CIENCIA
habra mas opciones terapeuticas

Nanotecnología: será la próxima arma efectiva en el combate contra el cáncer

Las nanopartículas complejas permitirán una nueva generación de herramientas de diagnóstico y tratamiento. Podrían convertir a las patologías letales en crónicas.

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Ensayos. Los investigadores ya están llevando a cabo estudios con pequeños grupos de pacientes para verificar la eficacia de la nueva terapia. | Cedoc Perfil
Entre los diferentes caminos que hoy recorren las investigaciones para combatir el cáncer hay uno, poco conocido por el público y los especialistas, que promete –en los próximos diez años– una verdadera revolución médica. A tal punto que podría transformar esta patología en una enfermedad crónica.

“La nanotecnología es un campo científico que hoy está explotando y va a revolucionar todos los rubros de la medicina y del cuidado de la salud, incluyendo –sin dudas– la oncología”, le aseguró a PERFIL el doctor Omid Farokhzad, director del Centro de Nanomedicina del Brigham & Women’s Hospital y profesor de la Harvard Medical School de Estados Unidos. Y como indicador de que se trata de un área realmente “hot”, Farokhzad destacó que “en las principales revistas científicas del mundo ya se publican, cada año, más de 20 mil papers sobre estos temas”.

Según el doctor Galo Soler Illia, decano del Instituto de Nanosistemas de la Universidad de San Martin (Unsam), “hoy estamos avanzando con nanotecnologías para la detección, el diagnóstico y tratamiento de enfermedades. En el caso del cáncer, las ideas que se prueban en muchos laboratorios buscan diseñar y fabricar nanopartículas inteligentes y complejas con actividad biológica. Lo interesante es que éstas pueden ser inyectadas en el cuerpo de una persona y, por sí solas, encontrar las células enfermas a las que se les “pegan” por medio de moléculas específicas. Luego dan “aviso” de su presencia (diagnóstico) y el médico –en forma externa– puede activarlas a control remoto. ¿Cómo? Por ejemplo, usando luz infrarroja apuntada al sitio marcado que hace que se libere in situ una dosis específica de la droga antitumoral”.

Con este mecanismo se logra algo clave: bajar las dosis de los medicamentos más agresivos y disminuir sus efectos secundarios, ya que la molécula terapéutica se concentra en el tejido enfermo y no afecta la parte sana.

“Hasta hoy se hicieron muchas pruebas de concepto, que funcionaron perfectamente bien en experimentos in vitro. Ahora estamos entrando en las primeras pruebas para ver cómo resultan en organismos y trasladar la ciencia a enfermos reales”, explicó Soler Illia.

¿Cuándo llegarán las primeras nanodrogas oncológicas inteligentes? “Ya hay investigaciones clínicas en Fase I y II y pensamos que –si todo resulta bien– los sistemas pioneros comenzarán a ser aprobados por los organismos regulatorios en la próxima década”, aseguró Farokhzad.

Un ejemplo concreto de cómo podría cambiar el panorama lo lleva adelante, en la Unsam, la doctora Marina Simian. La investigadora del Conicet, que presentó sus resultados recientes durante el 1º Workshop Internacional de Nanotecnología y Cáncer, explicó: “Muchas células tumorales interactúan con su entorno y, con el tiempo, generan modificaciones biológicas que hacen que el medicamento tomado por el paciente, el tamoxifeno, deje de hacer efecto”. Para evitarlo, Simian y su equipo diseñaron una nanopartícula que lo transporta pero la recubrieron con proteínas específicas, capaces de ubicar el tumor con precisión. Además, suman la capacidad de bloquear su interacción con el entorno. “Se pegan al tejido enfermo, liberan la droga y –además– impiden que las células se adapten a la acción del medicamento”. Todos los experimentos in vitro fueron exitosos y ya se están preparando las primeras pruebas en animales. “Si funciona sería muy importante porque las estadísticas muestran que una de cada ocho mujeres en el mundo padecerá cáncer de mama. De ese total, el 75% responde bien al tratamiento con tamoxifeno. Pero también sabemos que un tercio de estos casos tendrá una recurrencia en la cual el tumor se vuelve resistente. Las nanodrogas podrían hacer que estos tumores –hoy resistentes– se transformen en una enfermedad crónica y no mortal”.