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Desafíos de Rusia y China

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Desalentado. Trump ve un panorama negro de la situación económica y el empleo. | AFP
Donald Trump volvió a ocupar el centro del escenario internacional con la presentación de Estrategia de Seguridad Nacional (NSS). El capítulo novedoso es la designación de Rusia y China como poderes revisionistas, erigiéndolos como contendientes de una supuesta disputa por la hegemonía internacional. La inclusión de Rusia causó sorpresa después de los halagos al liderazgo de Vladimir Putin para diferenciarse de las críticas de Hillary Clinton y de las sanciones aplicadas por el presidente Obama por la guerra en Ucrania y la invasión de Crimea. Pero bien podría ser una concesión a sectores del Partido Republicano y una forma de distraer la atención de la investigación del consejero especial Robert Müller por la interferencia del gobierno ruso en las elecciones presidenciales.

La demonización de China tiene origen en el desequilibrio comercial, la intervención del Estado en la economía, el robo de secretos comerciales y los incumplimientos de los compromisos multilaterales en la OMC. El documento incluye el reclamo de soberanía en el Mar de China, que ha sido cuestionado en vano por varios países de la región con nula capacidad militar para oponerse a las aspiraciones de controlar ese espacio marítimo. Esta verborragia antichina ha sido inesperada porque no condice con las alabanzas formuladas al presidente Xi Jinping durante la visita al complejo turístico Mar-a-Lago en abril y los encuentros en Beijing en noviembre, donde ambos mandatarios desplegaron elogios para magnificar los resultados.

Esta disquisición de política externa parece estar dirigida a sus votantes antes que a los actores reales. El planteo de enemigo externo que intenta corromper con artilugios informáticos y prácticas comerciales desleales el sistema político no es una receta nueva. Donald Trump sabe muy bien cómo usar las escenografías y los miedos de la sociedad para dividir los campos. La creación de fantasmas malignos ha sido siempre una herramienta útil en las políticas autoritarias para lograr la adhesión y reclamar la fidelidad de la sociedad en sus líderes. En esa línea y para diferenciarse de sus antecesores, sostuvo que todas las políticas de apaciguamiento seguidas en las últimas décadas han sido erradas, han tenido consecuencias funestas y han debilitado la posición de los EE.UU. en el mundo.

Donald Trump planteó durante la campaña, y sigue repitiéndolo hoy, un panorama negro de la situación económica, pérdida de empleos y desindustrialización. Bernie Sanders respaldó ese diagnóstico; en un seminario reciente dijo: “No se necesita tener un PhD en economía para comprender que el Nafta y nuestras políticas comerciales liberales han sido un desastre total”, agregando: “El Nafta transformó el superávit de 1.600 millones con México en 64 mil millones de déficit”. 

El ascenso de China y las ambiciones de Rusia no modifican la influencia de los Estados Unidos, que guardan una participación del 24% en el PBI mundial y tienen un presupuesto militar de US$ 700 mil millones. China representa 15% y Rusia, un magro 1,8%. El informe califica de represivos y corruptos los regímenes políticos de ambos países, y acusa a China de expandir su poder a costa de la soberanía de otros, tratando de vender su sistema autoritario como alternativa al modelo occidental. Este ataque parece una respuesta al informe del último congreso del PC, que definió “el camino al socialismo con características chinas” como la contribución teórica del presidente Xi y rechazó a la democracia hasta 2050.

Donald Trump leyó el resumen del documento; difícil conocer el grado de aceptación de un trabajo elaborado por el establishment. Durante el primer año, mostró flexibilidad en la convivencia con otros poderes, intransigencia en las negociaciones comerciales y rechazo a los organismos multilaterales. La falta de predictibilidad confirma que las relaciones internacionales entran en una etapa de coexistencia inestable, con ninguna posibilidad de avanzar en temas de interés común.  

*Embajador.