COLUMNISTAS
Batalla por la reforma

Del país de “la grieta” al país de “la valla”

La semana deja un paisaje urbano que tiempo atrás hubiera resultado impensable e inadmisible.

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Calle. La represión tenía un mensaje: la protesta social es y será criminalizada. | Marcelo Silvestro

Los cambios en el humor social suelen venir así, por acumulación y sin aviso. Tal vez la gota que colmó algunas paciencias haya sido la insensibilidad mostrada hacia los mayores o hacia aquellos con menos capacidad de defenderse. El gobierno de Cambiemos pareció pecar de soberbia: "Si un pueblo no respeta a los ancianos pierde su memoria y carece de futuro", advirtió hace unos días el Papa Francisco tratando de poner un freno a un oficialismo que creé poderlo todo.

La semana concluyó con una sumatoria de traspiés o “errores no forzados” que impactaron en su estrategia. La reunión de la OMC, la Organización Mundial de Comercio, que debía catapultar a Maurico Macri como el adalid de un mundo formateado por los poderosos pero resquebrajado por una globalización en crisis, concluyó con un fracaso rutilante. “Ha sido una ocasión perdida”, definió la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, ante los representantes de 164 países que se fueron con las manos vacías y desencanto. No hubo siquiera una declaración conjunta para salir del paso. En el anecdotario quedará  algún chiste “incómodo” con los que suele ”romper el hielo” el presidente Macri, una ciudad caótica tomada por las fuerzas de seguridad como ensayo del G20 y un par de periodistas deportado gracias a las “desinteligencias” de los organismos de “inteligencia”. 

La Argentina forzó situaciones que tampoco llegaron a buen puerto. El acuerdo Mercosur-Unión Europea, pese a todas las concesiones desfavorables para la Región y la presencia de cuatro presidentes, cayó por su propio peso. ¿Ingenuidad, empecinamiento o ignorancia?. La política exterior argentina sigue con la brújula imantada hacia un aperturismo sin condiciones y a contramano de un escenario internacional que exige aperturas a los otros pero se repliega puertas adentro.La visión del mundo que intenta emular Cambiemos y de la cual quiere ser parte, se reprodujo fielmente en Buenos Aires. El vallado de la ciudad en los trazos por los que circulaban los miembros de la OMC fue la contracara de hidrantes y “escudos humanos” al estilo Robocop que se desplegaban en el resto de las calles.  Fue la metáfora visible de la valla que separa la Argentina “civilizada”  y abierta al siglo XXI, con la “barbarie” de quienes aún creen que un proyecto de desarrollo sustentable es posible y deseable.

Tal vez alentado por  éxitos y encuestas, el gobierno apostó a su “reformismo permanente”. El vamos “PRO” todo se impuso.  Para tratar de aprobar el trío de reformas Previsional, Laboral y Tributaria desplegó todas sus armas: caja, carpetas, aprietes, pactos “non sanctos”. Pero subestimó una: la capacidad y tradición de la política por expresarse en las calles.   

La semana deja un paisaje urbano que tiempo atrás hubiera resultado impensable, e inadmisible. Las fuerzas de seguridad se apropiaron de las calles: vallaron, deportaron, gasearon, mojaron, balearon. Es difícil que semejante despliegue no haya tenido como objetivo caldear los ánimos. La cacería tenía un mensaje claro: la protesta social es y será criminalizada en la Argentina del “diálogo”. 

Luego de la derrota sufrida en el recinto, el oficialismo insistirá el lunes. Tiene pensado volver a presionar a los gobernadores, aunque los diputados sean  representantes del pueblo y no de las provincias. Si falla, el DNU firmado espera en carpeta. Pese a los rechazos, parece que la ley tiene que salir "sí o sí".

El intento de imponer una ley crucial entre “gallos y medianoches”, modificó -al menos coyunturalmente- el tablero político. La oposición, tan disímil como enfrentada, jugó unida por el espanto. Y Elisa Carrió no parece dispuesta a cargar con mochilas de otros. La supuesta vocación democrática y dialoguista, que aparece más en fotos que en actos de gobierno, quedó seriamente cuestionada.

Quizás deba asumir que la fuerte matriz ideológica con la que trata de imponer su modelo de país trae costos y resistencias. Parapetarse tras las vallas de un pasado ya lejano no logra ocultar el presente.

*/**Expertos en Medios, Contenidos y Comunicación. *Politóloga. **Sociólogo.