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Tarde pero seguro, China se obsesiona con reducir el daño al medio ambiente

La contaminación es la contracara de su despegue económico. Tras décadas de crecimiento, el gobierno extrema controles para disminuir el impacto. Los planes ‘anti smog’ para 2020.

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Nube toxica. En Beijing es habitual el uso de barbijos para los días de ambiente “poco saludable”. | cedoc perfil

Desde Beijing

Luego de casi cuatro décadas de crecimiento sostenido del PBI, China empezó a obsesionarse con la peor contracara de su despegue económico: el daño al medio ambiente. En términos absolutos, es el país que más contamina el aire en el mundo. Por eso el gobierno de Xi Jinping ha fijado el desarrollo sostenible y el concepto de “civilización ecológica” como objetivos estratégicos del Estado chino para los próximos años. Tarde pero seguro.

La cuestión climática entró en la agenda de China en 2012, durante la celebración del XVIII Congreso del Partido Comunista, pero comenzó a tomar una forma más concreta luego del Acuerdo de París firmado en 2015. Desde entonces, cada año el gobierno chino extrema controles sobre empresas y consumidores, auspicia investigaciones y espacios de debate sobre ecología y lanza regularmente planes oficiales que pretenden revertir el impacto de la contaminación.

Sin ir más lejos, el Consejo de Estado –máximo órgano ejecutivo de China– presentó esta semana un nuevo plan de acción trienal para reducir “significativamente” la emisión de gases contaminantes y de efecto invernadero para 2020. La meta es bajar entre un 15 y un 18% los niveles de descarga de sustancias gaseosas como dióxido de azufre y óxido nítrico; y lograr que las principales ciudades tengan un 80% de los días del año con una calidad de aire aceptable.

Infografía. Los países que más contaminan el aire.

Las medidas para “ganar la batalla de los cielos azules”, según la definición de las autoridades, incluyen apoyo a empresas pequeñas que gestionan mal la cuestión ambiental, reemplazo del carbón por fuentes limpias de calefacción para el norte frío del país y límites al consumo de carbón en áreas clave, esfuerzos para mejorar la calidad de los combustibles de ferrocarriles y barcos, campañas de forestación y limpieza de minas y actualización de leyes y regulaciones para controlar las emisiones de gases.

En los grandes centros urbanos, el problema es muy tangible. Aquí en Beijing, por ejemplo, es habitual que la gente salga a la calle con barbijos cuando las aplicaciones de los celulares marcan niveles “poco saludables” de polución en el aire. En ocasiones, el smog produce una neblina que tapa las cúpulas de los rascacielos y genera una especie de pelusa que causa picazón en la garganta.

En favor de China hay que decir que, si la emisión de gases se mide per cápita, países como los Estados Unidos, Canadá o Australia son más contaminantes, según datos de la Emission Database for Global Atmospheric Research de la Comisión Europea. Aún así, el gobierno chino sabe que la comunidad internacional está pendiente de lo que el país asiático pueda hacer para contribuir a reducir el daño medioambiental global. Y más en momentos en que al otro lado del océano gobierna Donald Trump.

Aunque China logró cumplir con la mayoría de los objetivos ambientales autoimpuestos en el Congreso del PCCh de 2012, los desafíos aún son complejos. Por caso, el 70% de las grandes ciudades del país todavía no cumplen con los estándares de calidad de aire pretendidos por el gobierno. Las autoridades admiten que el mayor obstáculo en la “guerra anti polución” es que la mayoría de las empresas en China siguen violando las normas medioambientales. Para el capital, se sabe, el ambiente nunca es prioridad.

 

Buscan instalar el concepto oficial de 'civilización ecológica'

Como parte de los esfuerzos de China para mostrarse comprometida con el cuidado del medio ambiente, la ciudad de Guiyang, en la provincia de Guizhou, inauguró ayer la edición 2018 de la Eco Forum Global Annual Conference 2018, un evento que se celebra desde 2009 y que busca marcar una agenda ecológica para empresarios, políticos, académicos y medios de comunicación.

En esta edición del foro, a la que asistió PERFIL, el lema es “Abrazar una nueva era de civilización ecológica: desarrollo verde con alta prioridad para la ecología”. Durante tres días, más de 2.400 personas de 38 países se dan cita en Guiyang para debatir sobre temas como la relación entre ecología y combate a la pobreza, el desarrollo industrial sostenible y la revitalización rural.

“La conservación ecolrógica concierne al futuro de la humanidad, y es el objetivo común de todas las naciones para construir un planeta verde”, expresó el presidente chino, Xi Jinping, en una carta que fue leída durante la ceremonia de apertura.

El gobierno chino busca insertar el concepto de “civilización ecológica”, un rótulo de su propia autoría, en las discusiones de la comunidad internacional sobre cambio climático y cuidado medioambiental.

“La idea de ‘civilización ecológica’ de nuestro gobierno es similar a la de ‘desarrollo sostenible’ que promueve Naciones Unidas –explicó a este diario Alex Zhang, vicesecretario general del Eco Forum Global–. Lo que buscamos en espacios como este es promover una agenda de trabajo común, en vistas de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030 de la ONU”.