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Opinión

La digitalización del cuerpo

La información se manifiesta en la carne o en 'bytes' que bajan de la nube a manifestarse en diversas pantallas.

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Chloe Jennings White, una mujer inglesa de 58 años, tiene como máxima ambición ser parapléjica. | Cedoc

En nuestra cultura, cristiana, hay un ícono dominante: el cuerpo de Cristo. Un cuerpo que tiene la virtud de haber surgido de otro cuerpo, el de la Virgen María, sin que mediara ningún contacto carnal para su concepción. En ese sentido, María está en sintonía con una de las tendencias dominantes de la posteconomía. Entre vientres de alquiler y relaciones a través de la red de cuerpos que no se rozan, la historia de María y su vínculo con el Espíritu Santo resulta más cercana que nunca. Pero volviendo a su hijo, a Jesús, su cuerpo sufre todo tipo de flagelos. Se le crucifica y se acaba al fin con su vida y antes de subirlo a la cruz se le impone el Vía Crucis. Cuando todo esto termina, muere, y al tercer día el cuerpo resucita. Si María puede ser actual por ser capaz de engendrar sin haberse aferrado a otro cuerpo, Jesús lo es simplemente por resucitar y reinventar una vida nueva.

Cristo, paradigma de la reiscilencia, alcanza el paroxismo del emprendedor. No solo es capaz de es capaz de remontar la muerte y volver a ponerlo en circulación el cuerpo, sino que lo torna intangible, inaccesible, porque así como los valores de la economía global se mueven en el ciberespacio, el suyo asciende y circula en el cielo. Pero el cuerpo de Cristo también ejecuta una vía de acceso virtual. Durante la misa, el sacerdote lee un pasaje bíblico que evoca algún momento de la vida de Jesús antes de pasar al eje de la ceremonia: el instante de la comunión, que consiste en alimentarse literalmente del cuerpo de Cristo, ingiriendo una oblea que representa su carnalidad.

El experto en tecnologías digitales Jochen Doppelhammer afirma que al vivir convertimos la información del código genético en energía y que esa información puede tener un soporte genético y bioquímico en células y carne de nuestro cuerpo, o ser información en 'bytes' en la nube: ser nuestra identidad virtual. La información se manifiesta en la carne o en 'bytes' que bajan de la nube a manifestarse en diversas pantallas: “ya estamos en tránsito de la vida biológica a la digital”. En tránsito, como Cristo: hemos alcanzado el mito a través de un puñado de 'bytes', un 'tattoo' virtual que nos da identidad en la piel del ciberespacio.

¿Qué es un cuerpo tatuado sino un intento de singularidad, un balbuceo de la piel para diferenciarse de la manada, ser diferente, ser distinto a la matriz  Un pequeño flagelo –se accede al 'tattoo' a través del dolor– para establecer una identidad mínima. ¿Cuál es el paso siguiente en esta producción de identidad?

Chloe Jennings White, una mujer inglesa de 58 años, tiene como máxima ambición ser parapléjica. Jennings es una mujer físicamente sana, que trabaja como investigadora en la Universidad de Cambridge, pero que no ha conseguido vencer su ansiedad mediante las terapias disponibles y, por lo tanto, paga a un médico 19 mil euros para que le paralice las piernas. La mujer, que usa siempre una silla de ruedas, intentó sin suerte ser víctima de accidentes para perder las piernas. Además, sobrevivió a uno en el que su vehículo volcó dos veces. Ha confesado que el día que lo consiga será el día más feliz de su vida. Se supone que padece una patología denominada “trastorno de identidad de la integridad corporal”, en la que uno no percibe una parte de su cuerpo como si fuera suya. En otro registro y con un propósito terapéutico, también ha sido inquietante la doble mastectomía a la que se sometió Angelina Jolie como medida preventiva para evitar una enfermedad oncológica. En este último caso llamó la atención el ruido mediático impulsado por la propia actriz sobre la intervención en su cuerpo, para promover, basándose en estadísticas del cáncer de mamas, la automutilación que se impuso a sí misma. Al parecer, el tránsito del cuerpo se acelera paralizando o mutilando sus partes.

Vamos hacia la digitalización definitiva del cuerpo, un movimiento inconsciente hacia su privatización.