DEPORTES
¡argentina campeon!

Ahora sí, el grito sagrado

La selección nacional le gano 5-4 a Rusia y obtuvo el primer campeonato mundial en su historia. el arquero nico sarmiento fue la figura.

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Brazos al cielo. Los jugadores del Seleccionado nacional celebran la obtención de la copa en el Mundial de Colombia. Un equipo que entró en la historia. | afp
El reloj se agotaba... Tres, dos, uno. ¡Campeones del mundo! El sueño se hizo realidad. La historia de un deporte que sólo conocía a Brasil y España como campeones del mundo y que le abrió la historia a un grupo de 14 muchachos que rompieron con todos los paradigmas para hacer que la utopía deje de ser sólo una palabra. Argentina es la dueña del mundo en un futsal que vio como el equipo de Diego Giustozzi tuvo en Colombia la consagración de una camada que ya marcó a fuego su nombre y que cambió la historia para siempre. Un deporte que en el país es semiprofesional y que pudo contra todos los poderosos.

La cálida Cali quedará como la casa de una de las máximas gestas del deporte argentino. Porque parecía que la historia estaba escrita por uno de esos locos guionistas de Hollywood. Esos que después de dejar en el camino  a la final al equipo del mejor jugador del mundo, la Portugal de Ricardinho, tenían como último escollo a la final a una Rusia que de Rusia tenía pocos. Con tres brasileños entre los cinco titulares (el arquero Gustavo, Robinho, y su goleador Eder Lima), los europeos eran los favoritos. Las variantes europeas, contra la solidez del equipo albiceleste.

Y ganó el conjunto. Como casi siempre en cualquier deporte. Porque esta Argentina que levantó la Copa del Mundo en el Coliseo El Pueblo de Cali tiene muchos fundamentos, todos tangibles, para justificar su corona. Una corona que empezó a tallar con las manos de un arquero como Nicolás Sarmiento que sostuvo cada avance ruso y que terminó quedándose con el Guante de Oro por la valla menos vencida. Una defensa sólida con su capitán Fernando Wilheim como abanderado y una efectividad asombrante en ataque.

Fue tan equipo Argentina que Wilheim fue el elegido como mejor jugador del torneo. Un premio a lo colectivo. Justo lo que quería Giustozzi cuando llegó a finales de 2013 y fue la cara de la revolución. Una revolución que tuvo su punto más importante ayer y que gracias a los goles de Cuzzolino, Brandi -2-, Constantino Vaporaki y Alamiro Vaporaki pudo transformar una utopía en una realidad.