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Barro bonaerense

Cómo queda la pelea provincial tras consumarse que Carrió va a Capital. Puja Vidal-peronismo.

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‘MI POBRE ANGELITO...’ Mauricio Macri | PABLO TEMES
La candidatura de Elisa Carrió en CABA y el renovado condicionamiento a Emilio Monzó expresan el estrechamiento del espacio de disidencia en Cambiemos. No es por el frenesí del 1A. Es la maduración de un proceso iniciado este verano y consecuencia lógica en un gobierno de minoría parlamentaria con urgencia de plebiscitarse para mejorar el volumen de legitimidad política que permita sostener el rumbo económico elegido.

 Justificada desde el PRO en la necesidad de fortalecer la gestión de Mauricio Macri, esa concentración de poder alerta a la UCR, principal socio en la coalición pero inhibido de desplegar acciones preventivas en la estratégica provincia de Buenos Aires por el alto grado de aceptación de María Eugenia Vidal. Es la razón del desplazamiento de conflictos hacia la Capital.

La permanencia frente al Congreso de la carpa itinerante docente es el rédito para Roberto Baradel de las tensiones entre Macri y Horacio Rodríguez Larreta por el orden en el espacio público. El jefe de Gobierno porteño teme que la inquietante integración entre las policías Metropolitana y Federal exteriorice incidentes que lo descalifiquen de una eventual sucesión presidencial compartida con Marcos Peña y Vidal.

Otro es el caso de Martín Lousteau: se desconfía de que la intención sea suceder a Rodríguez Larreta en 2019 y no la de competir por la Presidencia. Por eso su postulación a diputado le da otra dimensión a la elección porteña y a la pelea en el radicalismo, que Emiliano Yacobitti y Juan Nosiglia pretenden convertir en una interna abierta entre su padre, Enrique, y Ernesto Sanz, en la antesala de la renovación de autoridades del Comité Nacional a fin de año.

Si Carrió vence a Lousteau, prestaría inestimable servicio a Sanz, de quien la separa Ricardo Lorenzetti, titular de la Corte. Sanz desea conducir el radicalismo. Igual que Mario Negri, jefe del bloque Cambiemos en Diputados y aliado de Carrió pero también de Monzó, sospechado de comportamiento desleal en la sesión que Sergio Massa y el kirchnerismo duro impusieron su proyecto de Ganancias.

Reyes. Carrió supo del plan oficialista el 6 de enero por Vidal y Rodríguez Larreta. Más que obsequio de Reyes, la visita a Exaltación de la Cruz abrió el diálogo para que reelija por Capital continuado por Peña y Quintana, su segundo en la Jefatura de Gabinete. La molestia con la gobernadora es por el silencio frente a una decisión inspirada en el método científico de Jaime Duran Barba, víctima predilecta de Lilita.

La diputada logra adhesión en la región norte del Conurbano, donde Cambiemos defenderá intendencias como la de Vicente López y San Isidro: Jorge Macri y Gustavo Posse son, con Massa, a quienes vincula con frecuencia a un entramado de supuestos intereses turbios.

Vidal evita irritar a Massa, aliado indispensable de Monzó en Diputados, e intenta persuadir a Peña, enemistado con Monzó y citado como fuente en versiones para desplazar al titular de Diputados por nombres que no se entusiasman: antes Cristian Ritondo y ahora Diego Santilli. Se duda de esa posibilidad mientras Monzó mantenga vínculo sólido con el Ministerio del Interior, a cargo del reparto de obra pública. Eso es lo que somete a escrutinio las visitas del viceministro Sebastián De Luca a la Tercera Sección consentidas por Federico Salvai. La defensa de Macri lo diferencia de Monzó y lo asocia a su superior, Rogelio Frigerio. El jefe de Gabinete de Vidal obra con pragmatismo para mejorar la base electoral en cuatro de los cinco padrones más importantes de la Provincia: La Matanza, Lomas de Zamora, Almirante Brown y Esteban Echeverría.

 El director general de Escuelas, Alejandro Finocchiaro, será el primer candidato a diputado en la Tercera Sección para reforzar la disputa con Verónica Magario y Hernán Lewin, ex presidente de Temperley, y librará PASO con Gabriel Mércuri por el primer lugar en la lista de concejales con la expectativa de enfrentarse a Martín Insaurralde en 2019.

Samurái. Más compleja es la situación de Carlos Regazzoni. El ex titular del PAMI dijo a Vidal que no desea ser intendente pero retiene el armado electoral en Brown y Presidente Perón con la esperanza de reinsertarse en el Gobierno. Acaso un error de interpretación por los elogios que le efectuó Macri en el lanzamiento del SAME hace unas semanas. En el PRO aguardan un sacrificio a la altura del apodo que recogió de Rodríguez Larreta: samurái.

Evert Van Tooren competirá con los candidatos a ediles del intendente Fernando Gray. Lo sustituyeron del Instituto Provincial de la Vivienda por Ismael Passaglia, para reforzar con San Nicolás, Pergamino y San Pedro, de Cambiemos, y capitalizar el 70% del padrón en la Segunda Sección. Pero también en castigo a la puja mantenida con Francisco Etcharren: una doble desmentida al mito del holandés errante. Tendrá la Subsecretaría de Hábitat liberada por el intendente de Castelli.

Situación similar en la Cuarta Sección: Olavarría y Azul acumulan el 60% de los electores, a los que podría sumarse Guillermo Britos, de Chivilcoy. Se trata de una operación delicada. Britos responde todavía a Massa y es el distrito donde hasta 2015 ejerció influencia Florencio Randazzo.

Massa tiene un objetivo ambicioso: vencer en octubre a CFK y a Randazzo. Si había dudas sobre preferencias en la oposición del Senado nacional, las despejó Miguel Angel Pichetto con la recepción al ex ministro: el paso de la ex presidenta por la Cámara como representante de Santa Cruz hace casi dos décadas dejó una huella imborrable.
Antes, Massa debe sortear un obstáculo: reconfigurar fuerzas en la Tercera Sección, donde reeligen como diputados Carlos Acuña y Rubén Ledesma y se anota Nicolás Russo. El jefe del sindicato de estaciones de servicio viene golpeado por el episodio de las hermanas Match en la huelga general. Ledesma responde a los mercantiles de Armando Cavalieri y Russo integra la nueva conducción de la AFA.

Randazzo depende de convencer a Insaurralde y a Gray de que hay vida después de Cristina. No precisa hacerlo de lo que todos ya saben. En el PRO no hay ángeles.

*Analista político.