ELOBSERVADOR
Libertad de expresion a la cubana

“Contar desde el periodismo para dejar un registro”

Carlos Manuel Alvarez es el fundador de la revista digital El Estornudo. Censurado en su país, dialogó con PERFIL sobre por qué la crónica periodística sigue siendo peligrosa para el poder.

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Desconectados. Uno de los problemas de la población cubana es la falta de información. | AFP

Carlos Manuel Alvarez es un periodista cubano, fundador de la revista cubana El Estornudo, que tiene dos años de vida y lleva un mes bloqueada. Se presenta como una “revista independiente de periodismo narrativo, hecha desde dentro de Cuba, desde fuera de Cuba y, de paso, sobre Cuba”. Pero en la isla ya no puede leerse. En teoría, allí no se permiten medios independientes ya que la Constitución cubana reconoce la libertad de prensa, pero prohíbe la propiedad privada de medios de comunicación. En estos años, hubo otros sitios de prensa bloqueados, como 14ymedio, Diario de Cuba, CiberCuba o Café Fuerte. De todas maneras, algunos lo intentan igual.

PERFIL dialogó con su director editorial, quien explica que “la mayoría (de los medios) no son bloqueados. De todas maneras, hay un bloqueo general más nocivo”. El vive en México y vino a Buenos Aires a presentar su libro La Tribu, retratos de Cuba, una recopilación de historias de cubanos durante 2014 y 2016. Estaba aquí cuando ocurrió el bloqueo. Algunos colaboradores en Cuba le avisaron que no podían entrar al sitio. Pensaron que era un problema en la web, pero pasaron los días y se dieron cuenta de que ya no se podía ingresar.

—¿Por qué censuraron al Estornudo? ¿Fue a partir de alguna nota en particular?

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El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
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—Nos censuran a partir de una nota en particular, creo. Aunque nunca logramos entender del todo cómo funciona la cabeza de un censor. Me gustaría mirar ahí dentro, en realidad. Es un personaje familiar. Las visitas aumentaron durante esos días. El editorial fue muy leído (ver recuadro), se replicó en muchas partes. Ya luego las aguas toman su nivel.

—La Constitución cubana prohíbe la propiedad privada sobre medios. ¿Cómo es el panorama de los medios independientes teniendo en cuenta ese dato?

—Es un panorama precario, pero extrañamente vivo. Es también un escenario diverso. Su impacto, como sea, no es masivo. Yo me justifico a mí mismo este ejercicio como un ejercicio también de memoria. Contar desde el periodismo para dejar un registro.

—¿Creció el desarrollo de los medios independientes el último tiempo? ¿La mayoría son bloqueados?

—No, la mayoría no son bloqueados. De todas maneras, hay un bloqueo general más nocivo. Los cubanos viven en un país desconectado, con escaso acceso a internet, por una decisión expresamente política, la lógica del poder totalitario.

—¿Qué habría que hacer para evitar que esto suceda?, ¿cómo van a seguir ustedes, van a seguir publicando para lectores afuera de la isla?

—Habría que ceder, volverse dócil y obediente. Nosotros vamos a seguir publicando sin plantear ningún tipo de diálogo tácito con los censores y los represores. Son ellos quienes deben rendir cuentas.

—¿Podría explicar en breves palabras la línea editorial de su sitio?

—No pontificar; contar y exponer. Decir las cosas del modo más preciso que puedan decirse. Un sitio, que a veces, se define más por todo lo que sabe que no quiere hacer. El resto es búsqueda y riesgo.

—¿Por qué cree que es importante el desarrollo del periodismo narrativo?

—Porque en sus mejores momentos logra ser, al unísono, un reducto de información y belleza; el poder de la palabra que se está refiriendo a un suceso real, pero que también se remite a sí misma.