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Brasil en vilo

Moro, una gran solución para Lula

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. | Pablo Temes

Segundas partes nunca fueron buenas. Muchos líderes políticos lo vivieron en carne propia. Lo mejor que le podía pasar a Perón era que el gobierno militar no lo dejara volver a la violenta Argentina de 1973 y terminara su vida y su carrera política en el mítico exilio de Puerta de Hierro. Pero el entonces presidente Agustín Lanusse sacó un conejo de la galera y le mojó la oreja al anciano general. “Perón no vuelve porque no le da el cuero”. De esta manera, el gobierno militar le infligía de un solo golpe todo el daño político que no pudo hacerle la revolución libertadora en 1955. En Brasil, el juez Moro hoy le resuelve a Lula por la vía judicial un intríngulis político que el legendario sindicalista metalúrgico no podría solucionar de ninguna forma en una eventual nueva presidencia. La gloria de Lula está asociada a un estilo y a un mundo de súper materias primas que hoy no existe. En una nueva aventura, Lula estropearía su capital y su legado político tan rápido como lo hizo Perón en su fallido regreso.
Brasil enfrenta hoy un contexto diametralmente opuesto a aquel de principios de siglo. El mundo multipolar emergente de los escombros de las Torres Gemelas y, en particular, los anabólicos aportados por los precios de las tres commodities fundamentales en la factura exportadora de tres importantes países de la región –soja, combustibles y minería– generaron las condiciones materiales para que el club político formado por Argentina, Brasil y Venezuela creciera a tasas chinas hasta 2011, con la excepción del bajón ocasionado por la crisis financiera de 2009. Tal circunstancia le dio aire a Brasil para soñar en grande en el plano internacional con la formación del BRIC en 2006 junto a Rusia, India y China, y en el plano doméstico, para impulsar en 2003 el programa social Bolsa Familia, una iniciativa tan orientada a reducir la pobreza como a dar respuesta política al núcleo duro electoral de Lula del norte pobre del país.
Nunca puede analizarse un liderazgo político aislado del contexto. Lula tiene indudable capacidad electoral para volver, pero el nuevo escenario le plantearía el eventual desafío de alumbrar un nuevo libreto económico que incluya un capítulo central respecto de la generación de riqueza en un nuevo contexto internacional y un guión político que incorpore la idea de un pacto social con distintos actores que deberán acomodarse a un nuevo mundo de vacas flacas.
En primer término, la transformación de China hacia una economía estimulada más por el consumo doméstico que por los grandes planes de infraestructura provocó que el gigante asiático recortara su tasa de crecimiento a la mitad del doble dígito de la década anterior. Ello tiene impacto directo sobre el precio de largo plazo de la soja y derivados, cuya gravitación hoy alcanza el 14% de las exportaciones totales de Brasil.
Por otra parte, los profundos cambios tecnológicos y geopolíticos que dieron un vuelco al mercado energético internacional e impulsaron los precios a la baja tendrán consecuencias inmediatas no solo sobre la factura exportadora de Brasil, sino también en relación con la capacidad que tendrá este país de atraer inversiones.
Finalmente, tampoco soplará viento de cola en el terreno de la minería. El crecimiento moderado de la economía china suavizará el precio del mineral de hierro y derivados, un commodity que representa en la actualidad casi el 10% de las exportaciones brasileñas. Este nuevo escenario de precios internacionales no solo achica la factura exportadora de Brasil sino que, en el plano de la atracción de inversiones, exacerba la necesidad de mejoras regulatorias y de costos ante la ausencia de señales de precios a la suba.
Por todo ello, lo mejor que le puede pasar a Lula es que el juez Moro hoy lo deje en el terreno del mito político. Su figura se acrecentará y servirá de combustible para la construcción de nuevos líderes. Así funcionó para todos los que supieron retirarse o fueron retirados a tiempo. El juez Moro le está dando a Lula la gran solución política que no pudo encontrar Perón en su tiempo.

*Politólogo. @DanielMontoya_