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¿Podrá gobernar Macri?

A pesar de que Mauricio Macri dirigió una serie ininterrumpida de triunfos durante doce años, cuando llegaron estas elecciones aparecieron nuevamente quienes afirman que lo que hace no tiene sentido.

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Paso. El Presidente, el día de las primarias. Ha demostrado que sabe gobernar. | AP

El gorila invisible es un libro apasionante en el que los autores analizan las limitaciones de los seres humanos para ver lo que está ante sus ojos. Esto no tiene que ver solamente con los prejuicios que todos tenemos, sino con las limitaciones que tiene nuestra especie, para acercarse a la realidad. Hay muchas cosas evidentes que nuestra mente no registra. Esos análisis no son exóticos, se desarrollan en libros de profesionales serios como Facundo Manes o Daniel López Rosetti.  En Argentina a pesar de experiencias exitosas que se han repetido por dos décadas, en el círculo rojo muchos se resisten a discutir siquiera lo que es la nueva política. Felizmente no pasa lo mismo con la mayoría de los ciudadanos.

A pesar de que Mauricio Macri dirigió una serie ininterrumpida de triunfos durante doce años, cuando llegaron estas elecciones aparecieron nuevamente quienes afirman que lo que hace no tiene sentido. En esta ocasión, varios predijeron que Martín Lousteau ganaría ampliamente en la Capital, que en la Provincia había un triple empate, que Cristina podía estar en el 40% gracias a la errada polarización que promovió el Gobierno. Como pasa siempre, las profecías no tuvieron que ver con la realidad.

Cerrando los ojos a lo que ha ocurrido durante más de veinte años, dicen ahora que Macri no podrá gobernar, que necesita convocar a los políticos de siempre para que continúen gobernando como siempre. Hasta el siglo pasado se suponía que el mejor presidente debía militar muchos años en un partido, y ser abogado o militar. La redundancia de la palabra es intencional. Los estadistas se formaban en seminarios ideológicos y en comités partidistas. Actualmente los conocimientos, la organización social, las relaciones humanas, se volvieron mucho más plurales y complejos. Aparecieron nuevas actividades que generaron otros tipos de liderazgo que incursionaron en la política al mismo tiempo que la población se cansó y rechaza masivamente las viejas formas del poder.

Macri empezó a hacer política en el siglo XXI, pertenece a un nuevo tipo de dirigente formado fuera de los ritos partidistas, que llega a la Presidencia formado dirigiendo instituciones más cercanas a la gente real. En 1995 dejó su carrera de empresario para dedicarse a otras cosas que le interesaban más, que son posibles en esta sociedad. Fue elegido presidente del Club Atlético Boca Juniors al que dirigió por más de una década. Se inició así lo que sería un karma en su carrera:  la institución estaba en una situación lamentable como lo estuvieron las instituciones que dirigió después  y tuvo que trabajar mucho para obtener 17 títulos en ocho años. Cuando terminó su desempeño, Boca era reconocido como el mejor club de América del Sur, uno de los más importantes del mundo y gozaba de una situación económica que nadie habría creído posible al inicio de su conducción. Dirigir de manera tan exitosa una institución tan compleja requiere que el líder sepa negociar y construir poder. Fue seguramente esa experiencia la que desarrolló en Mauricio una de sus principales virtudes: saber trabajar en equipo.

El 2007 Macri fue elegido jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a la que gobernó durante ocho años. Al terminar su período la inmensa mayoría de los porteños creía que había sido el mejor jefe de Gobierno de la historia.  Esa opinión se confirmó cuando otro dirigente de su espacio, Horacio Rodríguez Larreta, fue elegido en su reemplazo en una acción propia de la nueva política: el sucesor no era pariente del jefe de Gobierno. Durante sus dos períodos el PRO careció de una mayoría propia en la Legislatura y fue perseguido por el gobierno federal. Sin embargo, el gobierno fue exitoso, la Ciudad cambió y es el ente federal en el que mejor se vive en el país.

Cuando inició su mandato presidencial Macri tomó medidas impopulares que eran inevitables por el estado desastroso en que se encontraba el país. A pesar de eso, sigue como el mandatario mejor evaluado de América Latina y su partido se encamina a un importante triunfo nacional en las elecciones de octubre. Algunos bastiones tradicionales del peronismo caerán frente a los candidatos de Cambiemos y el entusiasmo por la transformación avanza por todos lados. Los candidatos que buscan la vuelta al pasado de manera ortodoxa o renovada están en franco retroceso.

El temor de que no pueda gobernar es infundado. No se trata de alabarlo sino de tratar de ver la realidad. Alguien que desde 1995 supo dirigir una institución tan compleja como Boca y llevarla a la gloria y que ha sido un jefe de Gobierno de Buenos Aires eficiente y aceptado, ha demostrado en los hechos que sabe gobernar. Lo entiende la gente que le sigue apoyando y que quiere que cambien las cosas. Por eso gobierna de una nueva manera, como quiere la mayoría de los argentinos. Si Cambiemos se transforma en Parchemos perderá todo sentido.

*Profesor de la GWU, miembro del Club Político Argentino.