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Hasta marzo, “la doctora” seguirá en boxes y callada. Una discreta ayudita. Cita premiun. Excusas.

19022018 foto archivo Agustín Rossi
El jefe del bloque de diputados kirchneristas, Agustín Rossi. | Foto archivo NA: JUAN VARGAS

Hasta marzo, “la doctora” seguirá en boxes y callada. Primero fue Miguel Pichetto quien, el pasado fin de semana, volvió a darle centralidad a Cristina Kirchner cuando, en PERFIL, dijo que ella será candidata en 2019. No del peronismo que el senador hoy integra, al menos por ahora. Pichetto sabe que hay un integrante de ese grupo que está convencido –y lo dice más con certeza que con ironía– de que si el kirchnerismo vuelve al poder deberá cambiar su domicilio de Recoleta a uno fuera de los límites nacionales. Y eso  que en la actualidad ese ex funcionario vive a menos de siete cuadras del edificio donde vive la ex presidenta, pero sería más fácil que se cruzaran en las cercanías del Congreso que atravesando la plaza Arenales. Como sea, fue Agustín Rossi quien cruzó al senador rionegrino y ,en una entrevista en Fuera de Agenda, por radio LED, dijo: “Que se dedique a su espacio, que no puede definir un candidato, y deje de hablar de nosotros”. En medio de algunos vacíos por las vacaciones, hubo un par de encuentros donde se reafirmó la estrategia a seguir cuando surjan situaciones como las que intentó forzar Pichetto. Es decir, que salga a contestar Kirchner. En ese borrador de ideas, la primera es que, salvo que algo estalle, ella guardará silencio hasta marzo y Rossi tiene liberado el camino para hacer pública su decisión de aspirar a competir por la presidencia en una clara estrategia de comenzar a posicionarlo. Es decir, como uno de ese  equipo tiene escrito bajo la foto del santafesino: “Rossi = deseo + autorización”. Aunque fuera del equipo el nombre Pichetto también está en el borrador y aunque este aparece a significativa distancia de Cristina Kirchner, la situación la grafican así en ese borrador de ideas: la construcción de un puente demanda varios ladrillos, que siempre terminan uniendo dos márgenes que parecen distantes. Si se define ese puente, serán muchos los “ladrillos” a convencer, pero hoy en ese borrador la construcción no se descartó para algunos. Sí hay otros que  por ahora ponen cautelosos reparos porque desconfían de ese peronismo racional del que creen preferirá negociar y sacar tajada de Macri, antes de volver a tener que seguir a “la doctora”.  Finalmente, hay un tema al que no le prestan demasiada atención: las encuestas. Cuando se reúnen en el Instituto Patria se comentan al pasar esos números que tienen muchos de los “peronistas racionales” y que hoy dan bien a Kirchner.    En esa mesa del primer piso de la calle Rodríguez Peña, las encuestas se soslayan porque  están convencidos de que, al menos por ahora, la caída de la imagen del Gobierno y de Macri no la capitalizó nadie y no hay un traslado visible y sostenido a ningún candidato.

Una discreta ayudita. Lugar de reunión de, sobre todo, radicales, el restaurante Del Progreso finalmente obtuvo un apoyo del gobierno porteño para remozar y reacondicionar sus instalaciones. Ubicado próximo al Congreso y sin el aura que otrora tuvo de ser centro de reunión de nombres que mueven la pelota en la política actual, cada tanto genera encuentros para despuntar la costumbre de rendir honor a políticos que ya no están y escuchar a otros explicar la coyuntura.

Cita premiun. De a poco se va completando el listado de corredores de una de la carreras premium locales: las 1000 Millas. Este torneo, que se corre en el sur argentino en noviembre y que incluye corredores que hasta van con nombre muleto –al menos hasta el día de largada– para mantener la discresión, cumple treinta años. Y hay un participante que animó a otros a confirmar apenas se supo su nombre: Horacio Pagani. Esta vez el famoso diseñador de autos, que tiene a los Pérez Companc como uno de sus fieles clientes, estará entre los que aspiran a ganar. También Carlos Reutemann, quien aún no anticipó quién será su coequiper.

Excusas. Hay funcionarios y legisladores que parecen soslayar lo que avanzó la tecnología, incluso cuando la usan de manera cotidiana. Y eso se nota estas semanas de receso invernal, donde algunos de ellos se excusan con las frases: “ Estoy en el exterior” o “Estoy en viaje” para evitar responder sobre cuestiones candentes. Olvidando así que hoy la distancia es un mero detalle.