyas de oro, no escatimaban en gastos a la hora de pasarla bien.

Según voceros consultados por PERFIL, varios integrantes de las familias Miguel y Coria eran conocidos por organizar fiestas privadas en pubs para tener la exclusividad de la barra de tragos. Los pesquisas detallaron que llevaban un alto nivel de vida. Una de las casas allanadas contaba con un circuito cerrado de televisión, pileta de natación y otros lujos.

Cuando viajaban por placer tampoco reparaban en los precios. Si se alojaban en Mar del Plata, por ejemplo, se hospedaban en los hoteles más exclusivos. Lo mismo cuando elegían las paradisíacas playas del Caribe.

El viaje soñado. De acuerdo con las fuentes, al menos siete de los sospechosos habían realizado reservas para viajar al Mundial de fútbol de Rusia. Uno de los detectives que encabezaron la investigación reconoció a este diario que hallaron vouchers para el evento deportivo más importante del mundo.

El curioso caso de los gitanos de Mar del Plata

Hace dos años nueve miembros de la comunidad gitana fueron detenidos en un múltiple operativo en Mar del Plata. Los acusaron de lavar dinero proveniente del narcotráfico y les secuestraron más de doscientos vehículos de alta gama, camiones, cuatriciclos y una lancha.

Los 205 automóviles, 25 camionetas, 27 camiones, motocicletas, cuatriciclos y una lancha fueron exhibidos en el playón de estacionamiento de una de las playas del sur de Mar del Plata.

La investigación continuó y en marzo del año pasado, el juez federal Santiago Inchausti dictó el procesamientos sin prisión preventiva de 23 personas en el marco de una causa por lavado de dinero. Pero hace dos meses la Cámara de Apelaciones dictó la falta de mérito y exigió la devolución de los vehículos a la comunidad gitana.