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la disputa por asia pacifico

China se convierte en el gran ganador de las negociaciones entre EE.UU. y Corea del Norte

El “congelamiento mutuo” acordado es la fórmula que siempre promovió Beijing. La promesa de Trump de retirar tropas de Corea del Sur es un triunfo estratégico chino.

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mano a mano. El líder norcoreano Kim y el presidente chino Xi, en una reunión en marzo en Beijing. | ap

Desde Beijing
Los resultados de la cumbre entre Donald Trump y Kim Jong-un dejaron a priori un gran ganador: China. Tal como deseaba Beijing, el presidente de Estados Unidos anunció que suspenderá los ejercicios militares conjuntos entre su país y Corea del Sur. También declaró públicamente que quiere retirar todas las tropas estadounidenses del Sur, lo que representaría un gran beneficio estratégico para el gobierno chino. Además, admitió que no hay mucho que pueda hacer para que China cumpla con las sanciones impuestas a Pyongyang. Y legitimó al régimen de Kim como un interlocutor válido.
Luego de la cumbre en Singapur, el gobierno chino se congratuló esta semana por las conclusiones del encuentro. “La histórica reunión ha logrado resultados positivos y es un paso clave hacia la solución política del problema de la península de Corea”, declaró el presidente chino, Xi Jinping, tras recibir el jueves en esta capital al secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo. Poco antes, el canciller Wang Yi había dicho en un comunicado que la cumbre entre Trump y Kim supone el inicio de una “nueva historia” que Beijing “saluda y apoya”.
Al menos en cuanto a lo que se anunció, el acuerdo alcanzado en Singapur es en esencia la solución de “congelamiento mutuo” que China promueve desde hace años, consistente en que Washington detenga sus “juegos de guerra” junto al Sur y que Pyongyang suspenda sus testeos nucleares. Ese camino puede implicar un debilitamiento de la posición estratégica de Estados Unidos en la región de Asia Pacífico, lo que sería pura ganancia para el gobierno chino.
“Los resultados de la cumbre son beneficiosos para China y reflejan sus propuestas previas, lo cual demuestra que China tiene una influencia significativa en las conversaciones entre ambas partes”, dijo a PERFIL la profesora Zhang Lihua, investigadora del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de Tsinghua.

Razones. Según la prensa estadounidense, retirar los 32 mil soldados estadounidenses que hoy se encuentran apostados en Corea del Sur es en realidad un viejo anhelo de Trump, quien los considera un gasto demasiado oneroso.
“La solución de freeze-to-freeze es exactamente la agenda que proponía China, pero Beijing no tuvo que ejercer mucha presión sobre Kim para alcanzar ese logro –señaló a este diario el analista estadounidense Richard Bernstein, ex corresponsal de Time en Beijing y autor del libro The coming conflict with China–. Obtuvo lo que quería gracias a la obsesión de Trump por retratarse a sí mismo como un actor histórico capaz de lograr un acuerdo que ninguno de sus predecesores en el cargo había conseguido”.
Por lo pronto, los ministerios de Defensa de Estados Unidos y Corea del Sur revelaron anteayer que ya iniciaron conversaciones para suspender los ejercicios militares conjuntos en la Península.
Al mismo tiempo, Trump admitió en Singapur que no está en posición de forzar a China a que cumpla con las sanciones internacionales impuestas a Pyongyang por su programa de desarrollo nuclear. “Creo que, en los últimos dos meses, la frontera entre China y Corea ya no está tan cerrada como antes... pero es lo que hay”, reconoció.

Relaciones. Así las cosas, China celebra y calcula cómo seguir. “Por ahora, esto es una victoria para China –evaluó Andray Abrahamian, investigador del Griffith Asia Institute en temas de Asia Pacífico–. Si Trump lograra transformar totalmente la relación con Pyongyang de modo tal que se acercara a Washington a expensas de la influencia china, eso sería negativo para Beijing. Pero estamos muy lejos de que eso ocurra”.
Por si fuera poco, las concesiones de Trump a Kim a cambio de una vaga promesa de desnuclearización incomodaron a Seúl y a Japón, principales aliados de Estados Unidos en la región. “Hay quienes dicen que China debería preocuparse por el acercamiento entre Trump y Kim, pero eso es muy exagerado”, opinó Bernstein. “Si hay quienes están siendo marginados de este proceso, son Corea del Sur y Japón”. n