CULTURA
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¿Y si Abraham en realidad mató a Isaac?

Un papiro del siglo VI d.C. descubierto en 1934, escrito en copto, fue traducido recién ahora por investigadores del Metropolitan Museum of Art de Nueva York. Encontraron una nueva versión de un pasaje del Génesis.

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Versiones. Izquierda, el sacrificio de Isaac según Andrea del Sarto; derecha, según Caravaggio. | cedoc

Investigadores del Metropolitan Museum of Art de Nueva York por primera vez tradujeron del copto el papiro descubierto en 1934 en la pirámide del faraón Senusret I (también conocido como Sesostris I) ubicada en el Bajo Egipto, de aproximadamente 1.500 años de antigüedad. El copto es una lengua derivada del antiguo egipcio que se basa en el alfabeto griego y algunos caracteres de la escritura que surgió en la última fase de la civilización egipcia, y predominó desde el siglo III hasta el siglo VI d.C. y que todavía permanece como lengua litúrgica de la Iglesia Ortodoxa Copta. El papiro traducido data del siglo VI d.C., una época en la que ya el cristianismo (se expandió rápidamente a partir del siglo I) estaba muy desarrollado en Egipto. En aquel momento, el cristianismo era la religión oficial del estado egipcio, como en el resto del Imperio Romano occidental (en declive desde el 476) y oriental.

Según Michael Zellmann-Rohrer, especialista de griego en la Universidad de Oxford y autor de un artículo sobre el tema publicado en la Zeitschrift für Ägyptische Sprache und Altertumskunde (Revista de Lengua Egipcia e Historia Antigua),  el papiro contiene una larga plegaria de Set, el hijo de Adán y Eva, que nació después de que Caín matara a Abel, que ha vivido una aparición de Dios (una teofanía). El documento se refiere principalmente a las personas y episodios mencionados en la Biblia hebrea. También muestra términos pertenecientes al gnosticismo, una religión que integra algunas de las creencias cristianas y de la tradición apocalíptica. En general, consiste en fórmulas para invocaciones de los poderes divinos y, además, describe una serie de sucesos bíblicos, que incluyen historias de sacrificios humanos.  

Lo más notable del escrito es que varias veces el poder divino se denomina “el que preside la Montaña del Asesino”, una frase que posiblemente alude al conocido pasaje del Libro del Génesis donde Dios le dijo a Abraham que sacrificara a su hijo Isaac en el monte Moriah, situado en la cuidad antigua, en Jerusalén. El Antiguo Testamento dice que un ángel detuvo a Abraham antes de sacrificar a su hijo. Para Zellmann-Rohrer el papiro hace una referencia a las versiones alternativas que se han dado acerca de esta historia bíblica, en las cuales Dios no impide el golpe mortífero de Abraham y este sacrifica a su hijo. El investigador afirma que el papiro formó parte de la inscripción de un amuleto, una práctica común en la época egipcia donde el cristianismo no era la única creencia religiosa. La hipótesis es que el creador, quien quizá copió el texto de un libro (no era un escriba), prestaba servicios rituales en el complejo de la pirámide a feligreses que pagaban por plegarias y fetiches.

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Lo decisivo del episodio bíblico del sacrificio, tanto para el judaísmo como para el cristianismo y el islam (aunque el hijo es Ismael, el antepasado de los ismaelitas o árabes según las tres religiones abrahámicas, y no Isaac) es el sometimiento de Abraham a la voluntad divina. Sin embargo, Zellmann-Rohrer señala que muchos textos de la antigüedad afirman que el sacrificio se realizó. La tradición de una inmolación de Isaac parece haber sido bastante generalizada.