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Modernidad y postmodernidad: un camino lleno de desafíos

Los cambios tecnológicos fueron acompañados por cambios políticos y socioculturales, la sociedad occidental se aggiornaba, para afrontar los nuevos desafíos y conservar el control del poder.

Maduro
Nicolás Maduro, camino a la reelección en Venezuela. | AFP

La Sociedad actual y el llamado “Modelo Neoliberal”, tiene su origen en una serie de cambios operados a nivel internacional en los años 70’, podemos apuntar el fin del Patrón Oro, a nivel financiero, la suba del precio del Petróleo por la crisis en Medio Oriente y la aplicación del Modelo Taiwanés en términos económico-productivos para todo el Tercer Mundo incluida el área Latinoamericana. Los cambios tecnológicos fueron acompañados por cambios políticos y socioculturales, la sociedad occidental se aggiornaba, para afrontar los nuevos desafíos y conservar el control del poder, vamos a hacer una serie de observaciones sobre el tema.

De principios a mediados de los 70’, Estados Unidos hegemoniza la revolución tecnológica, que tiene como elementos sobresalientes la robotización, la informática y el desarrollo de las comunicaciones satelitales. En Europa y Japón también son relevantes la modernización de los ferrocarriles (el TGV francés, por ejemplo y el “tren-bala” japonés y de la aeronáutica (el Concorde).

 La revolución tecnológica lleva a los hogares “la última palabra” en adelantos técnicos, situación que contribuye a mejorar el “confort” de los hogares de ingresos medios y bajos: la televisión a color, los equipos de audio digitalizados, las videocasseteras, las PC o computadoras individuales. Esto se concatena con el lanzamiento en el mercado mundial de los automóviles y utilitarios japoneses: de tamaño reducido, diseños aerodinámicos, tecnología de punta, que da por resultado entre otras cosas, una disminución del gasto de combustible.

 Esta “revolución tecnológica”, deja retrasada a la Unión Soviética y al conjunto del campo socialista: esto se da también en el terreno cultural; la masiva oferta mediático-cultural, sobre todo orientada a los jóvenes. Es la música “moderna”, que se difunde a través de las discotecas y los mega-recitales, la nueva “estética” de los “ídolos” del Pop, como Michael Jackson, Madonna, Phil Collins y toda una serie de grupos o “bandas” como los australianos de “INX’s”. La moda “Punk” con su significación agresiva. El sexo (recordemos en particular el nombre “Sex-Pistols” de una banda de música) a través del cine y las revistas pornográficas, es otro factor “reorientador” de las expectativas sociales, al convertirse en un factor de consumo masivo. El auge obligaba a “estar a la moda” en la vestimenta, sobre todo las mujeres, pero además el deporte (tenis, rugby, voley, el wind-surf, el handball) el físico-culturismo y el culto del cuerpo en general, las terapias “alternativas” (los centros de relax), las dietas alimentarias, eran toda una batería de elementos que hacían “funcional” al individuo, reforzando justamente sus tendencias individualistas y apuntando al compromiso ideológico anti-sistema. Si las letras de “Pink Floyd”, habían apuntado a que los jóvenes cuestionaran el mercantilismo e hicieran una introspección en cuanto a su problemática y sus valores,  las de “Queen” (que tiene su auge con el de la onda gay en Inglaterra, cabe señalar que queen significa “reina” en castellano y esta era la manera en que se trataban los gay en Londres) o de Madonna lo acicatean hacia la emocionalidad irracional, la búsqueda del efectismo estético y la despreocupación-práctica de la diversión, incluído en esto la transgresión de las normas morales, en todos los aspectos.

En Argentina, se toma el discurso-idea-fuerza, de la modernidad, en el período de Alfonsin. Es a partir de los cambios en la conducción económica: la ida de Grinspun, la asunción de Sourrouille y la implementación del “Plan Austral” que “tecnocratiza” la gestión gubernamental, dinamizando las relaciones con el FMI y con Estados Unidos. Será con el discurso de Parque Norte de Alfonsin que se hará explicita la idea de la “Modernización”, la utilización de nuevas tecnologías en la producción, la apertura al capital privado en áreas controladas por el Estado (los Hidrocarburos por ejemplo) y la flexibilización de las normas laborales. Carlos “Chacho” Alvarez señala en la revista “Unidos” que se utiliza el término “Operador Político”, ironizando señala que se saca un término de la informática, para denominar al viejo “rosquero” de la Política. “Chacho” Alvarez agregaba, en su análisis, que el peronismo frente al nuevo panorama debía repensarse. La idea-fuerza de la “Liberación”, de la Revolución Social, había fracasado (en su implementación y en la realidad objetiva) y habían perdido significación estos términos junto con otros identificatorios del peronismo: la doctrina, el Proyecto Nacional, la Comunidad Organizada, el Pueblo; y realizaba una crítica a la postura o actitud de la Renovación de escaparle a lo ideológico para no quedar “entrampada” (esta era la justificación,  digamos) en las antítesis tradicionales de la política. Siendo los 80’ la etapa propia de la “Modernidad”, los 90’ son la “etapa Superior” parafraseando a Lenin (1) del auge-tecnológico la “Post-Modernidad” y pasan a tener una importancia aun mas evidente los medios de comunicación. En la Post-modernidad los valores en boga son los anti-valores: transgresión, marginalidad, hedonismo y exhibicionismo mas impúdico. El presidente demócrata Bill Clinton sufriría en carne propia los efectos de esta inescrupulosidad, a partir de una campaña mediática impiadosa,  coordinada por el establishment, que no le perdonó sus movidas políticas progresistas en lo interno y en lo Internacional. Es (en apariencia) “el fin de la Historia”, el triunfo definitivo del mercado, pero la cadena de Crisis de 1997-98 da por tierra con el modelo neo-liberal (devaluación del Rublo, del Cruzado brasileño, crisis financiera en los otrora “tigres” asiaticos) y se abre un nuevo panorama.

           La perspectiva actual, después de la Globalización de los 90’

Yendo a la fase histórica de los años 2000, la “movida” del fallecido Néstor Kirchner con su esposa Cristina, que terminó su mandato el 10 de diciembre de 2015, en el sentido de acercarse a las ideas-fuerza (volvemos a utilizar el término) de la izquierda fue importante: enfatizó los derechos dumanos, la crítica de la dictadura militar (y no solo de la política de Martínez de Hoz), el ataque al imperialismo (aunque no se empleara ese término), hubo acercamiento a Chávez y a Fidel Castro, junto al impulso del Estado como actor en el proceso económico. Todo eso rompió el molde de disociar lo "peronista” de lo “zurdo”, o “lo Comunista” de “lo Marxista”, integrando los conceptos de la izquierda y lo nacional en términos económicos. Se apuntó al mercado interno, la promoción de la industria, el control estatal de sectores estratégicos, la política mediático-cultural y en relación con esto, fue también de suma importancia la integración socio-cultural del interior del país, con el área Pampa Húmeda - Sur del Litoral (Buenos Aires, Rosario, La Plata, Santa Fe-Paraná), rompiendo los hegemonismos comarcales del Centro - norte del país. En el caso de Córdoba se manifiestan los posicionamientos localistas y anti-porteños en el diario “La Voz del Interior” (de una tradicional familia mediterránea). Los Tagle - Achával, Nores -Borderaux, Bustos-Argañaraz, Díaz - Vélez son las familias mas representativas del cenáculo mediterráneo, y el otro centro con características similares por su localismo aislacionista es Salta, que tiene su expresión más caracterizada en el diario “El Tribuno”.

Otro foco reaccionario fue la ciudad de Corrientes y su zona de influencia, que ha tenido en los Romero-Feris a sus más conspicuos intérpretes políticos, apoyados en el diario “El Litoral” (como órgano de expresión del “Partido Liberal” justamente). A estos conjuntos socio- culturales retrógrados los he denominado idiosincrasias cerrado - tradicionalistas. Por oposición, a las otras como Santa Fe o Chaco o Buenos Aires (entre otras), las llamo iidiosincracias dinámico - progresistas, por su carácter abierto, comunicativos, ricos en expresiones culturales, participativos, etc.  

 A nivel internacional, en términos socio-culturales se produce un "desencantamiento" respecto de las corrientes “alternativas” del periodo: las tendencias étnico-sectarias, la promoción de la homosexualidad en revistas pornográficas y la exaltación de las practicas sexuales, lo mismo que el hedonismo o culto del cuerpo que estuvo en auge en los 80’ y 90’. Como señalábamos al comienzo, hubo una re-ideologización, a partir de la transición iniciada con la cadena de crisis del 98’-99’: caída del gobierno de Suharto en Indonesia, crisis bursátiles en Tailandia, Malasia, Corea del Sur, en Japón, devaluación del rublo en Rusia y recesión económica, las repercusiones en el cono sur, en primer lugar Brasil y con esto cae verticalmente el ascendiente del FMI, la conservadora institución monetarista, rectora de las políticas implementadas en los países dependientes durante los 80’ y 90’.

Como decíamos antes, a partir de los 90’ hubo una frivolización de la política en los países desarrollados y de desarrollo intermedio (como Argentina y Brasil), el caso de Menem, con sus peinados con implantes y sus trajes a la moda, su entorno frívolo (compuesto de actores y personajes de la farándula) o Collor de Melo un político-empresario de buena familia que debió renunciar por denuncias sobre corrupción en el marco del famoso escándalo de Paulo Cesar Farias y los sobornos. En los últimos años esta el ejemplo del ahora ex-presidente francés, Nicolas Sarkozy, en pareja con la Italiana, Carla Bruni. Tanto en este caso, como el mas resonante y mucho menos prolijo de Silvio Berlusconi con sus escándalos por fiestas negras y conductas impropias, vemos que son los sectores mas reaccionarios los que aprovechan para criticar con saña (como había pasado en los 90’ con Bill Clinton y el tema de Monica Lewinsky, una pasante de la Casa Blanca que comentábamos mas arriba), a los sectores mas dinámicos y mas progresistas por sus connotaciones. Es notorio el caso de el diario “El País” de España, vocero de los sectores aristocráticos castellanos, que manifiestan su desprecio ante el “desenfado” Italiano (no dejemos de tomar en cuenta que para ellos Berlusconi es un “arribista”, empresario y mercantilista), se trata ademas de la crítica a un país que siempre se miró con recelo desde España, por su nivel económico, cultural, artístico, etc.. Desde la salida de Berlusconi y el arribo de Enrico Letta primero y a posteriori Matteo Renzi, quien debió renunciar y fue sustituido por Paolo Gentiloni, un dirigente de perfil moderado, como Jefe de Gobierno,  la situación ha cambiado en términos nominales. Apuntemos que Gentiloni ha hecho una gestión que es reconocida como “prolija” y/o positiva y muchos Italianos le están reconocidos, pero esto no se reflejó en los resultados de la elección de principios de marzo de 2018 donde se posicionaron mejor que el PD, el Movimento 5 Stelle, en primer lugar, y en menor medida la Lega del Nord y Forza Italia, del mismo Berlusconi.

En otro plano se dio al iniciarse los 2000, un intento de rescate inteligente de las utopías o proyectos de los 60’ y 70’. La primera referencia de esto la tenemos en la llegada al gobierno de Venezuela (1998-99) del ex-teniente coronel Hugo Chávez, un inteligente caudillo e ideólogo que combinaba nacionalismo anti-liberal y progresismo internacionalista. Luego de su muerte es Nicolás Maduro (su ex-canciller quien continúa su proyecto junto a toda la dirigencia chavista). Frente al “realismo” de las décadas mencionadas, los 80’ y los 90’, se ve ahora que lo material solo representa una parte del bienestar de una persona o familia, lo que se había experimentado y comprobado hacia bastante tiempo en los países socialistas (desde los 30’ e inclusive antes en la URSS). Los estímulos culturales o altruistas, la solidaridad, el esfuerzo, la organización son las cuestiones importantes en el encarrilamiento de los individuos a nivel social o comunitario y obviamente también en lo personal. Teniendo en cuenta los procesos políticos en marcha en el cono-sur, que significaron una vuelta a “la política”, a las ideas, al Estado como factor estratégico, también en el norte de la región latinoamericana (el caso de Nicaragua y El Salvador y la permanencia de la Revolución Cubana), hoy esos factores se han visto reemplazados por gobiernos liberales y semicorruptos como los de “Cambiemos” (encabezado por Mauricio Macri) en Argentina y el de Michel Temer en Brasil. Pero vemos la continuidad en otros puntos del mundo de gobiernos nacionalistas - progresistas o pro- socialistas, como los de Rusia, China, la India, la Revolución Islámica de Irán, conducida por Ali Khamenei a nivel teólogico-Institucional (administrando el legado del Ayatollah Khomeini) y a nivel de gestión en su momento por Mahmoud Ahmadinejad y actualmente por Hasan Rouhani. También Angola, Corea del Norte, incluso la Libia de Muhammar Khadaffi se contaba entre los países no dependientes del liberalismo, pero su Gobierno en el 2012 fue reemplazado por una democracia al estilo liberal, luego del repudiable asesinato del líder revolucionario, en el contexto de una virtual Guerra Civil, etc. Trabajar en los aspectos que le dan consistencia y duración a los mismos,  así como en la conducción político-cultural  de los sectores sociales afines, resaltando valores que resalten el bien, lo moral, lo altruista, lo cultural de jerarquía (el “Mensaje” en la elaboraciones artísticas, un valor que viene de los 60’ y 70’), la racionalización del discurso comunicacional de los medios teniendo en cuenta la “sobreoferta mercantil” que los caracteriza o la mediocridad comarcal en el caso de la TV, radio y gráfica de zonas atrasadas, es en la post-modernidad un imperativo del momento y lo será del futuro.

                                                    
José Abelardo Franchini
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(1) Vladimir Illich Ulianov-Lenin. “El Imperialismo etapa superior del Capitalismo”