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CóRDOBA
Legalización del aborto

¿Qué piensan personalidades locales sobre la legalización del aborto?

Referentes cordobeses del arte, la cultura, la política, el mundo empresario y la religión se pronuncian sobre el debate que atraviesa al país: sí o no a la interrupción del embarazo.

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Referentes cordobeses emiten su opinión sobre el proyecto de ley que tiene un inminente tratamiento parlamentario, entre el miércoles y jueves próximo. | Cedoc Perfil

Este miércoles la Cámara de Diputados de la Nación tratará el proyecto de ley sobre interrupción voluntaria del embarazo, después de que el presidente Mauricio Macri habilitara el debate que desde hace años reclamaba un sector importante de la sociedad, impulsado por organizaciones de mujeres. Pero la iniciativa también es resistida con fuerza por otra parte de los argentinos, con especial peso de la postura de la Iglesia. Esa realidad que pone en evidencia la insoslayable división que existe en el tema, se da entre los legisladores nacionales que abordarán la iniciativa, cuya suerte es hoy una incógnita. La grieta también se refleja en las distintas encuestas, que en el país y en Córdoba, muestran que quienes están a favor del proyecto superan apenas a los que se oponen. En ese marco, PERFIL CORDOBA pidió la opinión de referentes cordobeses de distintos ámbitos.

María Teresa Andruetto, escritora: “Es una gran injusticia que no esté despenalizado”

“Desde hace muchos años estoy a favor de la despenalización del aborto, lo que no significa promoverlo. Estoy convencida de que el aborto debe ser legal, seguro y gratuito, para que las mujeres que llegan a esa situación puedan hacerlo sin riesgos. Además, hay una doble moral, porque los abortos se siguen haciendo en cantidad, pero solo es seguro para quienes tienen las condiciones económicas y culturales para lograrlo. Y las mujeres pobres, en cambio, lo hacen poniendo en riesgo su vida. Por eso creo que es una gran injusticia que no esté despenalizado. También me azora el espanto que esto genera en un sector de la sociedad que, sin embargo, no tiene la misma postura ante la fertilización in vitro, por ejemplo, en la que se implantan solo algunos embriones y el resto se descarta. Y en una sociedad que admite tantas intervenciones en el cuerpo, pero se opone a que una mujer tenga derecho a decidir sobre el suyo ante un embarazo no deseado. Por último, creo que no se puede pensar solo en lo que uno haría en esa situación, sino en lo que es socialmente pertinente o necesario”.

Horacio Parga, contador, expresidente de la Bolsa de Comercio de Córdoba: “Hay vida desde la concepción”

“Estoy absolutamente en contra. Además, está disfrazado de despenalización pero en realidad se trata de una legalización, por lo cual lo considero una discusión hipócrita porque detrás de un título se esconde un problema ideológico y la intención de legalizarlo. Por otra parte, tanto la Constitución Nacional como la ciencia aseguran que hay vida en el momento de la concepción, de modo que no es una cuestión subjetiva. Tampoco lo considero una cuestión sanitaria, como si el embarazo fuera una enfermedad y el aborto la solución. Creo que esa ley sería anticonstitucional y deja de lado los derechos del niño. En cambio me parece adecuado el proyecto del diputado Juan Brügge, que prevé la posibilidad de adoptar a esos niños por nacer, lo que permitiría acompañar a la madre hasta que el hijo nazca, garantizando la vida y un hogar donde va a ser amado. Es una discusión muy dolorosa y lamento que el Gobierno nacional la haya abierto”.

Marcelo Hidalgo, fiscal de la Cámara 3° del Crimen: “Dejar sola a la mujer es un acto de violencia brutal”

“Mi aprendizaje es que nunca más hay que dejar a la mujer sola ante un embarazo no deseado, porque hacerlo es un acto de violencia brutal, además de una expresión de cobardía por parte de la sociedad. Hace algunos años me tocó investigar una clínica de abortos, en la que accedí a escuchas telefónicas en las que mujeres de Córdoba y de otras provincias contactaban a un médico que, según las semanas de gestación, fijaba un precio por la práctica. A valores de hoy para tres semanas rondaría los 15 mil pesos. Hacía 10 abortos por día, incluyendo los sábados, para sacar la cuenta de la ganancia. Escuché cientos de llamadas y, entre ellas, la de una mujer muy humilde c o n cuatro hijos, que no tuvo la plata y terminó muerta en un hospital público. Antes de esto quizás no lo hubiese tenido tan claro, pero ahora sí. Entiendo que muchos subrayen el derecho a la vida, pero es insoslayable que la sociedad no dé vuelta la cara en una situación tan dramática, que empuja a las mujeres a lugares sórdidos. Lo jurídico, judicial y normativo son un acápite ínfimo al lado de la problemática social e individual que esto involucra y que es en lo que hay que poner el foco, y no en el reduccionismo de si hay o no vida”.

José Luis Serrano, actor, personifica a “Doña Jovita”: “Debemos cuidar las dos vidas”

“Más allá de la ley, las personas de buena voluntad podemos coincidir en que el aborto es un mal social que se debe evitar. Para algunos, porque implica la eliminación de una persona por nacer. Y para otros, porque es una intervención cruenta para la mujer que se lo practica, en un ámbito legal o ilegal, que además (se considere o no persona al embrión que se elimina), puede dejar consecuencias graves en su salud psíquica y física. Además, la legalización nunca erradica el aborto. En cambio, un Estado que esté atento al valor de la vida de la mujer, en particular en el embarazo, y que proteja y honre las dos vidas, podría erradicar esto que nadie desea. Como hombre del arte y de la cultura que recorre el corazón profundo del país, puedo percibir que las mujeres, sobre todo las más humildes, suelen estar dispuestas a dar todo para honrar a sus hijos o hijas, aun cuando son fruto de embarazos no deseados. Por eso sostengo y defiendo que vamos a ser más humanos y civilizados cuanto más protejamos a los débiles y frágiles”.

Marcelo Polakoff, rabino, copresidente del Comipaz: “Una propuesta que no está ni a favor ni en contra”

“No busco conformar a todo el mundo, sino acercar una propuesta de un relativo punto medio. Creo que una sociedad debe bregar por la defensa de la vida y en especial por el cuidado de sus miembros más vulnerables. Entiendo que el proceso vital surge en la concepción, pero que a la vez no es allí ni tampoco en los primeros estadios de evolución del embrión donde podemos hablar de un ser humano independiente y pleno. También creo que detener esa vida en desarrollo implica un acto violento y un daño irreparable al que solo se debe recurrir en situaciones extremas. Del mismo modo admito que ante la desesperación de un embarazo no deseado, muchas mujeres recurren al aborto clandestino con el riesgo que conlleva. La tradición judía no considera que el aborto constituye un asesinato, aunque no lo favorece ni en principio lo permite. Por eso, la idea es que el Estado debería ayudar a las mujeres que están en esa situación límite pa- r a q u e puedan en- c u ad r a r con más ele- mentos su d e c i s ió n . L a propuesta es que antes de la semana 10 de gestación, un equipo estatal interdisciplinario brinde a la mujer un marco de contención y de referencia más amplio para que pueda evaluar mejor su decisión, que podría ser seguir con el embarazo y ser madre, dar al niño en adopción, o interrumpir el embarazo. El equipo emitiría una resolución recomendando un curso de acción, pero la mujer tendría garantizado su derecho a decidir. Y si optara por el aborto, el Estado debe garantizar que se realice en forma segura. Así no se abandonaría a las mujeres a su suerte y tampoco daría carta blanca para avanzar con un aborto sin medir sus consecuencias”.

Francisco Fortuna, ministro de Salud de la Provincia: “El aborto no es una solución”

“Despenalizar el aborto no es una solución, el Estado debe garantizar desde temprana edad el conocimiento integral y adecuado sobre la sexualidad y los derechos, disponer del acceso gratuito y oportuno a los distintos métodos anticonceptivos, cuidar a la madre y al niño durante el embarazo y el nacimiento como una política de Estado”.

Cristina Bajo, escritora: “Quisiera que se tratara más a fondo"

“Con respecto al aborto, estoy en contra: primero, por una cuestión de ética, pero principalmente, por una experiencia personal. Los vericuetos de la ley son muy largos de explicitar y también de aceptar, porque hay pros y contras. Desearía que se tratara más a fondo y sin presiones ni de un lado, ni del otro”.

Gabriel Acevedo, secretario de Salud de la Municipalidad, profesor titular de Medicina Preventiva y Social: “Penalizarlo no resulta efectivo"

“Es una decisión trascendente del Presidente la de impulsar el debate, todas las posturas han sido expuestas, y esto es muy bueno para nuestra repú- blica. Sabemos que nadie promueve el aborto. Es siempre una situación traumática y resulta obvio que ninguna mujer queda embarazada para abortar. Es a consecuencia de embarazos no planificados, que deben ser prevenidos mediante educación, consejería y acceso a anticonceptivos, como lo hacemos desde el Programa Municipal de SSyR, contribuyendo al descenso sostenido de la mortalidad maternainfantil. Pero cuando se agotan las instancias para evitar la interrupción y la decisión es irreversible, penalizarla no resulta efectivo. Está demostrado científicamente que no reduce la frecuencia del aborto, y se asocia a mayor morbimortalidad materna, especialmente de mujeres vulnerables. Por ello, quienes tenemos responsabilidades públicas deberíamos analizar la punibilidad del aborto como un problema sanitario, y dejar para nuestro fuero íntimo las razones religiosas o filosóficas que nos lleven a pensar distinto”.

Mariano Oberlin, sacerdote: “El foco debería estar en prevenir el embarazo no deseado”

“Me resulta muy difícil hablar de este tema. Por un lado, creo que no hay que penalizar a las mujeres que se hacen un aborto. Porque coincido con muchos postulados de Ni una menos, y estoy contra el machismo del varón que muchas veces se borra y deja a la mujer sola ante un embarazo. Pero para mí también hay acuerdos elementales que nos permiten convivir como sociedad, y por eso es esencial que haya un consenso sobre cuándo existe una persona sujeto de derechos. No digo discutir cuándo comienza la vida desde un sesgo religioso o ideológico, sino que como sociedad arribemos a un acuerdo. La cuestión es que hoy, además de la postura de la Iglesia, para la Constitución y el Código Civil hay vida desde la concepción. Y creo que si no se respeta esa definición después todo da igual, y eso puede traer consecuencias en otros ámbitos del derecho. Por eso creo que el foco debería estar puesto en la prevención del embarazo no deseado. A su vez, en un sistema de salud ideal, las mujeres abortarían en los hospitales en condiciones adecuadas. Pero el Estado hoy no invierte en lo que es necesario y tampoco lo haría en eso, que seguiría siendo la única opción para las mujeres pobres. Además, si bien es un problema de salud pública que afecta en especial a las mujeres vulnerables, lo cierto es que en los ocho años que llevo en barrio Müller no hubo ninguna muerte por aborto clandestino, pero sí 180 vinculadas a consumo o venta de drogas”. 

Claudia Travella, miembro de la comisión directiva de la Federación Argentina de Ginecología y Obstetricia, jefa de obstetricia de alto riesgo del Hospital Privado: “Impactaría en una reducción de la mortalidad materna"

“Creo que formalizar la ley no haría aumentar el número de abortos que ya se realizan, pero sí impactaría en una disminución de las muertes maternas vinculadas a las prácticas clandestinas, en las que hoy hay un subregistro. La realidad es que la mujer que está decidida a hacerse un aborto lo va a hacer como sea, sea legal o ilegal. Lo que la ley puede evitar es que muera por esa causa. Igual, lo que hay que discutir también es la prevención real y efectiva de los embarazos no deseados. Porque aunque hace años que hay leyes, muchas veces todavía no hay acceso a la educación sexual y a la anticoncepción y centros de salud, que por las razones que sean, obstaculizan por ejemplo la ligadura de trompas. Y considero que la ley debe incluir la objeción de conciencia para los profesionales”.

Los principales puntos del proyecto

Garantiza el derecho a acceder a la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) con el requerimiento de la gestante hasta la semana 14 inclusive. Fuera de ese plazo, solo se podrá hacer si el embarazo es producto de una violación, si estuviera en riesgo la vida o salud de la mujer y si se diagnosticara la inviabilidad de vida extrauterina del feto. Previo a la realización, se requiere el consentimiento informado de la mujer. Las menores de 16 años deben dar su consentimiento informado, y el consentimiento de los padres se exigirá según el art. 26 del Código Civil, que lo pide para prácticas médicas invasivas. Los centros de salud no podrán pedir autorización judicial ni requisitos extra hasta la semana 14. Estará permitida la objeción de conciencia individual de los profesionales, informada previamente y por escrito. Se penalizará a los médicos que se nieguen a cumplir la ley, y también a quienes practiquen abortos sin consentimiento de la mujer o más allá de la semana 15, así como a las mujeres que aborten a partir de esa semana. Habrá consejerías con información para la mujer, y atención previa y posterior médica, social y psicológica para quienes soliciten la IVE. El sector público y las obras sociales deberán incorporar la cobertura integral de la IVE, que se incluirá en el Programa Médico Obligatorio (PMO).

Marcela Fernández