INTERNACIONAL
Opinión

#NosFaltan3, la etiqueta de un secuestro en Ecuador

Un equipo periodístico fue secuestrado en la zona fronteriza con Colombia. Cuatro días de incertidumbre y una campaña masiva para exigir respuestas.

Nos faltan 3 periodistas secuestrados ecuador 03302018
El plantón “Nos Faltan 3”, en solidaridad con los periodistas secuestrados en Mataje, se desarrolló en la Plaza Grande en Quito. | Gustavo Guamán / Diario Expreso

El lunes 26 de marzo de 2018 ocurrió algo impensable para la sociedad ecuatoriana. Un equipo periodístico del diario El Comercio fue secuestrado en la parroquia Mataje, en la provincia de Esmeraldas, zona cercana a la frontera con Colombia. Desde entonces se desconoce su paradero y los familiares se aferran a los reportes de Gobierno en los que señalan que el periodista, el fotógrafo y el conductor “están bien”, y que pronto serán rescatados.

La difusión del secuestro de inmediato encendió las alarmas por tres razones: primero, es un país en el que los secuestros no forman parte de su cotidianidad; segundo, a pesar de contar todavía con una Ley de Comunicación bastante restrictiva, se puede ejercer el periodismo; y tercero, la actuación de grupos armados vinculados al narcotráfico expone la existencia de un problema mayor que ya ha afectado el rumbo de otras naciones como México y Colombia. 

Es un camino que atemoriza al pueblo ecuatoriano y por eso reaccionó alzando su voz para exigir respuestas ante lo ocurrido. #NosFaltan3 es la campaña que se ha difundido por medios de comunicación y redes sociales para que la noticia permanezca vigente y para que el pedido desesperado por la aparición de los comunicadores suene en todo el Ecuador y fuera de él. 

Fotos, videos y diversos mensajes inundan las pantallas, demostrando la unidad de un país que, como ya lo hizo tras un devastador terremoto en 2016, se fortalece ante la desgracia y no se somete frente a la adversidad. El martes se efectuó una vigilia en Quito, frente a la Casa de Gobierno, y además hubo concentraciones similares en otras ciudades como Guayaquil y Cuenca.

Pero aún en medio de aquella imagen esperanzadora surgen declaraciones que asombran como la del Ministro del Interior, César Navas, quien cuando dio a conocer el secuestro sostuvo que “les advirtieron que era peligroso”, como si se pudiera así justificar aquel desenlace, en lugar de haberles proporcionado el resguardo necesario para reducir los riesgos.  

No estaban ahí de excursión, no fueron a vacacionar o a tomar fotos del paisaje. Estaban allí porque había una historia por contar, porque había una problemática que exponer y de la que desafortunadamente se convirtieron en protagonistas. No estaban allí por un capricho; estaban cumpliendo con su trabajo, estaban informando, buscando revelar lo que muchos tratan de ocultar, y fue precisamente por esa labor que perdieron su libertad.

Como periodista ecuatoriana y a pesar de estar miles de kilómetros lejos de mi patria, me sumo al pedido de familiares, colegas y de todo el país: Nos faltan 3. Cuando silencian a un periodista, atentan contra el derecho de la ciudadanía de estar informada. Poder ejercer un periodismo libre es la garantía de la democracia de un Estado y es por eso que el Gobierno de Ecuador debe brindar una sólida respuesta para que los secuestrados sean liberados y para garantizar que este tipo de hechos no se repitan.