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"Me he cansado de decirles que estoy vivo, pero ellos insisten en que he muerto"

Constantin Reliu volvió a Rumania después de casi dos décadas, su familia lo había dado por muerto y ahora no puede conseguir que "lo revivan".

Constantin Reliu
Constantin Reliu | AFP

El caso de Constantin Reliu, en Rumanía, sigue sin resolverse. Se sabe que Rumania es la cuna del más célebre de los muertos vivientes del planeta, Drácula, pero el pobre de Constantin lleva ya varios días intentanto que el Tribunal de Vaslui reconozca que esta vivo, sin conseguirlo. "Estoy cansado de decirles que estoy vivo, pero me repiten que hasta tanto investiguen el tema, seguiré estando muerto", le dijo el hombre a la prensa en Vaslui, convertido ya en una cara conocida por la paradójica situación que le toca vivir por estos días, luego de regresar a Rumania tras varios años.

En rigor Constantin, hoy de 63 años, está pagando pecados de otros tiempos, porque se fue a Turquía abandonando a su familia a comienzos de 1990, y nunca en Rumania volvieron a tener noticias suyas. Fue por eso que finalmente sus familiares denunciaron a las autoridades que creían que Constantin había muerto, por lo que el Tribunal de Vaslui emitió el correspondiente certificado de defunción en 2016, dando por cerrado el asunto. La cuestión es que hace un par de semanas, cuando Reliu volvió a su país natal, las autoridades rumanas le informaron "que estaba muerto", ante la sorpresa del hombre que no podía creer lo que estaba oyendo. "Llevo días con este problema, me he cansado de decirles que estoy vivo, en esta situación no puedo ni trabajar, porque no tengo papeles y me me siguen repitiendo que estoy muerto", dijo Reliu retratando la insólita situación, que ha sido repicada como curiosidad en portales de noticias de todo el planeta. Como sus viejos documentos no son válidos, Constantin a los fines legales "no está vivo", de manera que no puede conseguir un trabajo registrado, y tampoco califica para los servicios de ayuda social a los que podría aspirar por su edad. "Ya no sé a quien acudir, mi familia ya no vive aquí y las autoridades insisten en que estoy muerto, he podido comer gracias a a la ayuda de unos vecinos", señaló el hombre, confiado en que una nueva apelación ante el Tribunal de Vaslui convenza a sus miembros que "efectivamente Constantin está vivo". Presentarse ante el tribunal para demostrar que sigue respirando todavia no fue una prueba suficiente...