“Estamos
muy cerca. Pero cuanto más cerca estamos del final, más difíciles son los temas
que debemos resolver”. El finlandés Jyrki Katainen, vicepresidente de la
Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la UE, no es un negociador diplomático
y no duda en admitir que el acuerdo que el Mercosur y la Unión Europea negocian
desde hace casi 20 años enfrenta obstáculos aún complicados, pero tiene
confianza en que se cumplirá el plazo de antes de fin de año que ambas partes
se fijaron para tenerlo definido.
Katainen
tuvo este jueves un paso intenso de apenas 24 horas por Buenos Aires, donde se
reunió con Mauricio Macri y con el canciller Jorge Faurie, con ministros, con
legisladores y con responsables de grandes empresas europeas con presencia en
el país. El viernes viajará a Brasil, donde negociadores del Mercosur y de la UE
ultiman los detalles del ambicioso acuerdo.
En una
conversación con periodistas, acompañado por la embajadora de la UE en Buenos
Aires, Aude Maio-Coliche, el vicepresidente de la Comisión no duda en señalar
algunos de las áreas de negociación donde aún hay que acercar posiciones
demasiado alejadas: agricultura, compras gubernamentales, servicios.
Para el ex
premier de Finlandia (2011-2014), el plazo de fin de año no es “una ley que hay
que cumplir”, y las tratativas pueden extenderse “unas semanas”, pero sin
embargo este es el momento indicado para definir las negociaciones. “El tiempo
no está de nuestro lado. Nada nuevo surgirá con el paso del tiempo”, sostiene. “Hay una ventana de oportunidad, y no sé si se
volverá a producir”.
Entre los
factores que harían recomendable el acuerdo está la actual situación global,
con el unilateralismo y el proteccionismo (léase Donald Trump) expandiéndose
por el mundo, gobiernos favorables al libre comercio en el Cono Sur y la crisis
de confianza que muchos europeos tuvieron hacia Bruselas que comienza a
disiparse.
Katainen es
el vice de Jean Claude Juncker, el presidente de la Comisión, que en una de las
últimas cumbres comunitarias sostuvo que “el acuerdo comercial con el Mercosur será para
la UE el más importante en términos de volumen", superior incluso a los
alcanzados con Canadá y Japón.
El ex premier
finlandés, que también fue ministro de Finanzas, quiere reforzar la idea de que
el acuerdo es mucho más que una cuestión de tarifas. “Es un acuerdo económico,
por supuesto, pero también es un acuerdo político y social”. Recuerda que
homologar las mismas normas en áreas como el empleo, la educación, el comercio
o las legislaciones sólo puede ser positivo para países como los del Mercosur.
Katainen
está convencido de que “a la mañana siguiente” de que se firme el acuerdo
Argentina comenzará a ver cómo se dispara el interés de los inversores extranjeros”,
para quienes un tratado conjunto con la UE sería una garantía y, además, “un
refuerzo político” para el Mercosur.
Halagado
por el interés que ha generado en el país el modelo finlandés de educación (“la
clave está en la extraordinaria formación de los docentes, todos con estudios
universitarios exigentes”) Katainen finalmente quiso despejar el temor que el “libre
comercio” genera en muchos sectores.
“Hay quienes creen que libre comercio quiere decir que eliminamos las tarifas y con ellas todas las regulaciones y las normas, en una especie de ultracapitalismo. Es exactamente lo contrario. Eliminamos tarifas, pero definimos mil páginas de normas comunes para garantizar todos los derechos”, afirmó.